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Emiliano Sala: La muerte de un “guerrero”

miércoles, 13 febrero 2019 - 06:07
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Los restos mortales del futbolista argentino Emiliano Sala serán velados el sábado 16 de febrero en su pueblo, Progreso (provincia de Santa Fe), en las instalaciones del club de fútbol donde se formó, el San Martín. El acto se prolongará durante todo el día y cuando finalice se trasladará el cuerpo al cementerio para su entierro. 
 
A pesar de que Sala nació en la comuna de Cululú, a los cuatro años se mudó a Progreso, una localidad de 3.000 habitantes en la provincia de Santa Fe. El club San Martín de Progreso es donde dio sus primeros pasos como futbolista y el gimnasio del club será la sede de un homenaje junto a su círculo íntimo, entre familia, amigos y vecinos. Ese gimnasio tiene una carga emocional extra. Allí solía ir Emiliano Sala, no sólo de niño, sino cuando se convirtió en futbolista en Europa y lo visitaba cada vez que regresaba a la Argentina. “Es un lugar simbólico, él siempre iba. Sabemos que habrá mucha gente despidiéndolo. Todos sentimos mucho dolor. Era muy querido y un gran ejemplo para los chicos”, dijo Diego Solís, quien fue entrenador de Sala en el club San Martín.
 
Entre Argentina y Francia
 
A los 16 años, Sala cambió Santa Fe por Córdoba para sumarse al 'Proyecto Crecer' y cuatro años después integraba las filas del Burdeos de Francia que tenía un convenio con el club argentino. Luego Sala fue cedido a equipos de categorías inferiores. Encadenó etapas en Tercera, Segunda e incluso Cuarta división: Orleans, Niort, las categorías inferiores del Girondins, y Caen.
 
Su último club fue Nantes. Con “los canarios” sus números eran mejores que los de Messi. “Es cierto que es algo especial para mí. Pero lo que me interesa es poder progresar. Había visto que Mbappé estaba marcando un gol cada 55 minutos, pero no había visto que estaba delante de Leo ¡Voy a tener que trabajar realmente ahora!”, relató Sala al Diario francés L’équipe un mes antes de su muerte.
 
El 20 de octubre de 2018, frente a Toulouse, marcó el primer hattrick de su carrera profesional y, desde entonces, no paró de anotar. En total, llevaba 13 goles en 21 partidos en la temporada, entre Ligue 1 y Copa de Francia.
 
Sala es el típico ejemplo del jugador que necesitaba de un padre en el fútbol. Después de un período en el que tuvo problemas bajos las órdenes del anterior entrenador, Miguel Cardoso, recibió un nuevo impulso gracias a Vahid Halilhodzic (quien también había sido delantero centro del Nantes en su época de jugador). El entrenador veía en Sala, aspectos similares al jugador que Emiliano había idolatrado de niño, el legendario Gabriel Omar Batistuta. Y contra todos los pronósticos decidió relanzar la carrera de Sala dándole confianza y responsabilidades en la cancha.
 
Sala fue antes que todo un delantero que se dejaba llevar por su instinto. “Le gustaba tener espacios y formar parte de un equipo cómodo al contragolpe; era ágil y resistente, un verdadero guerrero sudamericano, entregado por completo a la causa”, comentaba su entrenador. Durante su etapa en el Niort francés lo llegaron a considerar el “Carlos Tévez local”. También le decían “zorro del área”, gracias a su excepcional habilidad de anotar goles con la cabeza, con su perfecto sentido del tiempo. Es por eso que la Liga Premier parecía hecha a su medida.
 
A los 28 años, el nombre de Emiliano Sala empezó a sonar fuerte en el mundo del fútbol. Esta temporada sus goles no pasaron desapercibidos y hasta siete clubes de la liga más rica del planeta, la Premier League, se pelearon por él. Aunque tenga limitaciones técnicas su potencia física y su juego aéreo lo convirtieron en la revelación del año 2018. Finalemnete el Cardiff, equipo de la primera división inglesa, se decidió a pagar US$20 millones por el jugador argentino y convertirlo en el más caro de su historia.
 
El último adiós
 
Antes de incorporarse definitivamente a su nuevo club, regresó a La Jonelière, el centro de entrenamiento del Nantes, para despedirse de sus compañeros. Los aficionados del Nantes habían pasado todo el mes de enero esperando que su “guerrero” no se fuera del equipo. Y al parecer el propio jugador no estaba realmente convencido de hacerlo. En su última rueda de prensa casi parecía disculparse por irse.
 
El 21 de enero tomó un vuelo privado a Cardiff y desapareció al norte de la isla de Guernsey, en el canal de la Mancha. El 7 de febrero, su cuerpo, recuperado del fondo del mar, fue formalmente identificado. 
 
En Nantes el “guerrero” sigue presente.  En la previa del partido con Saint Etienne por la fecha 22 del campeonato francés, los hinchas, visiblemente emocionados, exhibieron un mosaico con los colores albicelestes y una bandera que decía: “Emiliano, esta noche la hinchada alienta con acento argentino”. En la zona de plateas, otro mosaico rezaba “Sala” en letras verdes con fondo amarillo. Al minuto 9 (número de la camiseta de Sala) se paralizó el partido y el estadio enmudeció. En la muchedumbre un hombre lloraba descontroladamente, era Vahid Halilhodzic, el entrenador que creyó en Sala y lo hizo grande hasta que su muerte prematura lo convierta en leyenda.

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