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La gran fiesta tsáchila

domingo, 27 marzo 2016 - 09:48
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Fotos: Municipio de Santo Domingo / Gobernación Tsáchila 

El 26 de marzo se celebra el Año Nuevo o Kasama-Wama con chicha, rituales, baile y ferias artesanales. En esta ocasión, la comuna Chigüilpe recibirá a los integrantes de esta nacionalidad indígena de Santo Domingo.

El florecimiento de los árboles y los abundantes peces en los ríos de la provincia de Santo Domingo son las principales razones para celebrar a lo grande. En agradecimiento a los frutos de la naturaleza, los tsáchilas festejan el Kasama-Wama, que significa la llegada del día grande o el inicio de un nuevo año.

No lo hacen el 1 de enero como en el resto de Occidente. Ellos se basan en su calendario ancestral. Por eso, esta fiesta cambia de fecha cada año. Ahora coincide con el sábado de Gloria o de Semana Santa del calendario católico. En esta ocasión se realizará el 26 de marzo y la sede será la comuna de Chigüilpe, ubicada en el kilómetro siete de la vía Santo Domingo-Quevedo.


Danza. Las siete comunidades de esta nacionalidad indígena se reúnen en
un solo sitio para recibir el año nuevo. Ellos lucen coloridos vestuarios y
los hombres se destacan por su cabello peinado con una pasta de achiote.

Esta reunión también es una oportunidad para que los tsáchilas se reencuentren con sus raíces y se consolide la unión como nacionalidad entre los habitantes de las siete comunidades.

Hace varias décadas atrás, esta celebración era la oportunidad idónea para que se pida la mano de la futura esposa. Al son de la marimba, los tsáchilas no solo festejaban el año nuevo sino la formación de una nueva familia.


Navegantes. Los tsáchilas construyen balsas con caña guadúa para movilizarse
por los ríos de Santo Domingo. Esa es una alternativa debido a
que en invierno algunas comunidades quedan incomunicadas.

El Kasama-Wama se dejó de realizar durante tres décadas por divisiones internas. A partir de 1998 se retomó con algunos cambios como la inclusión de concursos y presentaciones de grupos de danza.

DÍAS PREVIOS

Los preparativos se inician dos meses antes. En la elaboración de la agenda participan los líderes que integran el cabildo y el consejo de gobernación. La máxima autoridad es el gobernador o tsa’chi miya, quien es electo cada cuatro años. Con el fallecimiento de Abraham Calazacón en 1981 se terminó la tradición de los gobernadores vitalicios.


Maquillaje. El huito es una pepa similar a la del aguacate con
la que se pintan sus rostros y cuerpos para las ceremonias.

La primera actividad es el corte de la caña de azúcar y la molienda en el trapiche que se realiza el 21 de marzo. Al día siguiente se prepara la chicha para la fiesta conocida como malá. Esta es una bebida fermentada de maíz molido con caña de azúcar.

A partir del 23 de marzo se desarrolla la feria de artesanías, comidas típicas y de medicina tradicional. Mientras que el 24 de marzo se organiza el concurso de balsa y la maratón tsáchila.

Durante el Viernes Santo se realiza el intercambio cultural con nacionalidades indígenas de las otras regiones del país. Al final del día se realiza el ritual del huito con los sabios tsáchilas. El huito es una pepa similar a la del aguacate con la que se pintan sus rostros y sus cuerpos para las ceremonias. Los colores que obtienen son el negro azulado y el verde claro. El proceso de maquillarse con ese vegetal se lo conoce como maliquedé.


Caza. Esta es una actividad ancestral que ya no la practican tan seguido
con el fin de cuidar el ambiente. Ahora es uno de los concursos que
realizan durante el Kasama-Wama para medir su habilidad con el arco.

EL GRAN DÍA

El Kasama-Wama inicia a las tres de la mañana del sábado con el baño de purificación espiritual en el río Tawuaza, ubicado en la comuna Otongo Mapali. En este ritual, los pone o shamanes invocan en tsa’fiki –lengua de los tsáchilas– a los dioses existentes en las montañas, en los ríos y en el bosque tropical.

Los pone son los encargados de curar las dolencias de sus coterráneos con hierbas medicinales del sector. Además tienen conocimientos para combatir la hechicería y son los que dirigen los rituales. Durante el Kasama también hay espacio para profesar la fe católica. El jueves se celebra la Última Cena de Jesús y el sábado se realiza una misa campal.


Vestuario. Los hombres usan el manpe tsanpa o falda. Se caracteriza por sus
franjas azules o negras. Las mujeres lucen el tunán, que tiene los colores del
arco iris. Ellas complementan con blusas de colores fuertes.

Luego se realiza la elección de Kasama Sona o reina del gran día entre mujeres menores de 18 años. El objetivo de la ganadora y de las demás concursantes es promover el uso del vestuario, las tradiciones y del idioma tsa’fiki entre los jóvenes.

CONCURSOS ANCESTRALES

Durante el día grande hay espacio para los concursos ancestrales. Uno de ellos es del Mumuka, en el que se elige el mejor peinado. Los hombres se colocan en el cabello una pasta elaborada con leche de sandí y achiote con el fin de que tenga forma de visera. “El achiote es un símbolo de vida y pureza. Al estar diezmados por una enfermedad que eliminó a casi toda la población, nuestros ancestros consultaron a los dioses con qué íbamos a poder cuidar la existencia y la respuesta fue a través del achiote. Antes los tsáchilas no se pintaban el cabello”, cuenta Edison Aguavil.


Unión. El Kasama- Wama se dejó de realizar durante tres
décadas por divisiones internas. A partir de 1998 se retomó 

la fiesta con la participación de las siete comunidades.

Por el color que deja el achiote en el cabello, ellos eran conocidos popularmente como indios colorados. Pero, ellos impulsaron para que se les conozca por su nombre ancestral: tsáchilas, que significa personas de verdad. En otra competencia se elige el mejor traje típico. El vestuario de los hombres está compuesto por el manpe tsanpa o falda tsáchila. Mientras que las mujeres lucen el tunán (falda) con zapatillas y blusas de colores fuertes.

Otras competencias están relacionadas a sus actividades diarias: la natación y el equilibrio en una caña guadúa, material con el que hacen las canoas para navegar por los ríos de la zona. Cada año, el Kasama-Wama se realiza en una comuna diferente. A futuro, los tsáchilas tienen planificado esperar el gran día en un solo lugar.

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