“El laudo cita un caso aislado de corrupción”
María Belén Arroyo lunes, 8 octubre 2018 - 05:50
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Al mes de haber asumido la Procuraduría General del Estado, le llegó una papa caliente: Íñigo Salvador se estrenó recibiendo el laudo de un tribunal arbitral de La Haya, según el cual a la firma petrolera Chevron las cortes ecuatorianas le negaron justicia.
El laudo establece que la sentencia que condenaba a la petrolera a pagar 9.500 millones de dólares a los perjudicados por la contaminación del crudo, en poblados amazónicos afectados por cáncer, fue emitida en forma corrupta.
¿Cómo recibió el laudo?
Es necesario que aclare. El laudo dice –ojo, no lo digo yo, no se interprete que las palabras son mías- que hubo una sentencia fraudulenta. La traducción exacta desde el inglés es más dura. El laudo habla de corrupción: el juez recibió una promesa de recibir dinero a cambio de permitir que le “dieran escribiendo” partes de la sentencia de 2011 (que obliga a Chevron a pagar 9.500 millones como reparación).
En suma, una negociación dura y pura.
Es un tema que se venía discutiendo. Se trata de un arbitraje largo, de casi nueve años. Que fue objeto de otro juicio en Estados Unidos. Es el juicio a la luz del acta RICO, por las siglas en inglés del acta que habla de conductas mafiosas de la delincuencia organizada. Ese proceso determinó en un tribunal estadounidense, que efectivamente esos actos de corrupción habrían ocurrido. Aunque no tiene fuerza en Ecuador, para el tribunal arbitral fue un indicio de que esos actos de corrupción en el poder judicial ecuatoriano habrían ocurrido.
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