<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

"Después de usted", la autobiografía de Rubén Aguirre donde agradece a Chespirito

jueves, 12 febrero 2015 - 05:30
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Puerto Vallarta.- Después de sembrar los árboles de su rancho y haber tenido siete hijos, al actor Rubén Aguirre solo le faltaba escribir un libro, una meta que logra con "Después de usted", autobiografía donde plasma su agradecimiento a Chespirito.
 
Si no hubiese sido por Roberto Gómez Bolaños, su "amigo" más que "compañero", no hubiese conseguido "internacionalizarse", ni vivir dignamente de la que es su pasión, la actuación, admite Aguirre, quien durante años dio vida al Profesor Jirafales en la serie "El Chavo del Ocho".
 
Inseparablemente aferrado a su puro -un "vicio horrible que no debería tener" pero que adquirió a los 19 años-, el actor recuerda cómo Chespirito le encomendó la tarea de interpretar a Jirafales, una figura concebida como un profesor "cursi, vanidoso, presumido y romántico".
 
"Él tuvo la inteligencia de saber escoger a cada quien y darle lo que él creyó que cada uno podía dar de sí", asegura Aguirre al hacer referencia al reparto de "El Chavo del Ocho", cuya unión fue el secreto del éxito de la serie, nacida en la década de los 70.
 
 
En la autobiografía, editada por Planeta y que terminó de escribir poco antes de la muerte de Bolaños el pasado noviembre, hace referencia a su paso por la serie, pero también al resto de su trayectoria, que va en paralelo a un pedazo de "historia de la televisión" y la ruptura de los tabúes de entonces.
 
Hasta que su estado de salud le hizo retirarse de los escenarios hace unos años, Aguirre explotó su faceta como actor, pero también pasó por profesiones que le llevaron a ser, entre otros, piloto, torero, locutor y presentador, aunque señala que prefiere ser actor aunque se "muera de hambre".
 
Está acostumbrado a que se refieran a él por el nombre de Profesor Jirafales e incluso confiesa que lo prefiere, pero fuera de ese aspecto, siempre ha mantenido una "lucha" por separar su vida privada de la pública.
 
Aficionado a las redes sociales, mantiene una amistosa "competición tuitera" con Édgar Vivar, por ver quién tiene un mayor número de seguidores.
 
En el "ocaso de su vida", como apunta humorísticamente, lamenta que se le hayan quedado cosas en el tintero, como hacer un papel de villano o haber sido "umpire" (árbitro) de béisbol.
 
Aún así, confiesa que ver a sus hijos es lo que le hace sentirse más orgulloso, y que se alegra de haber desarrollado su "creatividad" y no haberse encasillado en su personaje del profesor.
 
A pesar de que, reconoce con una sonrisa de resignación, "te pagan mucho más por ser Jirafales que por ser Rubén Agurire".
 

Más leídas
 
Lo más reciente