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"Sin muertos no hay carnaval"

lunes, 2 mayo 2016 - 12:50
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“Sin muertos no hay carnaval” (SMNHC) es sin duda el filme nacional más esperado del año. Sebastián Cordero es desde 1999 –cuando presentó su ópera prima “Ratas, ratones, rateros”– el director de cine ecuatoriano de mayor trascendencia y recordación. Su “Pescador” fue la última película hecha en el país que se puede calificar como taquillera en términos locales, pues tuvo más de 100 mil espectadores en 2012; desde entonces el público para las nacionales ha bajado de forma importante: en 2014 se proyectaron 16 largometrajes en salas, y entre todos no llegaron a sumar los 70 mil espectadores. A los cinco estrenos del año pasado no les fue mejor.

La nueva película de Cordero promete superar esa tan mentada y creciente desconexión entre realizadores y públicos. Rodada en Guayaquil con Andrés Crespo Víctor Aráuz en papeles protagónicos, la historia de SMNHC gira en torno a un conflicto social de gran actualidad: el tráfico ilegal de tierras que deriva en barrios precarios y dinámicas sociales violentas, aquello que en Ecuador llamamos las invasiones.

El actor Andrés Crespo es el autor de la idea original de la película. En 2007 ganó un premio para escritura de guion en la primera convocatoria del recién creado Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CNCine). Aquella versión fue luego coescrita junto a Cordero (con quien ahora comparte créditos como guionista).
 

“Se trata de una película coral –explica Cordero. Es decir, el conflicto se desarrolla con la presencia de distintos personajes: los dueños de ese terreno, los que están ahí viviendo, y los traficantes. Son tres líneas dramáticas para contar una historia que tiene tensión, suspenso y contenido social”. Al momento de esta entrevista, el director de “Europa Report” se prepara para viajar a México a trabajar en ciertos aspectos de la posproducción de SMNHC. Ya está lista la edición final, quedó en 96 minutos. Todo marcha a tiempo. El plan es estrenarla en los cines de Ecuador en septiembre, y ese mismo mes empezar la gira en festivales internacionales.


Sebastián Cordero (Quito, 1972) fue uno de los 38 cineastas ecuatorianos
que publicaron en febrero una carta en desacuerdo con la reducción
del 60% al presupuesto del CNCine y la suspensión de los fondos concursables.

¿Cuál es el presupuesto de SMNHC y cómo se ha financiado?
El presupuesto de la película es de dos millones de dólares. Es una coproducción ecuatoriana, mexicana, y con una participación minoritaria alemana. En Ecuador tuvimos fondos del CNCine, un aporte del Municipio de Guayaquil, de Ibermedia, y de inversionistas privados. De México el mayor ingreso vino gracias a los estímulos fiscales, son empresas que al invertir en películas le deducen de sus impuestos. A eso deberíamos estar apuntando aquí. Es algo que funciona muy bien en México, Brasil, Colombia, es el futuro del financiamiento del cine, la mejor forma de mezclar lo público con lo privado.

Frente a la reducción del 60 por ciento de los fondos del CNCine, y la suspensión de los fondos concursables de este año, ¿cómo evalúas la situación del cine nacional?
Los cineastas estamos tratando de pelear para que eso no suceda. El impacto cultural del cine en cualquier país es importantísimo, y creo que sí se lo ha valorado, pero hay que respaldar esa valoración con un apoyo más fuerte, inclusive en tiempos de crisis. Es una época de incertidumbre: se está discutiendo la Ley de Culturas, se habla de la creación de un instituto de cine… Se siente una preocupación grande en el sector. Ahora, a nivel de estrenos habrá algunos muy interesantes en 2016 – “Alba”, la película de Mateo Herrera, “UIO”...– , tal vez sea un año que se lo sienta más bien como muy positivo y productivo, que va a aparentar ser mucho mejor que los anteriores. Lo que se va a afectar es la producción futura, levantar un proyecto nuevo es muy difícil, y los fondos del CNCine son un capital semilla importante, aunque no sean suficientes.


   El equipo técnico incluye a una diseñadora ganadora de un Oso de Plata
(Bárbara Enríquez, por “El premio”) y un sonidista dos veces nominado
al Óscar (Martín Hernández, por “Birdman” y “El Renacido”).

 

¿Los fondos del CNCine no son suficientes?
A pesar de ser un gran apoyo, no. Si se trata de una película grande solo sirve para financiar un porcentaje bajo. Si haces algo pequeño funciona bien, pero básicamente incentiva un cine chiquito, que tal vez tenga menos chance de posicionarse afuera. Si hubiera estímulos fiscales de repente podrías financiar un millón de dólares a través de dinero privado. A nuestro cine no hay que orientarlo o empujarlo hacia una sola dirección, o a cierto tamaño o tipo de proyecto. Nos hace falta incursionar en los géneros: terror, fantasía, ciencia ficción, algo que suele verse en países con más industria. La preocupación es real, pero se va a seguir haciendo cine, al menos yo lo haré, como sea. Si realmente se retiran los fondos habrá que darse modo, pero ojalá que no sea así.

Los últimos años se ha discutido bastante sobre la desconexión entre los realizadores y el público, que se refleja en la baja taquilla del cine nacional. ¿Cuál es tu opinión?
Es algo real y preocupante. Entiendo que haya un cine más de autor y que no llega a un público más grande… pero el cine es arte e industria, una actividad expresiva y al mismo tiempo pragmática. Como director, guionista o productor, vas procurando que desde tu perspectiva (finalmente es subjetivo) funcione en varios niveles. Por un lado con el público, que sea una película enganchadora, que tenga ritmo, que fluya. Pero que mantenga la integridad de la historia que está contando. Al final es una cosa de números: si con tu manera de financiar la película logras minimizar el riesgo, al momento del estreno estás del otro lado. Eso es justamente lo que estamos tratando de hacer con SMNHC, estrenar sin deudas. Pero minimizar el riesgo demasiado también tiene su peligro, a mi modo de ver, porque si ya no tienes necesidad de recuperar algo no le vas a poner el mismo ñeque, y si la película solo se ve entre tu grupo de amigos y tu mamá ya es suficiente.

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