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Burundi, el peor país para el periodismo, según RSF

miércoles, 3 mayo 2017 - 01:56
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Según la ONG Reporteros Sin Fronteras, la libertad de prensa nunca se había encontrado tan amenazada como ahora. El 3 de mayo de1993, fue proclamado como el Día Mundial de la Libertad de Prensa en 1993, una decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas para denunciar los peligros que acechan a la democracia.
 
En su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2017, la organización evaluó el grado de libertad del que gozan los periodistas de 180 países con base en los siguientes rubros: pluralismo, independencia de los medios de comunicación, ambiente de trabajo, seguridad, censura, marco legal, transparencia y la calidad de la infraestructura con que se cuenta para producir la información.
 
 
En 131 países, denuncian, no existen condiciones idóneas para ejercer el periodismo.
 
Estos son tres últomos países en ingresar dentro de su "lista negra", según publican en su página web. 
 
Burundi
 
Según la organización, ese país este año retrocede cuatro lugares. Es el primero de los 21 países de la zona en negro y se sitúa en la posición número 160. En 2015, el presidente Pierre Nkurunziza emprendió una intensa campaña de represión contra los medios de comunicación que cubrieron el intento de golpe de Estado. Después, dicha campaña se generalizó a toda la prensa. En la actualidad, Burundi atraviesa una crisis y la libertad de prensa agoniza. Decenas de periodistas son perseguidos por el gobierno, que los considera “golpistas”. 
 
El Servicio Nacional de Inteligencia es el encargado de “corregir” los textos que desagradan, cita, detiene y a periodistas y jefes de redacción. 
 
Egipto
 
En Egipto, el fotoperiodista Mahmoud Abou Zeid, que fue detenido arbitrariamente hace más de tres años, sigue en prisión sin haber sido juzgado, por haber cubierto la sangrienta dispersión de una manifestación de los Hermanos Musulmanes, que el gobierno considera una organización terrorista. El periodista independiente Ismail Alexandrani se encuentra en prisión preventiva desde noviembre de 2015, a pesar de que un tribunal ordenó que fuera puesto en libertad en noviembre de 2016. 
 
Bahréin
 
En este país, las voces disidentes o simplemente libres, como la del presidente del Centro de Derechos Humanos de Bahréin, Nabeel Rajab, pagan caro el haberse atrevido a criticar al gobierno en mensajes de Twitter o entrevistas. En 2011, por temor a ser derrocado, el régimen intensificó la represión. Cualquier contenido o medio de comunicación que el gobierno considere que puede atentar contra la unidad del país, es censurado; los periodistas detenidos se exponen a penas que pueden llegar a la cadena perpetua. 
 
 

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