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Después de tocar fondo, la curva de ventas ha dejado de caer en Ecuador

jueves, 17 septiembre 2020 - 03:41
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Aunque lo peor de la tormenta ya ha pasado, la reducción de las ventas de las empresas se ubica todavía en una cifra del 21%, si se compara el acumulado de enero a julio del 2020 con el mismo lapso del 2019. El cálculo resulta del análisis del comportamiento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) declarado por las compañías al Servicio de Rentas Internas.

La emergencia sanitaria que decretó el Gobierno el 11 de marzo pasado terminó hundiendo las ventas locales del sector privado en alrededor del 50% para el mes de abril, cuando el país llegó quizá a lo más profundo del hoyo provocado por la pandemia del Covid-19.

“Podemos resaltar que ya existe una recuperación, que todavía no les permite a las empresas regresar ni siquiera a los niveles del año anterior; pero que empiece la recuperación ya es positivo”, comenta Gonzalo Rueda, gerente general de la consultora Marketwatch.

Así como el impacto no fue igual para todos los sectores de la economía, el ritmo de recuperación tampoco lo es. El análisis de las cifras tributarias, hecho por Marketwatch, revela por ejemplo que las ventas de la industria de alimentos han experimentado entre enero y julio de este año una contracción del 8%; es uno de los sectores menos golpeados.

Y si se hace el ejercicio, dice Rueda, de quitar del sector alimenticio a las actividades relacionadas con elaboración de cervezas, vinos y tabaco -que retrocedieron entre un 34% y un 45%-, resulta que la industria de alimentos ha decrecido entre 2% y 3%. Sus ventas totales, de enero a julio de este año, alcanzaron los 5.028 millones de dólares.

Kunachia, uno de los competidores del sector, elevó sus ventas casi en 100% durante abril debido a que los consumidores se abastecieron en grandes cantidades de alimentos para enfrentar el confinamiento; desde junio, cuando empezó a flexibilizarse la movilidad, la ‘espuma’ descendió. Carlos Gutiérrez, gerente general de la compañía, preveía ya cierto descenso en las ventas debido a la pérdida de empleo; de todas formas, al trabajar en un sector de productos esenciales, el empresario está consciente de que el impacto es menor que en otras actividades.

Buena parte de los ecuatorianos acudieron a sus ahorros en medio de la paralización productiva, pero para junio -según Gonzalo Rueda- el 77% de la población ya se los había gastado. Comprar solo lo indispensable fue la decisión de muchos.

Venta de motocicletas y balanceados creció

Íntimamente relacionado con la alimentación humana, el sector que produce alimentos balanceados para animales ha visto -excepcionalmente- crecer sus ventas en más del 12%; también se han elevado los ingresos de las compañías dedicadas a productos de molinería y fideos en general. Igual ha ocurrido con los sectores relacionado con la salud, como farmacias, laboratorios y fabricantes de productos de desinfección.

Otro caso particular es la venta de motos: su nivel de ventas general ya retornó a los niveles pre pandemia e incluso, en el caso de algunas empresas, se ha incrementado. Este medio de transporte se ha convertido en una opción más segura de movilidad ante el riesgo de contagio en el sistema público; una mayor demanda de motos está vinculada, también, al repunte de los pedidos a domicilio a través de plataformas digitales, whatsapp o teléfono durante los meses de mayor impacto de la pandemia.  

La curva de ventas ha dejado de caer

Las ventas del sector comercio, en tanto, se han reducido en un 21% si se compara el período de enero a julio del 2019 y del 2020; es la actividad más relevante de la economía ecuatoriana si se excluye a ‘minas y canteras’, que abarca la industria petrolera. Dentro del comercio, está la venta de vehículos: según la Asociación de Empresas Automotrices del Ecuador (AEADE), hasta julio pasado hubo una caída del 47% en las ventas de vehículos en comparación con el 2019.

Sectores fuertemente golpeados siguen siendo el llamado ‘Horeca’ (hoteles, restaurantes y catering), la construcción y el transporte de personas por vía aérea. El aeropuerto internacional Mariscal Sucre de Quito, por ejemplo, ha visto declinar su flujo de pasajeros en 67% entre enero y agosto, en comparación con el mismo periodo del 2019, según datos de Quiport, su concesionario.

Las ventas de los hoteles se han contraído en un 55%; las de los restaurantes en un 43% y las de catering en un 40%; todas las cifras en el lapso de enero a julio del 2020 versus el mismo del 2019.

Si se analiza lo que ocurre en el sector de la construcción, comenta el gerente general de Marketwatch, es evidente el tremendo bajón que registró en los meses de abril y mayo; su contracción en el periodo analizado llega al 43%. “Hay una leve recuperación para julio, pero no está en los niveles de antes”: según Gonzalo Rueda, la estrategia de aplicar un descuento al costo del bien inmueble cuando la forma de pago es ventajosa para el constructor ha dado un resultado positivo; “lo que hemos visto a lo largo de las crisis es que siempre hay gente que tiene ahorros y prefiere tenerlos invertidos en ladrillos”.

Después de tocar fondo, la curva de ventas ha dejado de caer. “Es positivo ver ya una recuperación”, recalca Rueda; ¿pero cuánto les tomará a las empresas volver al nivel pre pandemia y, más aún, crecer por encima de los niveles que ya habían alcanzado? Aunque es imposible saberlo, el consultor ofrece dos pistas: las previsiones de los organismos internacionales apuntan a un decrecimiento de la economía ecuatoriana de entre el 10% y el 11% para este año y a un ligero repunte del 2,5% o 3% para el 2021.

Es decir, al menos por dos años consecutivos -sino tres- los ingresos por ventas de la empresa privada en general reflejarán el tremendo golpe económico derivado de una pandemia que tampoco tiene fecha para su fin.  

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