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Empresas especializaron su producción ante la propagación del COVID-19

jueves, 21 mayo 2020 - 09:00
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A raíz de la emergencia sanitaria por la COVID-19, el 70 por ciento de la actividad productiva en el país se paralizó, mientras que, algunas industrias que se mantuvieron activas se enfrentaron a la necesidad de redireccionar su producción hacia artículos y servicios demandados durante la crisis.

Ese fue el caso de Laboratorios Beautik, que si bien ya producía productos cosméticos y de cuidado del hogar, se volcó de lleno a la fabricación de líneas que ayuden a frenar la crisis sanitaria. Solo en lo que respecta a alcohol, la producción se incrementó en 1.600 por ciento desde marzo pasado.

La jefa de marketing, Gabriela Paucar, cuenta que la empresa pudo enfrentar ese crecimiento debido a que la capacidad instalada de la planta es de 2’464.800 unidades mensuales. Para alcanzar esa cifra se triplicó la fuerza laboral, tanto en el área operativa como administrativa.

Algunas de las líneas que amplió la empresa fue la de jabón líquido y gel antibacterial con nuevos formatos, además de otra de alcohol sanitizante y desinfectante multiusos. Adicionalmente, lanzó la marca Pormuá Clinical, la cual ofrece soluciones para la desinfección de manos y superficies.

A fin de precautelar la salud y evitar la propagación del coronavirus, Laboratorios Beautik ha implementado un protocolo de desinfección al ingreso y salida de la planta, el cual incluye medición de temperatura, de saturación de oxígeno, pruebas quincenales de detección de COVID-19 a todo el personal, así como limpieza y fumigación de toda la infraestructura.

Una empresa que decidió cambiar el giro de su producción por la pandemia fue Bassil, que se volcó a la elaboración de trajes de bioseguridad y mascarillas de varios tipos.

Las prendas, explica la gerente de marketing, María Cecilia Doumet, han sido diseñadas para uso poblacional y médico.

La vestimenta de bioseguridad de Bassil está elaborada en diferentes materiales. Para uso dentro de hospitales hay prendas hechas con tejido quirúrgico SMS liviano con barrera microbiana; para trabajos pesados hay modelos de polipropileno de alta resistencia; y para uso habitual los hay impermeables que soportan muchos usos y lavadas.

“En mascarillas tenemos la EX-95 que tienen tres capas de protección y se las puede lavar y utilizar muchas veces. También tenemos las mascarillas quirúrgicas que son lavables y tienen una vida aproximada de 10 a 15 lavadas”, afirma.

Laboratorios Beautik mantiene estrictas normas de bioseguridad en su producción.

 Para la protección del personal médico
La intubación de pacientes es considerada uno de los momentos de mayor riesgo de contagio de COVID-19. Con el fin de hacer seguro este procedimiento y proteger al personal de salud de primera línea de los hospitales de Latinoamérica, la empresa Mabe junto a entidades de México desarrollaron el Aerobox.

Es una caja acrílica hecha del mismo material de las gavetas de verduras de las refrigeradoras de la marca. El accesorio se ubica encima de la cabeza del paciente y lo aísla del médico tratante; en la parte posterior de este se ubican dos orificios donde el doctor puede introducir las manos y hacer el procedimiento de intubación y control, de esta forma si el paciente tose o emite algún fluido contaminante este se queda en la caja.

Carlos España, gerente general de Mabe en Ecuador, asegura que la marca prevé producir desde México y Colombia 30.000 unidades de Aerobox, de las cuales 2.000 serán donadas a los hospitales públicos de nuestro país, a través del Ministerio de Salud y de la Vicepresidencia de la República. Hospitales de Guayaquil, Zamora, Loja y Quito fueron los primeros beneficiarios.
 
Uso del ozono
En tiempos de coronavirus, los generadores de ozono son ampliamente utilizados para desinfectar los espacios.

Para hogares, oficinas, laboratorios y grandes ambientes industriales, Proquimarsa y Aquaysistemas ofrecen una variedad de estos equipos en diferentes capacidades. Su aplicación abarca también la desinfección de grandes volúmenes y caudales de agua, no solo para beber sino para diversas aplicaciones.

Eddie Cevallos, gerente técnico de Proquimarsa, explica que los equipos son de fácil instalación y uso, y que no demandan de mayor mantenimiento. Estos generadores actúan ionizando las moléculas de oxígeno, de tal forma que el ozono se adhiere a las bacterias, las oxida hasta el núcleo, destruyéndolas por completo sin dejar residuos tóxicos.

“El ozono está comprobado como desinfectante viricida eficiente para eliminación de coronavirus y específicamente SARS COV2, este actúa no solo en las superficies, sino también en el aire pues al ser un gas, actúa en habitaciones enteras, áreas de procesos o laboratorios, y se puede garantizar que con la dosis adecuada el ambiente quedará desinfectado”, afirma Cevallos.

Utilizando los mismos principios, la Corporación Ecuatoriana de Ozono puso en marcha la construcción de cabinas de desinfección. Estos túneles surgen de la necesidad de dotar a la ciudadanía de elementos idóneos y seguros para el proceso de desinfección de personas, detalla el gerente general de la empresa, Ángel Llerena, quien también es investigador y docente de la Universidad Católica Santiago de Guayaquil.

La corporación instala actualmente cabinas en tres tipos de material: acero inoxidable, aluminio y plástico. Estas cuentan con microaspersores que aplican ozono en una concentración de 0.5 a una 1 parte por millón, varios de ellos han sido instalados al ingreso de diferentes mercados municipales en el país.

*Más información en el Especial de Salud Integral de Revista Enfoque que circula junto a Revista Vistazo.

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