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Hablar de sexo funciona

viernes, 13 octubre 2017 - 04:39
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“Yo tengo derecho a la privacidad sexual”, dice Lady, de 15 años, con voz firme y experta, mientras explica varios derechos sexuales y reproductivos que ha escrito con marcador en un paleógrafo. “Esto significa que nadie me puede tocar si yo no quiero. Debemos amar nuestro cuerpo, no hay nada de qué tener vergüenza”.  Esta es la reunión quincenal del club Zona Libre de Embarazo Adolescente en la casa comunal de Engabao, un pueblo costero en Guayas donde, además de esta actividad, esta tarde los adolescentes no tienen mucho que hacer. 
 
Lady es una líder en todo sentido. Está segura de lo que dice, tiene dominio de su audiencia y tiene algo más que le da aplomo: un plan de vida que ha elaborado en este mismo club. Lady ya sabe lo que quiere hacer: estudiar ingeniería empresarial en la universidad. Y muy  importante, sabe lo que no quiere hacer: “No voy a tener cinco hijos si no tengo trabajo ni cómo mantenerlos”. 
 
Tener un propósito en la vida y trazarse objetivos claros es la clave de esta estrategia que ha llegado ya a 12 mil chicas y chicos en 11 provincias. La imparte Plan Internacional, una Organización No Gubernamental (ONG) sin afiliación religiosa ni política, que ha trabajado en Ecuador por 55 años y tiene sus oficinas centrales en Londres.
 
El propósito de las Zonas Libres de Embarazo Adolescente es reducir el indicador de embarazos en menores de 19 años. En Ecuador, en 2015 el 21 por ciento de los partos fueron de madres adolescentes, según el INEC. Es un problema arraigado en las comunidades  más pobres y rurales. Los embarazos de niñas de 10 a 14 años, casi siempre es resultado del abuso sexual, han subido 78 por ciento en la última década.  En 2018 Plan Internacional presentará los resultados nacionales de este proyecto, pero un corte preliminar da cifras “impresionantes”, dice Rossana Viteri, directora de esta ONG.
 
En la provincia de Santa Elena, en nueve clubes con 300 adolescentes se reportaron sólo cuatro embarazos el año pasado; en Guayas, en 10 clubes con 124 participantes, se reportaron solo dos embarazos; en Los Ríos, en 11 clubes con 275 adolescentes en total, se reportaron ceroembarazos por dos años consecutivos.
 
Le toca hablar a Abel, de 13 años. “El  condón previene el embarazo no deseado  y también el VIH, que significa sida”, dice  señalando a la cartulina. “Pero cuidado,  los condones no siempre funcionan, se  pueden romper o a veces están pasados”.  Se escuchan susurros tímidos y risitas,  pero Abel continúa muy seguro. Es fácil  reconocer cuáles chicos tienen más tiempo  asistiendo a estos clubes.
 
“Nadie debe ser discriminado por su  identidad sexual”, dice Abel, “nadie nos  puede obligar a ser lo que no somos y nadie  puede quitarnos el derecho de hablar  de estos temas. Si quiero o no quiero  casarme, si quiero o no quiero tener familia,  es mi decisión y mi derecho”.
 
“¿Y quién les da este derecho?”, pregunta  la facilitadora de Plan Internacional,  Marianela Sarango.  “La Constitución”, responden los jóvenes  expositores.
 
En un país donde hasta  hace unos meses funcionaba  en la Presidencia el Plan  Familia, que promovía  la castidad y abstinencia  para frenar los embarazos  adolescentes, este tipo de  charlas suenan a algo prohibido,  pero este programa  se imparte desde hace  cuatro años sin interrupción.  Plan Internacional ha trabajado en  coordinación con el Ministerio de Salud  y los municipios locales para hacer un  diagnóstico de cada comunidad antes de  empezar los clubes.
 
Asunto de todos
 
Lady y sus amigos elaboraron una Agenda  Cantonal sobre Derechos Sexuales y  Reproductivos, y organizaron una fiesta  para presentar sus propuestas a la comunidad.  En plena reunión les preguntaron  a sus padres y autoridades qué era la  sexualidad para ellos, y los adultos, medio  atragantados e incómodos, “nos res pondieron conceptos que no  eran”, dice Lady, “mi padre  dijo que cuando él era chico  no se hablaba de eso. Hay  padres que creen que este  proyecto les está enseñando  a los chicos cosas que no  deben saber, por eso queremos  que cambien su forma  de pensar”.
 
