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Alex Saab, el testaferro de Nicolás Maduro

jueves, 20 agosto 2020 - 06:48
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La novela de suspenso que se desarrolla en la isla africana de Cabo Verde, donde está detenido Alex Saab, el colombiano considerado testaferro de Nicolás Maduro, añade un nuevo capítulo: petróleo venezolano por maíz mexicano.

El escenario es un archipiélago en las costas de África, Cabo Verde, una antigua colonia portuguesa que fue escogida por Alex Saab, un empresario colombiano que ha intentado resolverle a Nicolás Maduro sus problemas de abastecimiento tras la imposición de múltiples sanciones por parte del gobierno de Estados Unidos. Saab aterrizó el 11 de junio en el aeropuerto de Amilcar Cabra, en una escala, cuando fue detenido porque sobre él pesa una difusión de Interpol, donde se lo acusa de blanqueo de dinero. Estados Unidos ha pedido su extradición.

Estados Unidos sostiene que Saab, a quien el gobierno venezolano le ha adjudicado numerosos contratos, “es el organizador de los esquemas de corrupción del cual se benefició tanto él como el líder chavista”, según señala diario El País de España. Para Estados Unidos, Saab robó cientos de millones de dólares en la provisión de alimentos de dudosa procedencia a través del programa estatal del gobierno de Maduro que entrega raciones alimenticias a los partidarios del gobernante denominado CLAP, y lo hizo repartiendo jugosos sobornos a los chavistas.

Saab, de 48 años, llegó a Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez, pero su éxito comienza durante el régimen de Nicolás Maduro, donde se le asignó la construcción de gimnasios verticales por 60 millones de dólares, según el régimen, para promover prácticas deportivas y disminuir la alta tasa de criminalidad del país. A partir de entonces, se convierte en una suerte de hombre orquesta para encontrar los recovecos que le permitan evadir las cada vez más numerosas sanciones impuestas por la administración Trump.

Saab habría conseguido, entre otros, contratos y negociado con Turquía, Irán y otros países “amigos” de Venezuela; alimentos a cambio de petróleo y oro. A fines de julio, el portal Armando.in- fo, en conjunto con diario El País, hicieron público un extraño intercambio con la empresa mexicana Libre Abordo, quien firmó dos contratos para proveer 1.000 camiones cisterna para repartición de agua y 200.000 toneladas de maíz. Los dos contratos sumaron 200 millones de dólares y fueron pagados con petróleo, que a la fecha de la venta totalizaba 300 millones de dólares. En otras pala- bras, en la transacción no solo la empresa mexicana violó el embargo impuesto por las sanciones, sino que además de no tener experticia alguna en fabricación y venta de camiones cisterna o exportación de maíz, cobró 100 millones de dólares adicionales, que se presume fueron a las arcas de los chavistas y del propio Saab.

Lea también: Alex Saab ¿Quién es el vendedor de llaveros que se convirtió en el testaferro millonario de Nicolás Maduro?

Como consecuencia de este tráfico opaco, el FBI anunció a la empresa Libre Abordo que estaba bajo un proceso de investigación, y al mismo tiempo que fue puesta en la lista negra del Tesoro de Estados Unidos. El 31 de mayo, Libre Abordo se declaró en bancarrota, argumentando que había perdido 90 millones de dólares. Investigaciones posteriores determinaron que una supuesta subsidiaria de Libre Abordo operaba en Caracas y realizaba negocios con la estatal PDVSA. Al parecer lo venía haciendo desde 2019, en que empresas como la estatal petrolera rusa Rosnef, para evitar las sanciones que pudiesen afectarla en otros mercados, dieron un paso atrás.

No obstante, las investigaciones han revelado que el hilo conduce a Saab y tres socios de Libre Abordo, a quienes habría conocido en 2019. Saab se movía en el mercado mexicano desde hace varios años. Entre 2016 y 2018 compró cajas de alimentos de muy baja calidad. Esos contratos fueron denunciados también por irregularidades. En tanto, por ahora, no se ha encontrado dónde están las 200 mil toneladas de trigo ni los camiones cisterna supuestamente adquiridos a Libre Abordo.

Las sospechas de que Alex Saab sería el testaferro de Maduro provienen de una investigación que realizó la exfiscal del chavismo, Luisa Ortega Díaz, hoy en el exilio. Según Infobae, la exfiscal denunció que “aunque en papeles Saab y su socio colombiano Álvaro Pulido figuraban como propietarios de la empresa GGL (que vendía los alimentos a la CLAP), en realidad el dueño era Maduro”.

Saab siempre lo negó, pero asambleís- tas venezolanos de la oposición recogie- ron la denuncia de Ortega Díaz y establecieron que a través de las empresas GGL y Asasi Food FZC, ligadas a Saab y Pulido, solo entre 2016 y 2018 tuvieron contratos por más de 1.500 millones de dólares con el programa de alimentos CLAP.

Por ahora, las cosas se le han complicado a Saab, quien en prisión vive un dilema: si Cabo Verde acepta la tesis de Esta- dos Unidos, podría ser deportado a Miami; si ganan los abogados suyos, liderados por el exjuez español Baltazar Garzón, saldrá libre, pero probablemente no volverá a volar fuera de Venezuela nunca más. En ambos casos, se le acabó la fiesta.

 

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