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“Correa es el autor principal por acción u omisión”

lunes, 22 enero 2018 - 03:13
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César Montúfar, director de Concertación Nacional, acaba de comprobar que para quien ha hecho de la política una razón de vida y en su caso desde los 13 años, no existe la retirada. En las elecciones de febrero de 2016, no logró una curul como asambleísta nacional. Una derrota más en sus muchos intentos electorales, lo que hizo que algunos lo declaren “acabado”. 
 
Sin embargo, con el mismo ímpetu con que recorrió el país pidiendo que voten por él, se embarcó en una acción temeraria: convertirse en acusador particular de Jorge Glas. Y lo hizo, como en sus empeños electorales, sin más recursos que su tiempo y su convencimiento de  que era una causa justa, probando que en la vida “solo se debe ceder a los dictados de la conciencia y el deber”. (Churchill). 
 
 
¿Qué le impulsó a ser acusador particular de Jorge Glas?
 
La impotencia. Había seguido el caso por más de dos años y aunque las evidencias eran claras, la Fiscalía no lo iniciaba. En junio, con el grupo de abogados que me apoya –Raúl Cabanilla, Paulina Jiménez, Julio César Sarango y Jackeline Pachacama– decidimos utilizar  los “derechos difusos”, un resquicio en el Código Penal, que define a las víctimas en un sentido más amplio y presentar una acusación desde la ciudadanía.
 
Como acusadores logramos que comparezca Olga Muentes exasesora de Glas, quien dio información interesante, solicitamos documentos con todos losviajes que Glas realizó como ministro de Sectores Estratégicos en 2011 e incorporamos una sentencia de casación en un  caso laboral, en que siendo ya ministro, Glas actuó como representante de Televisión Satelital, empresa de su tío.
 
¿Y qué aportó esto al proceso?
 
Demostró que la acción de Glas contradecía  su discurso de que fue el verdugo  de Odebrecht y que “echó a patadas  a la empresa”. Glas fue el principal  operador del gobierno de Correa con  Odebrecht. Si a esto se añade los juicios  de Lava-Jato en Brasil y la sentencia del  Departamento de Justicia de Estados  Unidos, según la cual un funcionario del  gobierno de Ecuador recibió 33 millones  de dólares, resultaba imposible no pensar  que Glas no hubiera entrado en el esquema  corrupto que Odebrecht instaló  en América Latina y África. No obstante,  el caso no avanzaba hasta que ocurrió la  acción determinante de la fiscal Diana  Salazar para apresar al tío del vicepresidente  y la vinculación de Jorge Glas.
 
¿Y el fiscal Carlos Baca?
 
Por el fuero de Glas, el caso pasó al  Fiscal General. He felicitado la acción de  Baca durante el juicio. Estuvo a la altura.  Solo tuvo una omisión en su alegato final,  no pidió al Tribunal que devuelva a la Fiscalía  el expediente para perseguirlo por  otros delitos, eso lo hicimos nosotros. Lo  más importante es que a pesar de que tuvimos  como fiscal a Galo Chiriboga, a pesar  del desmantelamiento, politización y  control, en la Fiscalía hay un gran capital  humano, y lo puedo decir con esperanza,  que sostuvo este proceso.
 
¿Cuál es la trascendencia de este fallo?
 
Que tengamos un vicepresidente  sentenciado en primera instancia por  asociación ilícita significa que en nuestro  país se estructuró una  organización delincuencial  que se asoció ilícitamente  para perpetrar delitos  en contra del Estado. La  sentencia establece estos  delitos: peculado; cohecho;  concusión; testaferrismo;  lavado de activos.  Sin embargo, la acción de  esta organización criminal  solo tiene que ver con una parte muy  pequeña de los Sectores Estratégicos.
 
Esta organización criminal actuó con  impunidad, legalizando sus actos, pues  se cambiaron leyes de contratación pública,  de la Contraloría, el Código Penal  en algunos artículos centrales, la misma  Constitución de Montecristi. Es decir,  se constitucionalizó, legalizó e institucionalizó  el funcionamiento de una  organización delincuencial que operó en  el corazón económico del Estado.
 
¿Termina el caso Odebrecht en Jorge Glas?
 
De ninguna manera. Se pidió una reparación  de 35 millones de dólares, pero  entre los contratos firmados y lo que  el Estado pagó, hay una diferencia de  830 millones. En diciembre pedí que se  vincule a Odebrecht y Rafael Correa. Se  necesitará un proceso pericial profundo  para determinar el verdadero monto  con que se afectó al Estado, pero solo se  ha cubierto en este caso cinco proyectos.
 
¿Cuál es la base para vincular a Rafael Correa?
 
Rafael Correa tomó la decisión de  modificar la estructura y funcionamiento  de la administración para unificar  petróleo, energía, comunicaciones, infraestructura  en una sola persona. Eso  es una decisión administrativa totalmente  deliberada, que generó el ámbito  para el funcionamiento de esta organización  criminal y al  mismo tiempo cambió las  leyes pertinentes y firmó  decretos de emergencia  para la contratación rápida  de las obras.
 
¿No había la intención de volver más eficiente el trabajo para la transformación del país que Correa buscaba de forma vehemente?
 
