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Industria autopartista ecuatoriana busca mayor participación

miércoles, 9 diciembre 2020 - 09:52
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Entre el 2017 y 2019, en Ecuador se vendieron más de 100.000 vehículos por año. Las cifras fueron bien recibidas por las empresas importadoras, pero no así para la industria automotriz nacional. 
 
Y es que en los últimos cinco años el sector ha ido perdiendo participación. Después de alcanzar en el 2015 su nivel más alto de ventas (53 por ciento sobre 82.226 unidades) su contribución ha ido disminuyendo, así lo confirma el director ejecutivo de la Cámara de la Industria Automotriz del Ecuador (Cinae), David Molina. 
 
Los aranceles del 15 por ciento a la importación de partes y piezas (CKD) y materia prima, destinada para el ensamblaje de automóviles y el sector autopartista han influido en la reducción de la industria. A ello se suma la fuerte competencia que generan los vehículos importados de Colombia con cero por ciento de arancel, gracias a los convenios comerciales que existen entre Ecuador y este país. 
 
En 2019, en el mercado ecuatoriano se vendieron 19.535 automotores de origen colombiano. Un escenario similar se espera para el 2021 con el ingreso de vehículos provenientes de la Unión Europea con cero por ciento de arancel. 
 
 
 
Molina resalta que no está en contra de los acuerdos comerciales, pero se opone al escenario de competencia desigual. “No es razonable que el próximo año puedas traer vehículos completamente armados de Europa pagando menos arancel que lo que el ensamblaje nacional paga por la importación de sus materiales… Además, la política industrial automotriz del Ecuador ha sido favorable para la creación de empleos en Colombia, pero no para nuestro país”, manifiesta. 
 
Según el titular de la Cinae, la mitad del problema ya se ha corregido, y hace un año el Gobierno resolvió que todos los nuevos modelos que se desarrollen en el país ya no paguen arancel en sus materiales CKD. Pero, ese beneficio se sentirá en el mercado posteriormente. 
 
La situación del sector se complicó aún más en el presente año. Durante los primeros meses de la crisis sanitaria por el COVID-19 la producción automotriz se paralizó. Ese fue el caso de la ensambladora de vehículos ambateña Ciauto que retomó en julio pasado sus actividades. Su gerente general, Pietro Pilo Pais, cuenta que antes de marzo los niveles de producción de la planta estaban entre 420 y 450 unidades mensuales, pero que al cierre de septiembre llegaron a 380 unidades. 
 
“Tenemos todas las áreas listas para empezar a producir 420 unidades en noviembre o diciembre. El mercado se ha recuperado bastante bien, y en algunos segmentos ya no estamos tan lejos de los niveles pre pandemia”, expresa. 
 
La demanda de vehículos para trabajo y transporte de pasajeros también ha dinamizado la producción de Ciauto. Su planta actualmente ensambla el SUV Haval M4 y las camionetas Wingle en sus distintas versiones (cabinas simples y dobles, motor 4x2 y 4x4) de la marca Great Wall, así como la van Shineray.
 
Autopartes 
En la industria autopartista la recuperación ha sido más lenta. Para Imfrisa, una empresa especializada en la producción de amortiguadores, cubos de rueda y módulos de suspensión, el COVID-19 le significó una para de casi tres meses. 
 
La producción de amortiguadores, cubos de rueda y módulos de suspensión de Imfrisa sufrieron una para de casi tres meses debido a l COVID-19. Foto:Cortesía.  
 
La producción de marzo –por ejemplo- estuvo al 50 por ciento, y en septiembre los niveles estuvieron cerca del 30 por ciento. Con el fin de reactivarse, Imfrisa se ha volcado a la búsqueda de nuevos negocios con otras ensambladoras de vehículos. 
 
Otra compañía que paralizó sus actividades, pero por un periodo más corto fue Tecnova. Su planta dejó de producir las baterías de arranque de uso automotriz BOSCH por 20 días, para luego retomar la actividad y atender al sector de la transportación esencial y luego los pedidos de exportación de Colombia, Perú y Chile. 
 
De marzo a septiembre, la firma estuvo a un 75 por ciento de sus ventas normales. El vicepresidente comercial de Tecnova, Hans Witte, afirma que se está trabajando para atender los pedidos, los mismos que están a un 90 por ciento, en relación al año pasado. 
 
Luis Carlos García, gerente general de Imfrisa, manifiesta que el mercado automotriz sigue a un ritmo bajo, porque las ensambladoras nacionales han perdido participación y que, pese a que hay proyectos nuevos con Kia y Great Wall, el desarrollo de los mismos se verá después de un año. 
 
“El país se va a contraer por encima del 12 por ciento y nuestros negocios tienen una afectación mayor. Esperamos recuperar parte de la venta en el mercado de repuestos y lograr estabilizar las plantas en una producción que permita sostenerlas mientras el mercado se recupera en los próximos años”, augura.

 

 
 
Expectativa 
Aunque este ha sido el año más crítico para la industria automotriz ecuatoriana, también hay buenas noticias. La Cinae resaltó los nuevos proyectos que se abrieron en noviembre con el ensamble del Kia Soluto Xcite, por parte de Aymesa. 
 
En la ensambladora Ciauto, su Gerente General, notifica también que a finales de este año entrará a producción un nuevo SUV de Great Wall y que se están analizando dos modelos más para el 2021. 
 
“La expectativa es subir la producción y generar más trabajo. De todo lo que vende Great Wall Motors en el mercado, el 70 por ciento es producido en Ecuador, es la única marca que tiene un porcentaje tan alto”, manifiesta Pietro Pilo Pais. 
 
Otra iniciativa que busca incentivar la industria es el Programa ‘Camioneta Popular’ impulsado por el Gobierno, el cual brinda una oferta de camionetas ensambladas en el país, pero con precios reducidos, gracias a la exoneración del 15 al 20 por ciento del Impuesto a los Consumos Especiales. 
 
Los vehículos tendrán una base imponible de hasta 30.000 dólares y estarán dirigidos a los sectores productivos, siendo los principales beneficiarios la agricultura, ganadería y acuicultura. 
 
El programa Camioneta Popular ofrecerá al sector productivo camionetas ensambladas en el país. Foto: Cortesía.
 
Si bien estas son buenas noticias, para David Molina, aún hace falta reducir la carga tributaria del sector, especialmente al autopartista. El directivo calcula que los aranceles en materias primas y en CKD le restan entre 280 y 1.200 dólares en competitividad al país. 
 
“El sector autopartista va a surgir cuando haya volúmenes de producción altos, pues con 12.000 unidades por año es inviable. Hay que darle volumen para que compita en igualdad con los productos importados”, advierte.
 
Nueva inversión  
Como una forma de reactivar la producción en el mercado ecuatoriano , Continental Tire Andina destinó un monto de inversión para ampliar la capacidad de producción e incrementar las líneas y gamas de llantas CrossContact LX 25 en su planta ubicada en Cuenca.  
 
La marca tiene previsto producir hasta finales de este año alrededor de 1’300.000 llantas de pasajero y 190.000 llantas de la línea camión. La CrossContact LX 25 está dirigida a usuarios de SUVs y CUVs del segmento premium. 

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