Dos municipios, dos realidades
Diana Romero domingo, 4 noviembre 2018 - 09:51
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“Cuando yo era niño, los guayaquileños ponderábamos la labor municipal de la Capital. Hoy es exactamente al revés”, escribió el exvicepresidente de la República Alberto Dahik. Y añadió una pregunta: “¿Cuán diferente son las finanzas de Guayaquil, por ejemplo, con las de Quito, sometida por muchos años a presiones políticas y a un manejo totalmente diferente?”.
Las dos ciudades más pobladas, juntas, suman el 41 por ciento de la población del país y coinciden en algunos de los problemas sociales, ¿por qué se manejan de manera diversa? El espejo del ayer En los años 70, Quito se enorgullecía de tener y haber tenido grandes alcaldes.
La administración más larga fue la de Sixto Durán-Ballén (1970-1978). Durante su gestión se concreta ron muchos proyectos de infraestructura propios de la especialización de urbanista que ostentaba el alcalde. Su figura se volvió presidenciable.
A mediados de los 80, la elección del más popular radiodifusor quiteño, Gustavo Herdoíza, llegó con más incógnitas que esperanzas. A los 100 días de su gestión, a fines de 1984, ya una investigación de Vistazo encendía las alarmas. Lo sucedió Rodrigo Paz Delgado, quien reorganizó la administración y recuperó rápidamente la imagen de un municipio ágil y moderno.
Entre 1970 y 1988, Quito tuvo seis alcaldes. En esos mismos 18 años, Guayaquil tuvo 17, algunos por pocos días. Cuando el expresidente León Febres-Cordero llegó al Sillón de Olmedo en 1992, clausuró el edificio municipal para reorganizarlo física y administrativamente. Entre otras cosas, anunció la eliminación del sindicato de trabajadores municipales. Entonces funcionarios del Municipio de Quito asesoraron a los nuevos empleados municipales guayaquileños en una colaboración para entonces inédita.
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