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Ley de plusvalía, bajo la lupa

jueves, 22 diciembre 2016 - 03:10
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Con un nombre que invoca la prohibición de especular con tierras y bienes inmuebles, regresa de Carondelet al Legislativo con el carácter de urgente la Ley de Plusvalía.

Segundo intento, un año y medio después de que protestas ciudadanas rechazaran en las calles esta normativa. El texto volvió, aunque sin el paquete que cambiaba los gravámenes a herencias, y reforma las reglas de juego para calcular impuestos sobre la ganancia extraordinaria en segunda venta de un inmueble. ¿Por qué la insistencia?

El objetivo sería “Desviar la atención de temas que resultan comprometedores, como los presuntos escándalos de corrupción. El efecto fiscal y recaudatorio va a ser mínimo; sin embargo, el proyecto genera –por su impacto en las expectativas de los agentes- un efecto negativo en el sector de la construcción, que ya viene golpeado”, advierte Hidalgo Pallares.

Según Marcelo León Jara, economista y ex director de la regional norte del Servicio de Rentas Internas (SRI), la normativa actual “Reconoce un 5% de ganancia ordinaria. Todo lo que excede de ese valor está gravado con el 10% por concepto de plusvalía”.

El cambio incorpora un factor de ajuste que considera dos elementos: el número de años transcurridos entre la compra y la venta (se grava a partir de la segunda venta); y, la tasa promedio pasiva publicada por el Banco Central.

Al aplicar la fórmula con el factor de ajuste, se determina el valor de la ganancia extraordinaria: el 75% será pagado en forma de impuestos a los gobiernos autónomos, para financiar servicios de agua potable y alcantarillado, como menciona la ley. Además, ordena la inmediata revisión de los catastros, esto en la práctica significará acercar estas cifras a los valores comerciales de los inmuebles, según León. Y de paso implica un incremento en los impuestos prediales.

León que las nuevas reglas tienen un filón positivo. “Buscan desalentar la especulación. Buscan evitar que alguien venda luego de cuatro años un bien en el doble de su valor de compra. Porque en este caso la ganancia extraordinaria está castigada tremendamente con impuestos, así que antes de vender tan caro para que la plata se vaya en impuestos la gente va a tener que pensar dos veces”.

“Si el inmueble se vende en 10 años no se pagaría impuesto a la ganancia extraordinaria, pero si el número de años se reduce, el pago aumenta considerablemente”, según un estudio de la Cámara de la Industria de la Construcción.

Su presidente, Silverio Durán, argumenta que no fue una medida consensuada por el sector afectado. Y alerta que el paquete llega en un período crítico, pues el sector presentó decrecimiento durante cuatro meses seguidos. “Entre el segundo trimestre de 2015 y el segundo trimestre de 2016 el sector tuvo una contracción del 10%”.

En cifras de esta cámara, por encuestas entre más de un centenar de miembros, 32% de profesionales perdió su empleo y la mano de obra que quedó sin trabajo equivale al 54%.

Según Durán, “En este contexto de recesión, cambiar las reglas de juego para que -en lugar de que el mercado fije las condiciones y sea la mano reguladora del Estado la que controle la ganancia con esta fórmula- crea incertidumbre y desalienta inversiones”. Una medida cuasi confiscatoria, advierten sus detractores.

 

 

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