El COVID-19 golpeó la cadena de pagos de varios sectores productivos
Fausto Lara sábado, 12 septiembre 2020 - 03:26
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La falta de liquidez es una de las principales consecuencias del impacto del COVID-19 en las diferentes actividades productivas a nivel mundial. La razón: la drástica reducción de las ventas y la caída de consumo.
Esta realidad afectó la cadena de pagos, la cual se ha roto como nunca antes, lo que se traduce en un incremento significativo del incumplimiento de obligaciones, también conocido como default, entre agentes económicos.
El mercado nacional no se escapó de esta situación, destaca Coface, empresa especializada en seguros de crédito. En este ramo, la siniestralidad o reclamo que registró la aseguradora provino en un 95 por ciento de créditos internos (dentro del país).
"Solo el 5 por ciento de la siniestralidad actual se origina en la cartera de crédito a la exportación y esto se debe a que, durante la crisis, el sector exportador logró mantener su actividad productiva con menor impacto", indica la empresa.
Según el Banco Central del Ecuador, entre enero y julio del presente año, el país recibió 11.113 millones de dólares por concepto de exportaciones. Es decir, una reducción de apenas el 14,4 por ciento con relación al mismo periodo del 2019, pese al duro impacto del COVID-19 en la economía mundial.
Por el lado de los impagos por sector, Coface destaca que las industrias más afectadas son el transporte aéreo, turismo, entretenimiento, automotriz, textil y construcción. Sin embargo, la siniestralidad en lo que respecta a seguro de crédito está principalmente concentrada en la agroindustria, metalmecánica, pesca y farmacéutica.
"En estos meses se ha evidenciado que un seguro de Crédito puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de muchas compañías, pues aquellas que cuentan con una póliza de este ramo han sido capaces de proteger su cartera", enfatiza la aseguradora.
En un contexto general,
la siniestralidad del primer semestre del presente año está controlada, sin embargo, sí se evidencia un incremento respecto de los niveles de 2019, y se espera que estos indicadores se sigan deteriorando dentro de los próximos seis o nueve meses.
Los análisis de predicciones estiman que la reactivación económica será lenta y tomará al menos 18 meses regresar al nivel previo a la pandemia.
Además, se evidenciará una economía diferente, con algunos sectores fortalecidos, otros debilitados y algunos en supervivencia, lo cual se puede relacionar con los cambios en los hábitos del consumidor que, en algunos casos, habrán cambiado para siempre. Un ejemplo claro es el comercio electrónico.
