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Anelka: El Incomprendido

jueves, 17 septiembre 2020 - 07:21
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Para muchos franceses Nicolas Anelka ha sido un fraude, un talento desperdiciado, un mal agradecido, un “enfant terrible” del futbol como lo son ahora Ribéry o Benzema.
 
Todos tienen su opinión acerca de Anelka y la mayoría lo recuerdan como un deportista brillante salido de los suburbios de Paris, un adolescente de origen humilde llegado demasiado rápido al estatus de estrella.
 
La hinchada y la prensa fueron sin piedad con el mejor atacante de su generación. Arrogante, asocial y conflictivo Anelka tenía la fama de no respetar las decisiones de sus directores técnicos, de seguir sus propias reglas y valores.
 
 
¿Fue realmente así Anelka? Como lo titula el documental fue “incomprendido” y después de seguirlo por más de hora y media en la superproducción de Netflix el “bad boy” no parece tan malo…
 
Trotamundo aparte
 
Franck Nataf siguió a Anelka durante siete años en su cotidianeidad: la experiencia de jugar en China e India (al final de su carrera), vivir lejos de Francia, los cumpleaños de sus hijos, palabras de sus amigos Paul Pogba, Thierry Henry o Patrice Evra.
 
Anelka repasa toda su carrera en un documental que cubre 40 años de una vida llena de experiencias. Describe la vivencia de un futbolista profesional de élite cuando el fútbol y el negocio van de la mano: las presiones, el dinero, la gloria, las traiciones, los traspasos, la relación con los entrenadores e incluso el odio entre jugadores.
 
Hoy en día Nicolas Anelka es millonario y vive en Dubai con su esposa y sus tres hijos. Desde hace 4 años se dedica a su familia y ahora decidió estudiar para ser DT de futbol. No es mala idea como revancha sobre la vida de un futbolista que siempre tuvo problemas con sus entrenadores.
 
Anelka es un tipo aparte. Habla muy bien, tiene una amplia cultura general y las ideas claras acerca de lo que valía como futbolista pero deja en claro que quería jugar para ser el mejor, no buscaba ser querido por el público ni los entrenadores pero sí por sus compañeros.
 
Se lo tildó de trotamundo –jugó en 13 clubes y marcó 208 goles- y mercenario del futbol, él responde que quería ser un referente y no podía perder el tiempo con entrenadores mediocres. 
 
De Trappes a Dubai
 
 “No hagan nunca lo que yo hice, solo se crearán enemigos”, dice “Nico” en los primeros minutos del documental que lo muestra corriendo por el desierto de Dubai. Luego nos encontramos con su infancia en el barrio suburbano de Trappes, donde creció este hijo de martiniqueños sin mayores lujos.
 
Su camino por el mundo del futbol comenzó a los 13 años cuando en 1992, pasó a formar parte del Instituto Nacional del Fútbol de Clairefontaine donde coincidió con Thierry Henry.
 
Luego el documental muestra como Anelka se adentró en la controversia a mediados de los 90, cuando con solo 17 años de edad decidió dejar el PSG por el Arsenal -teniendo la obligación de jugar en su país hasta los 22 años-.
 
Anelka no siguió las reglas y llegó en 1997 a la Premier League bajo la guía de Arsène Wenger, el legendario entrenador del Arsenal entre 1996 y 2018.
 
Luego se sumarían su polémico paso por el Real Madrid, equipo al que llegó en 1999 por la cifra récord de US$ 40 millones. Sin embargo, aquí nunca se sintió bienvenido por sus compañeros “estrellas creídas”. 
 
Decide no ir a dos prácticas, lo suspenden por 45 días y la prensa lo crucifica con titulares asesinos. Siguieron el Liverpool, el Manchester City.
 
Un paseo por Turquía y de nuevo Inglaterra con el Bolton y Chelsea donde se realiza como futbolista hasta fallar un penal en el 2008 en la final de la Champions League ante el Manchester United. De incomprendido se convirtió en blanco perfecto.
 
Más tarde llegarían las disputas con entrenadores de la selección francesa desde el Mundial de Francia 1998 hasta el último en Sudáfrica 2010 provocando su expulsión prematura de la competencia.
 
El episodio de Sudáfrica es quizás el más interesante del documental porque las verdades de Anelka son tremendamente convincentes. Afirma no haber insultado el DT (lo que la prensa y el mismo Domenech tuvo que aceptar meses después), explica porque no podía aceptar jugar en el puesto asignado por el DT y más que todo explica perfectamente porque sus compañeros se solidarizaron con él. 
 
Burlado y odiado
 
En el 2010 Anelka fue culpado por el mismo presidente de la república Nicolás Sarkozy por la eliminación de Francia en el Mundial de Sudáfrica, la ministra de deportes Roselyne Bachelot lo tildó de “delicuente inmaduro” y el rapero de moda Stomy Bugsy le dijo “estúpido” en una de sus canciones.
 
 
Como contraparte el documental recorre muchas reflexiones de la presión en el fútbol de élite y la importancia de la comunicación en figuras públicas. Anelka pero también Wenger, Vieira, Petit, Evra, Gallas y Henry dan una versión inusual de vivir el fútbol moderno… relevante y constructivo.
 
Mientras tanto Anelka se muestra atípico, leal con sus amigos de la selección, solitario, autosuficiente y sobre todo muy orgulloso. “Siempre asumí lo que dije o hice”, afirma como si quisiera recibir los méritos del rebelde y de la víctima al mismo tiempo. 
 
 
¿Genio incomprendido? Obviamente el documental tiende a disculparlo y abundan las palabras de su familia, amigos, colegas y periodistas admiradores.
 
Hay pocas voces para contradecir el primer jugador galo que levantó la voz fuera de las canchas para desafiar el sistema francés y decidir su propio destino dentro de ellas.
 
“Nico” no se arrepiente de nada y es su fuerza. Lo que está claro es que será un jugador recordado, pero más por lo que fue, por lo que pudo haber sido.

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