Miles de extranjeros no podrán votar
Desde que la Constitución de 2008 otorgó a los extranjeros residentes en el Ecuador los mismos derechos que a los ecuatorianos, incluido el de elegir y ser elegidos, muchos de ellos se entusiasmaron por la medida.
Poco tiempo después, el artículo 11 del llamado Código de la Democracia fue más específico: “El voto será facultativo… para las extranjeras y extranjeros desde los 16 años de edad que hayan residido legalmente en el país al menos cinco años y se hubieren inscrito en el Registro Electoral”.
Desde allí, hasta 2017, varias decenas de miles de extranjeros aparecieron en el padrón, sin necesidad de registrarse. En 2017 incluso, se detectó la inclusión errónea –sospechosa para algunos- de ciudadanos que tenían menos de los cinco años requeridos por la ley.
Ante estas y otras inconsistencias, el año pasado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) de Transición resolvió depurar el padrón electoral.
En octubre se anunció que se habían eliminado 50.023 registros de extranjeros residentes. Una fuente electoral dijo entonces que los excluidos eran quienes incumplían con el artículo 11 del Código de la Democracia. Se asumió que eran los que tenían menos de cinco años de residencia.
El actual padrón electoral fue aprobado por el CNE transitorio el pasado 6 de noviembre en una de sus últimas sesiones antes de que se posesione el CNE definitivo. Durante esa sesión ya saltó la preocupación por la falta parcial de extranjeros. Pero allí se leyó un informe de asesoría jurídica que aclara que “el ejercicio de ese derecho (para los extranjeros) implica el cumplimiento de ciertas condiciones, esto es, el tiempo de permanencia en el país, la inscripción voluntaria del ciudadano extranjero y la verificación del cumplimiento de requisitos”.
Argumentaron los asesores jurídicos que ya en 2010 el pleno del CNE resolvió eliminar del registro electoral a los extranjeros que se incorporaron para las elecciones presidenciales de 2009, “exceptuando aquellas incorporaciones que se hayan efectuado de manera voluntaria”. En la práctica esa medida no se cumplió y los extranjeros pudieron seguir votando normal y sucesivamente hasta la consulta popular de 2018.
Lo grave ahora es que el CNE no comunicó públicamente de estos cambios y, menos, hizo una campaña que promueva la inscripción voluntaria de los extranjeros como manda la ley. La sorpresa se la están llevando estos días cuando al revisar su lugar de votación, la respuesta del sistema no es clara y simula un error de ingreso de datos.