Lo que ocurre es que procesalmente,  el 13 de diciembre ya hubo una sentencia  que dice que existió una organización  delincuencial asociada ilícitamente  contra el Estado, y en esta organización  estaba el vicepresidente, el contralor,  funcionarios de distintos rangos, empresas  ecuatorianas, transnacionales,  instituciones financieras nacionales e  internacionales. El reto es desmantelar  la organización y eso implica varios procesos  judiciales, donde se debe vincular a  Rafael Correa.
 
¿En calidad de qué?
 
Autor principal, porque eso es lo que  significa la sentencia en términos jurídicos.  Es autor por acción u omisión.  Por acción hemos mencionado numerosos  hechos: los decretos ejecutivos, los  cambios en las leyes, la Constitución,  en la administración del Estado para  fusionar los Sectores Estratégicos. O por  omisión, pues según el artículo 322 de la  Constitución sobre las responsabilidades  civiles y penales de los funcionarios  públicos, estos son penalmente responsables  por lo que hacen o dejan de hacer  y aquí claramente estas decisiones de  Rafael Correa facilitaron la acción de  esta organización delincuencial.
 
¿Es posible pensar que Rafael Correa no estaba al tanto de lo que ocurría? 
 
En el juicio, tanto Glas como Alexis  Mera sostuvieron que él estaba enterado  absolutamente de todo. Pero si  no lo estuvo y confió en Glas, quien  lo habría engañado durante 10 años,  es responsable penalmente, porque  ningún servidor público, más aún un  presidente puede encargar una función  y desentenderse de ella. El Código Penal  establece que la autoría directa o la  mediata tienen la misma pena.
 
¿Por qué no se usaron en el proceso las delaciones de otros funcionarios de Odebrecht, que declararon sobre Ecuador en el Lava-Jato?
 
La única delación usada fue la de  José C. Santos, pero hubo otras 11. En  la medida en que esto comience a salir,  los procesos y los vinculados que van a  responder penalmente a la justicia ecuatoriana  serán muchísimos más.
 
¿Va a seguir actuando como acusador en los procesos que siguen?
 
No tengo capacidad, soy un profesor  universitario y un político activo. Voy  a concentrarme en el tema de Rafael  Correa porque estoy totalmente convencido  de que es el autor intelectual de esta  organización criminal.
 
¿Por qué ha tenido éxito como activista, pero no en las elecciones?
 
Tenemos una organización inscrita  desde la oposición, sin haber llegado al  poder ni contar con una gran chequera,  que ha logrado sobrevivir en condiciones  de gran adversidad. Estoy en política  15 años, hemos participado, perdido y  hemos ganado una elección. Para eso  estamos los políticos y yo soy político  desde los 13 años. 
 
Un político que hizo el viraje desde la izquierda a la derecha.
 
Me inicié en el mismo partido del  que fue miembro Lenín Moreno, el MIR  de izquierda radical y ahora soy un político  liberal de centro, cuya organización  no se ha vendido ni manchado, que ha  propuesto programas globales. El éxito  no es solo llegar al poder, reconozco que  no hemos sido efectivos, pero la meta es  llegar al poder.
 
Han fracasado varios intentos de alianzas, sostienen que por sus excesivas demandas: ¿Si usted no está primero, no hay acuerdo?
 
Siempre dicen eso y a lo mejor es una  crítica que tengo que asumir. El tema  pasa por las formas, nosotros somos  muy sobrios y tratamos de hacer una  política horizontal, mientras otros lo  hacen de manera jerárquica. No concretamos  acuerdos pero los políticos debemos  dialogar civilizadamente.
 
Aún con PAIS.
 
Por supuesto, el poscorreísmo es una  fuerza política, que debe operar dentro  de las reglas de la democracia. Eso es una  sociedad pluralista.
 
No obstante, la cultura política nacional es autoritaria.
 
El autoritarismo es la solución más  fácil, pero los políticos democráticos  necesitamos presentar otros repertorios  de acción. La política es pedagogía y es  un trabajo de vocación y de toda una  vida. Siempre voy a ser político y me  siento orgulloso de serlo. Al menos así  veo las cosas, tal vez por eso no he sido  exitoso electoralmente.
 
¿Cómo puede el país tener gobernabilidad y a la vez pluralismo?
 
Lo conveniente sería que existan  cuatro o cinco grandes partidos. Lamentablemente,  el sistema de partidos que  creó Alianza PAIS iba en la dirección de  un partido hegemónico, que está estallando  hoy. Las divergencias son solo  en el partido hegemónico, los demás no  cuentan. En la selección de la terna para  el reemplazo del vicepresidente, la lógica  fue resolver los problemas de la coalición  hegemónica. No hubo una visión de un  proyecto nacional.
 
¿No han muerto los partidos en la era de las redes sociales?
 
No. Los partidos cumplen una función  que es irremplazable, que es articular  la visión del conjunto.
 
Pluralismo y democracia en países de instituciones débiles generan inestabilidad y para crecer se necesita estabilidad.
 
Se necesita liderazgo, pero lo que hemos  tenido los últimos años fue la construcción  de poder presidencial, atravesado  por la delincuencia organizada.  No solo Correa fue un presidente muy  poderoso, sino que dentro del Estado  había una estructura delincuencial. Esa  la importancia de la sentencia.
 
¿Está acabado Correa políticamente?
 
En política no hay muertos, como  decía Winston Churchill.
 
Los correístas sostienen que se lo quiere acabar, a través de los juicios, diciendo que es delincuente. 
 
Es que lo fue, pero también fue  político.

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