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A Hard Day´s Night: una experiencia suspendida en el tiempo

jueves, 17 marzo 2016 - 03:58
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Se apagan las luces y las jovencitas que llenan las butacas del cine gritan con emoción, las letras en la pantalla las iluminan, los primeros acordes de algo nuevo y emocionante resuena en ellas y empieza el coro de suspiros. The Beatles debutaba en el cine en 1964 con “A Hard Day’s Night” y todos los críticos estaban atentos para destruirla. Sin embargo, esta ligera caricatura de la vida y de la fama de los chicos de Liverpool, era audaz y genuinamente cómica. “A Hard Day’s Night” es un film que a pesar de tener más de 50 años, no envejece, y se mantiene en el tiempo como un hito en la historia del cine y de la música.
 
 
Esta película captura el espíritu de The Beatles, en medio de un fenómeno nuevo para la época: el fanatismo extremo hacia un grupo musical. El guión fue escrito por Alun Owen, basándose en la realidad que The Beatles estaban viviendo y pasó varios días con el grupo. Les dijo que sus vidas eran básicamente “un tren y una habitación y un coche y una habitación y una habitación y una habitación”. Se habían convertido en prisioneros de su propia fama. 
 
El film se vuelve una sátira de su estilo de vida, una liberación de lo que la fama los obligaba a ser, por medio de la irreverencia y el humor. Vemos a The Beatles como sencillos y simpáticos muchachos que solo buscan un momento de paz en medio del acoso de su manager, las preguntas tontas de los periodistas y las hordas de fanáticas enloquecidas que los perseguían. 

Es claro que John, Paul, George y Ringo no son grandes actores pero es justamente esa candidez lo que los hace personajes tan agradables. Así, el documental falso termina siendo casi real, pues aunque se vestían igual y se peinaban igual, la personalidad de cada uno trascendía: esa rebeldía contra lo establecido, la confianza en ellos mismos, su actitud bromista hasta en los peores momentos. Al final, son ellos, aunque superficialmente. El rostro de John, a veces tan duro y a veces tan burlón, contrasta con la inocencia casi infantil en el rostro de Paul y esa combinación nunca deja de ser fascinante.
 
 
Richard Lester, construye imágenes a través de la música, mediante la innovadora -en ese entonces- técnica de editar imágenes al ritmo de la música de The Beatles. A Hard Day’s Night fue la precursora del corte rápido, el uso de las cámaras de mano, los fragmentos de diálogos intercalados rápidamente y la música utilizada con intención en un documental. Son técnicas que influenciaron inmensamente la construcción del lenguaje audiovisual y su narrativa es tan atemporal como el carisma de sus protagonistas.
 
Este 18 de marzo, se renueva la oportunidad de revivir la emoción de quienes se sentaron en el Pavillion Theatre el 6 de julio de 1964 para ver en la gran pantalla a una de las bandas más importantes en la historia de la música. Cuando las luces se apaguen y suenen los primeros acordes, nosotros, más de cinco décadas después nos podremos contagiar de la histeria colectiva y sumergirnos en esta hiperrealidad del mundo del rock and roll.
 

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