En Engabao, Lady (al centro) lidera la reunión del club Zona Libre de Embarazo Adolescente.
 
Brenda, de 16 años, dice  que uno de los mayores problemas  es que “aquí hay niñas abusadas  sexualmente pero no lo dicen porque les  da vergüenza, porque el abusador es de  su familia, o porque cuando lo dicen las  obligan a hacerse de compromiso con el  abusador”.
 
Por eso integrar a los padres y autoridades  cantonales es parte vital de  este proyecto, explica Vivianne Almeida,  gerente de Plan Internacional en Guayas.  “Cuando vemos a niños y niñas que han  sido empoderados en estos clubes, es  evidente cómo sube su autoestima, logramos  que pierdan el miedo de pedir ayuda  y generamos en la comunidad la capaci dad de responder en grupo  a casos de abuso”.
 
“Si no logras un cambio  mental en las familias,  por más que la niña  tenga sueños y anhelos  de salir adelante, si papá  y mamá no la apoyan,  si las autoridades no se  involucran, las cosas no  cambian”, dice Almeida.
 
Un plan nacional
 
La alta cifra de embarazos  adolescentes, la violencia  de género, el trabajo  infantil doméstico y la  falta de acceso a la educación  son las cuatro grandes  barreras que truncan  la vida de una niña en el  Ecuador, según el estudio  de Plan Internacional,  Cartas de Niñas.
 
El trabajo de Plan Internacional  va a producir  un mapeo de las zonas donde el embarazo  adolescente es un problema más  enraizado y eso permitirá focalizar la  estrategia. “Esta metodología funciona.  En todos los territorios donde está el  proyecto ha habido una disminución  del embarazo adolescente. En Los Ríos  no tenemos ni un solo embarazo en los  clubes, ni un solo matrimonio precoz  en dos años, nadie abandonó el colegio,  el resultado es mejor  de lo que esperábamos”,  asegura Rossana Viteri.  “Este proyecto no lo hacemos  solos, está involucrada  la comunidad,  los organismos gubernamentales,  los municipios,  el estado. El Ministerio  de Salud está muy  satisfecho con los resultados  y aspiramos a que  este método se convierta  en una política pública”.
 
 
En 2015 Plan Internacional asesoró  al Ministerio de Educación en la elaboración  del programa Educando en Familia,  que incluye una guía para profesores de  cómo abordar temas de salud sexual y
afectividad. “Estamos en conversaciones  para reforzar estos temas en una  siguiente etapa, en la coyuntura de una  cruzada nacional contra la violencia sexual.  Nuestro sueño es que el  país se convierta en una zona  libre de embarazo adolescente”.
 
Viteri dice que los clubes de  adolescentes podrían funcionar  también en los colegios, aunque  comprende que es “una propuesta  un tanto delicada porque  nuestro país aún es conservador,  aún hay tabúes y se cree que  si los adolescentes tienen más  información van a tener más actividad  sexual, cuando no es así”.
 
En los clubes se explica el uso de anticonceptivos.  La disponibilidad de información  y métodos de contracepción en  centros de salud cercanos es importante  para que el programa funcione. Sin embargo,  Viteri dice que aún más importante  es “generar esa autoestima, esa  capacidad que hace que una niña pase de  la actitud de ‘ya me tocó esta vida y qué le  voy a hacer’, a la convicción de que puede  lograr grandes cosas. Ya con esa fortaleza  va al centro de salud y busca atención”.
 
Cuando las chicas han pasado algún  tiempo en los clubes, se las invita a  ser parte de las Escuelas de Liderazgo,  donde se refuerzan las mismas ideas.  Varias jóvenes que hoy son líderes de  sus comunidades han surgido ya de este  proyecto. Mirelli Castro, de Santa Lucía,  estudia en la Universidad de Guayaquil;  Denisse Yagual de Playas, va a la Espol.  Lady va por ese camino. En una reciente  reunión de una junta cantonal, ella  pidió la palabra y dijo que consideraba  importante que les hagan exámenes de  laboratorio. Las autoridades hicieron  las gestiones y en unos días, una brigada  médica cumplía su pedido.
 
“Sigan comprometiendo a las autoridades  para lograr cambios”, les dice  Vivianne Almeida, “estamos para apoyarlos  pero ustedes son los protagonistas,  sigan con esas ideas fantásticas, que  no hay nada que no puedan lograr”.

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