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Estefi Espín: La fragilidad de la fortaleza

viernes, 14 agosto 2020 - 05:53
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A pesar de tener tan solo 35 años, Estefi Espín es un peso pesado del noticiero de Ecuavisa. A finales del año 2008 se unió a Televistazo del  mediodía, luego se incorporó en Contacto Directo junto a Alfredo Pinoargote y después a Contacto al Amanecer. 
 
De Estefi se sabe muy poco porque nunca habla de sí misma en pantalla, se enfoca en entrevistar políticos y no le interesa en lo más mínimo caer bien. “No me tomo nada personal. Hago periodismo de denuncia, de investigación, de opinión. Siempre en la misma noticia te vas ganar muchos seguidores y muchos enemigos. Si no puedes enfrentar esa realidad no puedes ser periodista”, aclara. 
 
Cada mañana saluda con una sonrisa y a los pocos segundos se convierte en una entrevistadora implacable. Sus entrevistas son frías y directas. Tiene dos segmentos de doce minutos para desnudar la verdad de personajes preparados que saben manejar su imagen y su discurso. Ella no alza la voz ni repregunta, sabe que los silencios y las pausas hablan y que las mentiras surgen a través de contradicciones evidentes.
 
Viene de la escuela de CNN donde empezó a dar noticias a los 23 años generando asombro, admiración, pero también rechazos de sus colegas. Estefi siempre fue brillante aunque nunca tuvo adoración unánime en sus lugares de trabajo, lo comprende y lo asume. Es perfeccionista, planificadora, controladora y “workaholic”.
 
Desde niña se toma todo en serio, se graduó siendo escolta del colegio y tuvo una beca del 100 por ciento en las universidades de Estados Unidos. Ha trabajado en CNN y ahora en Ecuavisa porque así lo deseó y lo ha logrado por mérito propio. ¿Es Estefi Espín una mujer infalible? Pues aunque no lo crean, sí tuvo caídas, pero le sirvieron para encontrar un verdadero propósito a su vida.
 

 
El día que llegó la incertidumbre
 
Estefi está embarazada de su cuarto hijo y aunque perdió el primero hace cinco años, siempre está presente. “Tomás está ahora en el cielo y estuvo varios meses en mi vientre. Supe desde el día uno, que se iba a morir. Viví con él entendiendo lo que era la vida. Fue mi primer hijo y uno de los momentos más felices de mi vida”, recuerda una de las milenials más famosa del país.
 
“El día que me enteré que se iba a morir lloré, pero sentí que el embarazo cumplía un propósito.  Él tenía una trisomía y los doctores me habían dicho que si lograba vivir sería máximo un día”, añade. “Cuando se fue hice una misa de acción de gracias y mis hijos hasta el día de hoy le rezan a Tomás que ahora está en el cielo. Se fue un 26 de agosto, el mismo día que nació Felipe un año después en parto natural”.
 
Estefi se define como una mujer que desde hace algunos años siente la fragilidad de la vida. “Hace dos años tuve un susto en mi tema de salud. Trabajaba muchas horas, dormía poco, era mamá de niños pequeños y mi cuerpo estaba acostumbrado a un ritmo de vida sin cuestionar porque el periodismo no es una profesión, es una forma de vida. Mi cuerpo habló y tuve un “Burn Out”.  Estuve internada varios días en el hospital y estuve fuera del canal un mes y medio, cosa que no había pasado en 15 años de carrera”, acota la anchor de Ecuavisa.
 
“Me cuestioné y creo que puedo seguir haciendo mi labor porque tuve que reencontrar el sentido de mi trabajo. Solo necesitaba reorganizar, priorizar, balancear, disciplina…”, describe Estefi.
 
Ella comprendió que si se ha preparado tantos años para ser una buena periodista no es momento para hacer pausas largas, entonces ahora sí planifica, pone jerarquía en sus tiempos y prioridades.
 
Se levanta todos los días a las 4 de la mañana para investigar y revelar casos de corrupción, cambiando vidas y viviendo al pie de la noticia. “Hoy que soy mamá siento este compromiso con la humanidad, con mi país, después de haberme preparado 15 años para entrevistar diariamente a políticos y personajes que hacen noticias en este país. Ahora sé hacerlo y cómo hacerlo y lo que más necesita Ecuador son jóvenes comprometidos y preparados para poner su talento al servicio de los demás”.
 
 
Pandemia reveladora
 
Cuando empezó la pandemia Estefi estaba fuera del país por temas médicos de la familia de su esposo.
 
Alcanzó a llegar el último día antes del cierre del aeropuerto. “Me tocó hacer cuarentena lejos de los niños. Mis papas habían estado tres días en casa para cuidar a los niños y se quedaron finalmente un mes”. Estefi sospechaba que podía estar embarazada pero en plena pandemia decidió no hacer ningún examen.
 
“Cuando pude por fin ir a ver a mi doctor me dijo que tenía tres meses de embarazo”, cuenta entre risas la mujer que tiene más de un millón de seguidores en twitter desde que abrió su cuenta el día del 30s. 
 
“No sé vivir sin ser mamá y no sé vivir sin estar al aire”, relata la periodista que volvió a la pantalla a las tres semanas.
 
“Guayaquil fue uno de los lugares más afectados en el mundo, por el mayor contagio per capita. Reportar hechos sin precedentes para la historia del mundo y de nuestro país fue una responsabilidad muy grande. Además la pandemia fue un nicho que se fue agrandando durante los peores meses de la pandemia para la corrupción. Palpar eso en medio de tanto dolor de nuestra gente, periodísticamente es duro, pero nos compromete más a seguir contando esas tragedias.”
 
Vivir el presente
 
A lo largo de su carrera profesional Estefi dio muchas conferencias sobre la mujer multitask, pero últimamente ha cambiado el enfoque del discurso.
 
“A veces lo más fácil para la mujer es renunciar, no renunciar al trabajo sino renunciar a los sueños, pero no somos mujeres superpoderosas. Tenemos que aprender a ponderar y dejar de exigirnos la perfección que termina en mucho dolor y enfermedades”, explica.
 
“Ahora la fragilidad camina conmigo. Yo vivo hoy por hoy desde la risa de un salta salta de mi hijo a la mañana, a un abrazo y un cuento a la noche, como el momento más intenso de mi vida porque aprendí a vivir ese presente. Y lo disfruto como disfruto cada madrugada y cada esfuerzo en mi trabajo. Amo lo que hago porque le di un propósito.”
 
Estefi trabajó 15 años para lograr conectar con los televidentes y finalmente se dio cuenta de que lo más importante era conectarse con ella misma.
 
“Sigo queriendo controlarlo todo, pero ahora sé que no controlo nada. Tuve que pasar por muchas etapas de “debo” y “tengo”, ahora aprendí a soltar”. 
 
El sol está bajando del cielo mientras se termina la entrevista. Mañana Estefi se levantará una vez más a las 4 de la mañana, tiene sus textos listos para la madrugada hasta que otra noticia le obligue a cambiarlos. Estefi, ¿alguna buena noticia que reportar? “Sí, hoy mis hijos montaron las bicicletas sin rueditas”. 

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