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Las escuelas de conducción se adaptaron a la nueva realidad

viernes, 5 marzo 2021 - 04:54
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Las restricciones de movilidad y las recomendaciones médicas de limitar el contacto con otras personas a fin de evitar el riesgo de contagio de COVID-19, afectaron a la operatividad de las escuelas de conducción en el país, cuyo componente principal son las prácticas de manejo.
 
Sin embargo, estos centros de capacitación se adaptaron a la nueva realidad que impuso la pandemia y algunos hasta se adelantaron, implementando acciones antes de la firma del primer decreto de emergencia sanitaria, del 16 de marzo de 2020.
 
Este el caso de ANETA, que ante la propagación de la enfermedad por el mundo y la confirmación del primer caso en Ecuador, realizó un análisis situacional y presentó una propuesta a la Agencia Nacional de Tránsito (ANT) para que sus alumnos de los cursos de conducción continúen con sus módulos teóricos a través de una plataforma online.
 
La empresa ya contaba con esta herramienta tecnológica para la capacitación de sus instructores, y tuvo que adaptarla para el acceso de los estudiantes. Así, no se paralizaron las clases.
 
“El desarrollo de la plataforma implicó inversión económica pero sobretodo mucho tiempo y esfuerzo y como consecuencia, los alumnos de ANETA no dejaron de recibir sus clases un solo día desde el inicio de la pandemia”, recuerda Fabio Tamayo, director Nacional de Escuelas de Conducción de ANETA.
 
En cambio, para la enseñanza práctica se implementó un protocolo de bioseguridad, el mismo que fue presentado al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) Nacional y a los similares provinciales para su aprobación.
 
El protocolo establecía que los instructores de la institución debían ir a recoger a los alumnos a su domicilio, con el fin de precautelar la salud de los mismos, evitando la presencia en los centros de formación y cumpliendo además los aforos previstos en la etapa de semáforo que correspondía en cada ciudad.
 
Se incorporaron en los automóviles de práctica divisiones entre el instructor y el estudiante para reducir la posibilidad de contagio, sumado a esto, el uso obligatorio de mascarilla y la sanitización de los vehículos todos los días antes de iniciar cada jornada. 
 
“También se implementó plásticos tipo film para volante, palanca y freno de mano y control de temperatura para todos los alumnos al ingreso a las escuelas de conducción”, resalta Tamayo.
 
Otra institución que mantuvo sus servicios fue la Escuela de Formación y Capacitación para Conductores Profesionales del Instituto Técnico Superior Libertad – ECOVIAL, que implementó nuevas formas de enseñanza mediante la modalidad virtual y el uso de plataformas tecnológicas.
 
Así, logró impartir en 2020 todos los cursos que tiene autorizado por la ANT para licencias tipo E, C y D en sus modalidades regular y de convalidación.
 
George Morejón, director Pedagógico de ECOVIAL, resalta que las plataformas utilizadas eran propias de la institución, para lo cual se tuvo que trabajar en la inspección y adaptación de las mismas para capacitar a los estudiantes de los cursos de conducción.
 
Cuando las autoridades nacionales ya permitieron jornadas presenciales, la escuela estableció varias medidas de bioseguridad y control en sus oficinas como la instalación de señalética, separadores para la atención al cliente, la obligatoriedad del lavado de manos y uso de mascarillas, y la toma de temperatura a todos los presentes.
 
Aunque Morejón aclara que esto se dio para casos excepcionales en los cuales se requería la presencia de los estudiantes, pues los procesos se manejan de forma virtual. 
 
Un proceso similar siguió CONDUESPOL, escuela de Conducción Profesional de la ESPOL, que implementó la modalidad online para todos los cursos. Para ello, obtuvo una plataforma académica en la cual desarrolló el proceso formativo de cada tipo de licencia.
 
A la par se capacitó a su planta de docente para impartir de forma eficaz las clases sincrónicas y asincrónicas, explica Maite Olmedo Junco, directora académica de la institución.
 
Mientras que en el área de formación práctica se realizaron adecuaciones para las clases presenciales, a los vehículos se les instaló mamparas entre el conductor y el acompañante para precautelar la salud de ambos, y se realizan desinfecciones constantes en los automotores.
 
Consciente de la realidad del país, CONDUESPOL estableció medidas de apoyo económico para los estudiantes, adquirió equipos de bioseguridad, reestructuró las áreas de atención al usuario y fortaleció sus canales no presenciales para registros a través de la página web, inscripciones y matrículas en línea para los cursos de licencias y servicios adicionales. 

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