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Los crueles apodos que tenía Meghan Markle en Buckingham

lunes, 27 julio 2020 - 12:13
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El nuevo libro que está sacudiendo los pasillos de la monarquía británica ha confirmado el desdén con el que los empleados y asistentes de la Casa Real se referían a Meghan Markle, con apodos hacia la esposa del príncipe Harry
 
“Finding Freedom” (”Encontrando la libertad”), obra que saldrá a la venta el 11 agosto y está siendo publicado por entregas por The Times y The Sunday Times, expone las tensiones que llevaron a la famosa pareja a dejar la institución.
 
Según aseguran los autores Omid Scobie y Carolyn Durand, un alto miembro del staff se refería a la Duquesa de Sussex como “la chica mediática de Harry", en alusión a su pasado como actriz.
 
Al parecer, su trabajo frente a las cámaras era una cruz cargada por Markle, ya que otros ayudantes declararon su malestar por tener que servir a una “actriz de un programa de cable”. Otro empleado dijo en confidencia: “Simplemente hay algo sobre ella que no me da confianza”.
 
El libro también asegura que Meghan era llamada “la Duquesa Diferente”, en tono peyorativo. Los autores añaden que la exactriz sentía que era tratada como si fuese “difícil” o “una perra” debido a prejuicios racistas y sexistas.
 
Anteriormente, ya se había reportado sobre los apelativos puestos en secreto en el Palacio Real. Según trascendió, otros empleados hicieron un juego de palabras con su nombre para llamarla “Me-Gain”, que se traduce al español como “Yo gano”, que deja entrever un supuesto carácter ambicioso.
 
Los autores indican que Harry y la actriz estadounidense, que se casaron en mayo de 2018 y el 6 de mayo de 2019 tuvieron a su primer hijo, Archie, se sentían “utilizados por su popularidad”, “acosados por la prensa” y “criticados dentro de las paredes de la institución por ser demasiado susceptibles y francos”.
 
Aseguran que la pareja no quería salir de la monarquía sino “encontrar su lugar en ella” -en parte, porque Meghan había dejado su vida anterior para servir en la Casa Real-, pero sus inquietudes, por ser ignorados o relegados por detrás del príncipe William y otros miembros de la realeza, no fueron escuchadas.
 
Después de que los empleados de Palacio, que mediaban en las discusiones, no pudieran hallar una solución adecuada para ellos, decidieron separarse de la monarquía y vivir por su cuenta primero en Canadá y ahora en Estados Unidos, donde esperan obtener ingresos con charlas, conferencias y otras colaboraciones, escriben los autores.
 
Su iniciativa de anunciar sus intenciones el pasado 8 de enero a través de una página web propia, que lanzaron en frustración por la falta de apoyo interno, “hirió” a la reina Isabel II, reconocen los periodistas, que señalan que eventualmente la soberana apoyó que Harry hiciera una vida en privado lejos de la Casa Real.
 
La pareja fue despojada de sus títulos reales el pasado 1 de abril, después de participar en un último acto público con el resto de la familia el 9 de marzo, un servicio religioso por el Día de la Commonwealth en la abadía de Westminster en el que, según el libro, fueron rechazados por William y Kate. 

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