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La pandemia no detiene al emprendedor ecuatoriano: 5.132 nuevas mipymes se han creado

miércoles, 14 octubre 2020 - 11:09
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Desde inicios de la pandemia por COVID-19, entre marzo y septiembre de este año, en Ecuador se han creado 5.132 nuevas micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), según datos de la Superintendencia de Compañías. El mayor impulso llegó en los meses de julio, agosto y septiembre, cuando se creó  el 69% de ese total (3.558) de mipymes; incluso fueron 736 más que el mismo período del año anterior.
 
Adriana Amaya, catedrática de Emprendimiento e Innovación en ESPAE, escuela de Negocios de la ESPOL, señala que uno de los factores para la aceleración de creación de mipymes es el incremento en la tasa de desempleo y por ende la búsqueda de otras alternativas de subsistencia.
 
De acuerdo al Ministerio de Trabajo, de marzo a septiembre, se perdieron 410.000 empleos formales en Ecuador, aunque tras la vigencia de la Ley de Apoyo Humanitario, se crearon 156.000 nuevos empleos, entre contratos emergentes, por giro de negocio y nuevos contratos.
 
A más de la escasez en el mercado laboral, el último Reporte GEM, por sus siglas en inglés (Global Entrepreneurship Monitor), indica también otras razones por las cuales las personas emprenden. “Porque están vinculados a una empresa familiar, porque desean incrementar sus ingresos y para perseguir un fin o propósito social”.
 
Pese a las circunstancias actuales, uno de los nuevos negocios que abrió sus puertas este año fue Pepe Pez, un restaurante ubicado en Entre Ríos, Samborondón, dedicado a la elaboración de platos a base de mariscos.
 
Su propietario es John Palomeque, un joven abogado de 28 años, que comenta que el amor por el servicio al cliente y la cocina fueron heredados de su familia, que tiene una hostería y un balneario de aguas termales en Cañar, de donde es oriundo.
 
Previo a la pandemia, Palomeque señala que creó una firma de abogados llamada Legal Protector Corp, pero en esos días se quedó en “stand by” por el acontecimiento sanitario mundial. Fue así que consideró que la comida y la salud son prioritarias.
 
“Aproveché la cuarenta para hacer cursos virtuales sobre manipulación de alimentos, la forma correcta de cómo sobrellevar un restaurante, qué programas utilizar para un efectivo control de la comida, cómo dar un buen servicio y demás”, señala el joven emprendedor.
 
Palomeque sostiene que desde su apertura, el mes pasado, Pepe Pez ha tenido los resultados esperados. Actualmente emplea a nueve personas y ayuda a sostener empleos de forma indirecta, a través de sus proveedores de alimentos.
 
Su plan es crear una marca reconocida y desde ya, espera abrir sucursales en diferentes ciudades del país, sin dejar de lado el ejercicio de su profesión como abogado.
 
Otro de los negocios que abrió en septiembre pasado fue  Alducci, especializado en la venta de sánduches y desayunos. Su creador es Aldo Rivera, quien desde hace más de un año dejó su trabajo como locutor en una radio para dedicarse 100% a su marca, que incluso le sirvió para financiar su carrera universitaria cuando solo vendía sánduches.
 
Desde que se involucró a profundidad con la marca, Rivera, de 28 años, comenta que sus productos se vendían a empresas, previo pedidos, pero luego de una caída en las ventas -por el tiempo de cuarentena- migró al servicio de delivery, hasta que finalmente halló la oportunidad de alquilar un local económico al norte de Guayaquil y dar el siguiente paso que había esperado hace meses.
 
“Empecé desde cero, pero es mejor que estar en la calle, así que la gente no puede decir que no se puede salir adelante. En mi caso, ha sido la mejor decisión que he tomado para seguirme preparando, porque tener un local es como hacer una maestría en costos, contabilidad, tributación”, señala Rivera.
 
Confiesa que entre sus planes también consta especializarse en Administración de Empresas o Desarrollo de Negocios para fortalecer su marca y ayudar a otros jóvenes a emprender.
 
David Loor, de 24 años y socio Alberto Constantine, de 28 años, también cuentan con un negocio que se une a la lista de nuevas mipymes creadas post-pandemia.
 
Ambos tenían un taller de bicicletas al norte de Guayaquil, pero en septiembre pasado se mudaron a un espacio más amplio y cómodo, con más servicios.
 
En el local Bikings, además de la atención técnica, venden repuestos y accesorios de bicicletas. La meta, según Loor, es también importar y comercializar marcas estadounidenses, canadienses y europeas. 
 
Amaya, que cuenta con un doctorado en Administración de Negocios Internacionales, considera que aunque las condiciones en el país y a nivel mundial no son las mejores para emprender debido a la incertidumbre y el impacto de las medidas que los gobiernos están tomando para contrarestar la pandemia, es una oportunidad para ver otros tipos de negocios y necesidades.
 
“Definitivamente, por un tema de recursos, hay que estar atentos para crear estrategias que nos permita activar a los actores necesarios para brindar las soluciones deseables”, dice Amaya.
 
Añade que las personas que desean emprender actualmente tienen que salir a conocer al consumidor. “Es necesario emplear metodologías ágiles que permitan recabar la mayor información, a un costo bajo para validar esa propuesta de valor que estamos entregando a nuestro segmento objetivo”, puntualiza.
 

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