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Los errores durante la pandemia en Guayaquil: más de 100 familias dudan si realmente enterraron a su ser querido

viernes, 19 marzo 2021 - 06:32
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Ya ha pasado casi un año desde la emergencia sanitaria que trajo consigo la expansión de la Covid-19 en Guayaquil. Los cadáveres de los caídos en los domicilios y en las calles, así como el desbordamiento de los hospitales y las morgues, ha quedado atrás. Sin embargo, el drama y el peregrinaje en busca de los cuerpos de algún familiar, perduran.

De los 227 cadáveres hallados sin identificación, en los contenedores que el año pasado se dispusieron para guardar a los fallecidos por coronavirus en el IESS de los Ceibos, 62 todavía permanecen sin identidad.

Además, otras 115 familias desconocen dónde están sus fallecidos, o no están seguros de si sus parientes están enterrados en los sitios que el Gobierno dice que se encuentran, por lo que han solicitado inhumaciones.

Una investigación de la Fundación Periodistas Sin Cadenas, PlanV, La Barra Espaciadora y CONNECTAS, reveló que de los 45 cadáveres que la Fiscalía ordenó exhumar en el Parque de la Paz, 33 habían sido sepultados con identidades erróneas y los familiares de los 12 cuerpos que pasaron las pruebas de ADN no pudieron ser identificados.

De acuerdo con la periodista Karina Medina, de la Fundación de Periodistas Sin Cadenas y una de las autoras de la investigación, hubo dos principales decisiones que afectaron el ya de por sí colapsado sistema sanitario y ocasionaron las pérdidas de los cadáveres, que hasta ahora no se regularizan: la decisión de cremar los cuerpos de los fallecidos por Covid-19 y endurecer el toque de queda.

Antes de que explotara la pandemia, el Ministerio de Salud había designado 3 hospitales públicos para la atención de pacientes Covid-19: el IESS de Ceibos, el Teodoro Maldonado Carbo y el Hospital de Guasmo.

La investigación relata que, de acuerdo a datos oficiales, entre marzo y abril las áreas de Emergencia de Los Ceibos y Teodoro Maldonado atendieron a 21.555 pacientes, muchos de los cuales fallecían al momento de haber llegado.

Lea también: ¿Por qué se perdieron tantos cadáveres en Guayaquil?

Tal era el número de decesos en el Teodoro Maldonado que se generó un colapso en la morgue del hospital. Para solventar la demanda, los cuerpos fueron ubicados afuera de la morgue, oficinas, baños, bodegas, camillas y diferentes zonas de emergencia.

Mientras tanto, en el hospital del Guasmo morían hasta 32 personas por día y los cuerpos que no alcanzaban a entrar en la morgue fueron ubicados en un pasillo aledaño. Eventualmente, esta casa de salud pasó a ser una morgue.

Con tantas personas fallecidas, las autoridades decidieron que sería mejor cremar los cuerpos, pero la investigación indica que los tres únicos crematorios de la ciudad no daban abasto y los hospitales comenzaron a retener los cadáveres.

“Para cremar un cuerpo se necesita prácticamente un día, e imagínese que en un día en un hospital fallecían 30, en otro 50…” explicó Medina.

Esto, sumado al estricto toque de queda que no tomó en cuenta al sistema funerario, dificultó el manejo de cadáveres, pues antes de las 14:00 debían cesar sus actividades. Y no solo ellos, sino otras instituciones de importancia como el Registro Civil.

“Por el toque de queda muchas empresas tenían que atender a veces hasta el mediodía. Muchas de las veces tomaban su turno hoy, pero después de dos días se realizaba el trámite” comentó la periodista.

Sin poder atender la demanda sanitaria en los hospitales y en las funerarias, los cuerpos perecían y las etiquetas se descomponían o se caían, lo que dificultaba su reconocimiento y fue necesario crear la Fuerza de tarea Conjunta Guayas, que inhumó 1.598 cadáveres en cementerios cercanos a la ciudad.

Medina cuestiona por qué las autoridades no actuaron con soluciones menos epidérmicas como las que tomaron, ya que en el reportaje se reveló que el exministro Cevallos recibió alternativas para un mejor manejo de los cadáveres, como ubicarlos en el Estadio Modelo.

De la misma forma, la periodista cuestionó el filtro de la Fuerza de tarea Conjunta Guayas, organización que se encargaba de enterrar los cuerpos debidamente identificados.

Seis meses después de la crisis, se realizaron exhumaciones porque las personas ya no están seguras de que los cadáveres que enterraron, pertenecen los de sus seres queridos.
 

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