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“No me cansa cantarle al amor”

lunes, 28 marzo 2016 - 11:56
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Fotos: César Mera

El colombiano Andrés Cepeda visitó Ecuador e hizo tres conciertos. Habló en exclusiva con Vistazo de música, amor y sus otras facetas.

Entre la conferencia de prensa y la entrevista cambió sus gafas, un elemento que ya es icónico de su look. “Tengo 60 y algo de gafas, porque siempre me han gustado mucho. Es un accesorio que me funciona, que me sirve, y disfruto mucho comprándome un modelito por aquí”, confiesa Andrés Cepeda, quien llevó su gusto más allá y está preparando el lanzamiento de su propia línea de gafas, con modelos de sol y recetadas. Él se involucró en el diseño y buscó lo que lo hiciera sentir más cómodo. Aunque dice que le gustan muchas cosas pero ninguna lo apasiona tanto como la música, el cantante colombiano también tiene su faceta empresarial y además de los accesorios tiene desde hace cinco años un restaurante campestre en Bogotá, se llama Isla Morada y es la recreación de uno de los Cayos de la Florida, con la particularidad de que está ubicado en la punta de los Andes, donde hace bastante frío. “Pero es gracioso, nos funciona muy bien. Presentamos música en vivo, atendemos a la gente, servimos comida, cocteles. Siempre me ha gustado mucho esa faceta de entretenimiento que tiene que ver con atender gente en la casa”, asegura el excoach de “La voz Colombia” y “La voz kids Colombia

Pero lo que lo trajo por Guayaquil, Portoviejo y Cuenca no fueron ni las gafas ni la gastronomía, sino su tour en el que presenta su último disco “Mil ciudades”, en el que reconoce un retorno a sonidos más pop y que debutó con nueva compañía discográfica. “Se ha convertido en una costumbre decir que el público ecuatoriano es un público que tiene una relación muy directa con la música, muy emocional y muy personal”, dice y asegura sentirse como en casa ya que la frontera se hace borrosa por todos los puntos en común entre Colombia y Ecuador.

Cepeda está cien por ciento vinculado a la música romántica, sin embargo, sus orígenes con el grupo Poligamia tenían más que ver con el rock y el pop. Pero el cantante reconoce que este proceso largo por descubrir su género musical comenzó cuando integraba Poligamia. “En medio del trabajo de la banda hice una canción que se llama ‘Te regalo una canción’, que es un bolero. Cuando se terminó el grupo, estando solo para ver qué iba a seguir haciendo me di cuenta de que había un gusto en mí por este tipo de música romántica, cubana, dominicana, caribeña. Siempre tuve ese gusto pero no me había dado cuenta hasta que el grupo se disolvió”, reconoce. Así comenzó a tocar boleros con un amigo guitarrista llamado Miguel Ramón y se inspiraron y compusieron canciones. “Con escepticismo hice mi primera grabación y empezó a funcionar, y aquí estamos. Lo curioso es que en el proceso al principio hicimos un disco muy acústico y empecé poco a poco a regresar a un sonido un poco más pop, que añoraba con mi grupo. Lo que estoy haciendo hoy en día es tener un pie en una cosa y el otro pie en la otra. Son dos sonidos que me gustan mucho”, cuenta.

¿Esta vuelta al pop tiene que ver con el reencuentro con el grupo Poligamia?
Pienso que inconscientemente sí. Hace unos años, hace dos o tres álbumes empecé a hacer un sonido que reflejaba un poquito esa nostalgia. Cuando cumplimos 20 años de hacer una canción que se llamaba “Generación” tuvimos la oportunidad de volver a tocar juntos. Esto fue posterior a la grabación del álbum, pero si le preguntamos por allá como al inconsciente ahí debe haber algo.

¿De dónde saca la información para componer las letras de sus canciones?
Son historias que me han sucedido a mí o le han sucedido a personas cercanas, a D’artagnan (su actual guitarrista). Es un ejemplo a las personas cercanas a mí que componen y que me identifico con la manera de escribir. Cualquiera pensaría que es una vida amorosamente muy accidentada, pues hemos tenido una vida muy normal, como la de cualquier otro músico, pero nos hemos tomado el trabajo de reseñar cada una de esas experiencias y parece que fueran demasiadas. Pero a una sola se le puede hacer muchas canciones.

¿El amor y el desamor lo vive con la misma pasión que en las canciones?
Sí claro, de ahí nacen las canciones.

¿Cansa cantarle al amor?
No, a mí me llena mucho. Me gusta mucho más que cantarle a las otras cosas. Me parece muy bonito porque es un cliché pero por otro lado ¿a qué le cantamos? Somos seres humanos y lo seguiremos haciendo, vamos a contarle la misma historia pero puedes encontrar maneras diferentes de contarla. Lo mismo les pasará a los pintores, artistas, dramaturgos. Estamos hablando de pasiones humanas y una de esas pasiones es el amor y las interacciones.

Escuchando su repertorio, ¿la gente puede darse una idea de quién es Andrés Cepeda como persona?
Hay una parte de mí que sí está muy reflejada en ese tipo de expresiones y en ese tipo de historias. Hay otra parte, que es la cotidiana, que no necesariamente va a reflejar eso. Habría que preguntarle a la compañera (Elisa Restrepo), que llegó justo a tiempo. Pero yo pensaría que sí, hay una coherencia porque uno no se puede poner un disfraz, pero obviamente uno no es romántico las 24 horas del día. Se siente un golpe de la puerta de la habitación del hotel mientras Cepeda termina de decir su respuesta anterior. Es su novia, la periodista de Medellín Elisa Restrepo a quién conoció en 2010, luego de que ella lo entrevistara. La fama no le fue infalible para conquistarla, tuvo que dedicarle canciones por e-mail, invitarla a salir y se veían esporádicamente, cuando ella hacía coberturas en Bogotá. Hasta que finalmente decidieron dar rienda suelta a su relación.

¿Qué otros proyectos tiene para este año?
Estamos haciendo varias cositas, estamos haciendo la promoción y los shows del álbum. Estamos elaborando un disco acústico con D’artagnan que aún está en el proceso de elaboración conceptual pero queremos hacer un disco de guitarra y voz, sencillito, donde hagamos homenaje a ciertos autores o géneros que nos interesen. Y otro proyecto que es un homenaje a los boleros de los años 40 y 50 en formato de big band. Buscando explorar cosas que nos gustan y nos entusiasmen.

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