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¿Qué estudian los ecuatorianos?

jueves, 31 octubre 2019 - 02:30
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Carreras empresariales, educativas y de salud son las de mayor oferta en las universidades del país. ¿Cuáles serán las más demandadas a futuro?  
 
Giulianna, de 18 años, tomó un año sabático. Terminó el colegio en 2018 y, si bien estuvo a punto de estudiar Nutrición, prefirió esperar. “Quiero estar segura de mi elección y del lugar al que quisiera ir”. Dice que lo más probable es que sea algo relacionado, pero quiere ver una carrera “un poco más integral, que sea innovadora”.
 
A mediados de este año, más de 500 mil jóvenes (estudiantes de tercer año de bachillerato y graduados de años anteriores) rindieron este año la prueba Ser Bachiller, que mide habilidades y destrezas en diferentes ramas educativas. Y permite, además, postularse a una carrera de educación superior pública a nivel nacional.
 
Más allá del resultado de los exámenes para saber qué carreras puede elegir un estudiante, ¿en dónde hay oportunidades laborales en Ecuador?
 
 
Cifras del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestran que el 50 por ciento de los empleos que existen en el país son generados por los sectores agrícola (recursos naturales del suelo, subsuelo y mar), comercio, restaurantes y hoteles.
 
En las dos últimas décadas justamente el empleo en el sector agrícola es el que más creció, en 800 por ciento. Lo mismo sucede si se revisa el último lustro, donde este mismo sector, junto al financiero y al de comercio, restaurantes y hoteles son los que más empleo han creado.
 
Una realidad parcialmente ajustada a la situación universitaria en el país. La mayor oferta de carreras de tercer nivel están en los campos de educación comercial y administración, educación, salud, ciencias sociales e ingenierías. Aunque la agricultura, por ejemplo, es la décimo segunda rama más estudiada del país.
 
¿Por qué sucede esto? Vinicio Salgado, catedrático de la facultad de Ciencias Administrativas y Empresariales de la Universidad de los Hemisferios, señala que en general la academia oferta de profesiones según la demanda que existe. Y lamentablemente, comenta, en la historia el sector agrícola en general no se ha caracterizado por ser un gran demandante. “No ha habido políticas públicas para transformar el sector de forma moderna”. Señala que a nivel agrícola hay muchos pequeños productores que cuentan con bajos niveles de tecnificación.
 
 
¿Qué títulos tienen?
A nivel de profesional, de los más de 1,3 millones de títulos registrados en el Senescyt, 128 mil son de la carrera de Derecho. De allí aparece Administración de Empresas y Contabilidad.
 
Roberto Estrada, socio de Deloitte Consulting, confirma que estas son las carreras más demandadas en el proceso de postulación de la prueba Ser Bachiller. Pero agrega que estas carreras llamadas “tradicionales”, están sufriendo cambios, ya que la inteligencia artificial y tecnologías cognitivas están automatizando tareas que se venían ejecutando como parte de las mismas. “Si bien siempre serán necesarias, urge analizar a fondo las transformaciones que están experimentando por la tecnología y cómo tendrán las universidades que adaptar sus programas de estudio”.
 
Un avance no solo a nivel de infraestructura física y virtual, sino metodológico, incluso desde la época del colegio. “Involucrar a los jóvenes en el ambiente empresarial; hacer conferencias con líderes de empresas que compartan sus experiencias; visitas a empresas para que entiendan su operación; programas de prácticas que agreguen valor e incentivarlos a que investiguen acerca del mundo de negocios para que se familiaricen con la realidad actual”.
 
 
¿Qué sucede en el mundo?
Un reporte del Banco Mundial reconoce que desde 2001, la proporción del empleo en ocupaciones que requieren muchas habilidades cognitivas y socioconductuales no rutinarias (creatividad, comunicación...) se ha incrementado del 19 por ciento al 23 por ciento en economías emergentes, y del 33 por ciento al 41 por ciento en economías más avanzadas.
 
Es decir, si bien hay una inserción de la automatización en tareas turinarias, el ser humano empieza a adaptarse a roles donde destaca la innovación. Así han surgido, ya desde hace algún tiempo, espacios internos en las compañías llamados I+D (Investigación y Desarrollo). En España, por ejemplo, la inversión empresarial en I+D supera los 14.000 millones de dólares.
 
Roberto Estrada (Deloitte) explica que los aspirantes universitarios deben reflexionar sobre la realidad actual, que está en un vertiginoso cambio denominado ‘4ta. Revolución industrial’. “Existen menos de 10 mil especialistas en inteligencia artificial, por ejemplo. Hay enormes oportunidades laborales en el campo de la tecnología donde los jóvenes podrían ingresar”.
 
Reconoce que las carreras que tendrán más demanda en el futuro cercano, sin duda, son las fundamentadas en la tecnología, basadas en datos, digitale s y con un gran componente de pensamiento analítico. “Eso no significa dejar de lado las habilidades humanas, aquellas que nos diferencian de las máquinas: empatía, pensamiento crítico, sensibilidad...”.
 
En España, por ejemplo, 14 por ciento de las ofertas de empleos en el último año son para cubrir vacantes que no existían hace 15 años. Esta cifra, que se desprende de un informe del Grupo Adecco, especializado en Recursos Humanos, agrega que éstas ofertas laborales aparecen en tecnologías de la información, telecomunicaciones y big data. Mientras a 2028, en EE.UU., se prevé que el empleo que más crecerá a nivel porcentual será el de técnicos e instaladores de equipos de energía solar y eólica.
 

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