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Cavan las tumbas de las víctimas de Nueva Zelanda

domingo, 17 marzo 2019 - 05:42
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Trabajadores ayudados por excavadoras comenzaron el lunes 18 de marzo (hora local)  a cavar decenas de tumbas en el cementerio de Christchurch para recibir los 50 fieles asesinados en dos mezquitas, cuyas familias reclamaban ya los cuerpos para ajustarse al rito musulmán.
 
La costumbre musulmana prevé la inhumación del cuerpo en las 24 horas siguientes al deceso y aunque los forenses esperaban acabar su trabajo a tiempo, insistieron en que no pueden precipitarse en la investigación.
 
 
La primera ministra Jacinda Ardern, que ha hecho dos apariciones públicas cubierta con un velo para expresar su solidaridad a la comunidad musulmana, anunció el domingo que los primeros cuerpos iban a ser devueltos el domingo por la noche, y el resto hasta el miércoles.
 
"A todos los fallecidos se les realizó una tomografía computarizada, se tomaron sus huellas dactilares, se les retiraron sus enseres", dijo la jefa forense Deborah Marshall, y agregó que se tomaron impresiones dentales y se realizaron autopsias. 
 
Un reportero de la AFP el lunes temprano vio a trabajadores y excavadoras preparando docenas de tumbas en un cementerio en Christchurch, aunque no estaba claro cuándo podrían comenzar los funerales.
 
- Prosiguen los homenajes -
 
Los neozelandeses siguieron rindiendo homenaje el domingo a las víctimas de la matanza.
 
Muchos habitantes de Christchuch depositaron flores y cartas en homenaje a las víctimas junto a los dos lugares de culto donde tuvieron lugar los ataques.
 
El autor de la matanza es un extremista australiano, Brenton Tarrant, quien ante el tribunal que lo inculpó el sábado por asesinatos hizo con la mano derecha un gesto típico de los grupos supremacistas blancos.
 
Este expreparador físíco, "fascista" autoproclamado, documentó su radicalización en un largo manifiesto de unas 70 páginas, repleto de teorías de conspiración e ideas racistas.
 
"Estamos con nuestros hermanos y hermanas musulmanes", rezaba una enorme pancarta instalada sobre un mar de flores frente a una de las mezquitas.
 
Fieles de la Iglesia anglicana de Christchurch rezaron el domingo en su "catedral de cartón", construida tras el terrible terremoto de 2011.
 
"Hemos aprendido que en tiempos difíciles es bueno estar juntos", dijo el sacerdote Lawrence Kimberley.
 
- De tres a 77 años -
 
Cuatro mujeres figuran entre las víctimas, de edades comprendidas entre los 3 y los 77 años, según una lista aún incompleta. 
 
Muchas víctimas eran nativas, pero otras venían de varios países del mundo musulmán, señaló Arden. Cuatro egipcios, un saudita, un indonesio, cuatro jordanos, seis paquistaníes y cinco indios figuran entre ellas.
Tres días después de la tragedia, el desarrollo de los acontecimientos se precisa con los testimonios de los supervivientes, algunos de ellos relatan verdaderos actos de heroísmo

 
Como Abdul Azi, australiano de origen afgano, que se encontraba con sus cuatro hijos en la mezquita Linwood cuando se precipitó hacia el asesino.
 
Este hombre, de 48 años, explicó que, tras oír los disparos, se hizo con un arma vacía que el agresor había tirado. Según un testigo, la lanzó "como una flecha" contra el vehículo del asesino y rompió uno de los cristales. "Por eso tuvo miedo", aseguró Abdul Aziz, indicando que el individuo decidió huir luego en coche.
 
Una acción que quizás evitó que hubiera más muertos, ya que dos policías detuvieron poco después al atacante.
 
Según autoridades locales, 34 personas continúan hospitalizadas.
 
Entre los heridos se encuentra una niña de apenas 4 años, Alin Alsati, quien se hallaba en una de las mezquitas acompañando a su padre y recibió tres heridas de bala. El padre de la niña, proveniente de Jordania, también resultó herido en el tiroteo. 
 
- La familia del sospechoso, destrozada -
 
Por su parte, la familia del atacante, declaró a la televisión australiana sentirse destrozada por sus actos.
 
"Estamos todos estupefactos, no sabemos qué pensar", dijo la abuela de Brenton Tarrant, Marie Fitzgerald, al canal australiano Channel 9.
 
"Todo el mundo está hundido... destrozado es la palabra", aseguró.
 
Tarrant, que creció en la pequeña ciudad de Grafton, parece que se sintió cautivado por la ideología neofascista durante sus múltiples viajes en Europa.

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