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Entre 2007 y 2016 creció la polarización en los ecuatorianos

miércoles, 14 octubre 2020 - 03:53
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La protesta volvió a Quito. L a sombra de los hechos octubre de 2019 sigue latente.
 
¿A qué se debió la violencia? El politólogo y profesor de la Universidad San Francisco de Quito, Paolo Moncagatta, explica los hechos a la luz del informe “Cultura Política en Ecuador y las Américas 2018-2019”.
 
 
El académico es autor del capítulo cuarto del estudio, que analiza la politización de los ciudadanos y los niveles de polarización ideológica. 
 
Por polarización ideológica, los investigadores entienden “el proceso en el cual se distingue que, con el paso del tiempo, cada vez porcentajes más grandes de la población se ubican en las categorías de los extremos del espectro ideológico (la ‘izquierda’ y la ‘derecha’), fortaleciendo así los antagonismos ideológicos en la sociedad”.
 
Antes de la llegada de Correa al poder, en 2006, el 9,8 por ciento de la población se autoidentificaba como simpatizante de la izquierda. En 2016, a punto de terminar ese mandato, esa cifra subió al 22,5 por ciento.
 
En tanto, los partidarios de la derecha eran el 13,7 por ciento en 2014. En 2016, llegaron al 23,2 por ciento, según el referido estudio.
 
“El momento más alto de la polarización se vio en 2016, fue incrementando de manera gradual desde la llegada de Rafael Correa al poder”, explica Moncagatta a Vistazo.
 
Una de las expresiones de la polarización va más allá del enfoque izquierda-derecha. En Ecuador el debate se enfoca en las políticas neoliberales o antineoliberales. “Esta discusión mantiene viva la dualidad y polarización de la ideología en el país”, advierte el estudio.
 
La población ecuatoriana es, según el documento, antipartidista; apoya a organizaciones incipientes que promueven el clientelismo y el presidencialismo.
Las protestas de octubre, explica el académico, mostraron los niveles de intolerancia, clasismo y racismo de la sociedad ecuatoriana. 
 
El informe corresponde a la edición actualizada del Barómetro de las Américas (LAPOP), con el aval de la Universidad de Vanderbilt, y las universidades San Francisco de Quito, de las Américas y Flacso.
 
“La política se enfrenta en términos personalistas”
 
Paolo Moncagatta es profesor titular de Ciencia Política en la Universidad San Francisco de Quito. Investigador externo del Centro de Investigaciones para la Metodología de Encuestas de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona. Realizó el estudio junto con Ana Emilia Poveda, estudiante de la Licenciatura de Relaciones Internacionales de la USFQ.
 
P:  ¿Estamos en el punto máximo de polarización?
R: La polarización creció de manera gradual desde la llegada de Rafael Correa al poder. El punto máximo se dio a fines de 2016; luego hubo un decrecimiento cuando Correa dejó el cargo, en 2017. Hay que entender que el correísmo va más allá de una figura. La cultura política ecuatoriana tiene esto que hoy puede llamarse correísmo, hace 50 años pudo llamarse velasquismo y en 50 años puede cambiar de nombre pero seguirá siendo lo mismo. Es enfrentar la política en términos personalistas, vinculada a un líder, con redes clientelares formadas alrededor de esta figura. El correísmo tuvo años y recursos para lograr el desarrollo de sus redes clientelares. Correa abandonó el gobierno, pero el correísmo no se terminó ahí. Tenía 55 por ciento de aprobación cuando salió. 
 
P: ¿La ayuda la estrategia de victimizarse?
R: Esta estrategia quizás potencie el voto a favor de quien sea el candidato del correísmo. O el voto a favor de quién él decida apoyar porque en la política ecuatoriana nada está dicho. Él podría impulsar a otro candidato a la Presidencia. Para el correísmo es más fácil endosar, que para un partido político tradicional, como el PSC. Además, va a buscar representación en el legislativo.
 
P: ¿Cuánto contribuyen los hechos de octubre de 2019 a la polarización de la sociedad ecuatoriana?
R: Fue un reflejo de otros fenómenos. Las protestas dejaron ver lo que ya había en la sociedad ecuatoriana, ciertas rupturas y malestares. Una sociedad con altos niveles de intolerancia, clasismo, racismo, latentes. No sé si como resultado aumentó la polarización. Lo que veo es que el candidato de la tendencia (Yaku Pérez) tendrá mayor respaldo que otros de la misma corriente en elecciones anteriores. 

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