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¿Cómo Venus pasó de ser un planeta con grandes océanos a convertirse en un infierno?

miércoles, 20 mayo 2020 - 01:41
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Venus, hoy un planeta en el que las temperaturas alcanzan los 450 grados y su atmósfera es considerada venenosa por el dióxido de carbono y el nitrógeno, hace miles de millones de años disfrutó de un clima templado, con grandes cantidades de agua corriendo a través de ríos y mares, muy parecido a la Tierra.

Tanto Venus como la Tierra tienen un tamaño muy similar y comparten masa y volumen, por lo que son considerados como “planetas hermanos”.

Venus incluso pudo haber tenido un clima más estable que el de la Tierra primitiva, cuando los cambios climáticos provocaron largos períodos de calor extremo y de frío intenso.

¿Qué fue lo que pasó para que este planeta se haya convertido en un verdadero infierno?

Un reciente estudio publicado en el Journal of Geophysical Research por investigadores del Instituto Goddard de Estudios Espaciales de la NASA, presentó evidencias de que un extenso océano de aguas poco profundas y con cualidades suficientes para generar vida, pudo haber persistido en Venus durante cerca de 3.000 millones de años y hasta tiempos “relativamente recientes”.

El estudio realizado por Michael J. Way y Anthony D. Del Genio, parte del escenario de una Venus que tuvo agua líquida superficial y placas tectónicas, además de un clima templado. Sin embargo, las grandes provincias magmáticas, o ígneas, emergieron desde las profundidades acabando de un solo golpe con este largo período.

“Los resultados tienen implicaciones para lo que los astrónomos llaman "la zona habitable", y si existen exoplanetas similares a Venus con condiciones clementes similares a la Tierra moderna, proponemos ubicarlos en lo que llamamos la "zona optimista de Venus", destaca la investigación.

Las erupciones simultáneas de las grandes provincias ígneas pudieron haber provocado un efecto invernadero desbocado al liberar de forma casi simultánea, enormes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera. Debido a este proceso, el segundo planeta de nuestro sistema solar se secó.

“Nuestros resultados demuestran que no fue el calentamiento gradual del Sol durante los eones lo que contribuyó al estado actual del invernadero de Venus. Más bien, especulamos que las grandes provincias ígneas y el resurgimiento global hace cientos de millones de años jugaron un papel clave para terminar el período clemente en su historia”, agregan los investigadores.

 

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