Cuando la nostalgia no alcanza para el éxito
Diana Romero sábado, 27 febrero 2016 - 02:35
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En estos últimos años, sorprende el ánimo de tomar riesgos del servicio de televisión en linea Netflix. El éxito de sus series originales como Daredevil, BoJack Horseman, Better Call Saul que siguieron a los hits de House of Cards y Orange is the New Black ubican a esta plataforma en un espacio lejos del fracaso. Sin embargo, Fuller House, no se encuentra en ese mismo lugar.
La serie fue promocionada con gran expectativa, con adelantos que mostraban al hogar y a los personajes con los que todos crecimos. Pero poco a poco, empezó a generar dudas en los meses previos a su estreno: persistian rumores de que los actores Bob Saget y John Stamos estarían apenas en algunos episodios y a esto se sumó la ausencia de las gemelas Olsen, que fueron parte importante de la serie en sus inicios. De esta forma, la familia estaba incompleta, muy lejos de ser un hogar casi perfecto y así lo sintió también la crítica de diferentes medios estadounidenses que dan a la serie una calificación promedio de 34/100 en sitios agregadores de reviews como
Metacritic.
Una de las más recientes es la del The New York Times. "Fuller House es el reencuentro de una comedia familiar que se vuelve demasiado autoreferencial, antigua, con un constante recuerdo de la incesante paso del tiempo", reseña la publicación. Por otro lado, la acusa de no ofrecer nada nuevo, más allá de como se ven los actores de este viejo show en la actualidad.
Aunque Variety la calificó con un mejor resultado (40/100), no dejó de resaltar su exceso de clichés. "Fuller House insiste en el recurso de mostrar a niños frente a la cámara, gritando sus lineas a todo pulmón", dice. El Boston Herald aplaudió el ánimo comercial de Netflix y sostiene que la secuela de Full House el un triunfo de un cálculo trillado sobre la creatividad. "El capítulo inicial de cuarenta minutos es el mejor fan-service que un reboot ha recibido alguna vez", afirma ese medio.
