¿Buscas glampings en Ecuador? Conoce más sobre esta nueva apuesta turística
Imagine descansar en un domo con paredes y techos de vidrio, que le permita observar de forma panorámica las centenas de árboles de más de 20 metros de altura que lo rodean, cautivado por el canto de las aves, mientras disfruta de un baño en el jacuzzi.
Este tipo de experiencia es parte de lo que ofrecen los glampings, un fenómeno turístico que ha ganado interés en los últimos años a nivel mundial y del que Ecuador también forma parte.
El término glamping es una fusión de las palabras ‘glamour’ y ‘camping’ y según el Ministerio de Turismo (Mintur) se caracteriza por ofrecer una experiencia sensorial, con la acampada al aire libre, en regiones de bajo desarrollo que tienen una enorme riqueza natural.
La modalidad de glamping se encuentra regulada en el Reglamento de Alojamiento Turístico, en la clasificación de campamentos. En el Catastro Nacional de Turismo, actualmente ya hay 37 establecimientos registrados como campamentos en 14 provincias.
Pero ¿qué ha movido su acogida? Desde el Mintur, explican que las restricciones de la pandemia causada por el COVID-19 sobre la movilidad, fueron un motivante para que tanto turistas nacionales como internacionales, busquen espacios donde sea posible reconectarse con la naturaleza.
A pesar de que este impulso se dio en un momento de crisis a nivel mundial, los resultados fueron importantes, dicen los voceros. “Por una parte se motivó́ al mercado nacional a recorrer su país y a conocer destinos que antes no eran mayormente conocidos y además se logró reafirmar que la ruralidad y los destinos de naturaleza permiten una conexión emocional del visitante”. Esto, agregan, incrementa el valor de la visita, ya que se genera una vivencia memorable y aporta a que sea repetida o recomendada.
Nikolay Mancheno, propietario de Macas Glamping, destaca que su alojamiento es el único en Morona Santiago que ofrece este tipo de servicio. Están ubicados a 10 minutos de la ciudad de Macas y por US$ 120 la noche, disponen de cuatro diferentes hospedajes en medio de la naturaleza. El primero tiene una estructura en forma de pirámide. Con este modelo abrieron sus puertas en febrero de 2021, pero ante la buena acogida dieron paso a más estructuras con temáticas como “La barca”, “Domo” y “La burbuja”, las cuales guardan similitudes de acuerdo a sus nombres.
En cada espacio caben entre dos y cinco huéspedes y cuentan con baño privado, agua caliente, jacuzzi al aire libre, servicio de desayuno y acceso a una laguna en donde se puede realizar paseos en bote o pesca deportiva.
Inicialmente Macas Glamping contó con una inversión de US$ 50.000 “apostando a que la tendencia se mantenga”. A futuro la idea es construir dos cabañas más en el mismo espacio para aprovechar la capacidad del terreno.
Las expectativas de ampliación también están en los planes de Kayana Glamping, ubicado en Vilcabamba, provincia de Loja. Su propietario, Lenin Alvarado, comenta que actualmente cuenta con tres campamentos pero su objetivo es levantar siete en total, en las dos hectáreas de terreno que posee.
Alvarado es ingeniero en Administración Turística y Hotelera y menciona que su visión de construir un glamping llegó antes de la pandemia. “Vilcabamba tiene alta reputación y aprovechando el turismo que atrae y que no había ningún glamping en esta zona, lo vimos como una excelente propuesta para entrar a un mercado bastante fuerte que no se había visto antes en un alojamiento”.
La construcción de Kayana empezó a mediados de 2019 con un presupuesto de US$ 35.000. La atención al público inició el 14 de febrero de 2020, un mes antes de que empiece el confinamiento en Ecuador. Retomaron el servicio en octubre de ese año, con precios que bordean los US$ 170 y Alvarado destaca que su concepto se adaptó bastante bien al estilo de vida que requiere la pospandemia.
Montana Glamping es otro de los alojamientos que ha priorizado el entorno natural como impulso para el turismo. Su propietario, Joseph Sierra, señala que la idea siempre fue construir el glamping en medio de un bosque de pino, utilizando materiales ecoamigables. Así se levantó el espacio, a 15 minutos de Riobamba, en la comunidad La Josefina.
Una de las características de este lugar es que posee una vista privilegiada del volcán Chimborazo, que se encuentra a 30 minutos en vehículo. Esto es aprovechado por los huéspedes que utilizan el glamping como un punto de descanso previo al ascenso a la montaña. Sierra, de 25 años, se graduó de arquitecto hace dos años y consideró que una buena apuesta sería el sector de hospedaje turístico en medio de la naturaleza. Actualmente cuenta con tres cabañas.
“Tenemos la necesidad de hacer más cabañas del mismo estilo ya que la demanda se ha incrementado en los últimos meses”, dice Sierra, quien comenta que cuando iniciaron solo tenían huéspedes de Riobamba o de ciudades de la Sierra y ahora llegan personas desde las provincias del Guayas, Esmeraldas y Manabí.
Para el empresario Renato Solines el glamping ha surgido como una alternativa de menor impacto dirigida a un sector turístico alto, con servicios y comodidad de primer nivel. “El turismo de alta gama está buscando experiencias más exclusivas, que eventualmente permitan cerrar o chartear espacios”, dice.
Bajo ese concepto está por abrir Eolia, en la playa Santa Marianita, a 15 minutos de la ciudad de Manta. Es un proyecto mixto, con un hotel con cuatro habitaciones, restaurante, bar, cocina abierta, salas y rooftop. Además contará con cuatro bungalós y cuatro glampings al pie del mar. Para este proyecto, que se espera esté habilitado en octubre próximo, la inversión alcanza el millón y medio de dólares y el costo de hospedaje, en el caso de los glampings, será de US$ 200 por noche.
Solines es parte del grupo de accionistas del Hotel Carlota ubicado en el centro histórico de Quito y según detalla, este nuevo espacio que proponen puede aportar al país, “no solo por el factor económico sino porque es mucho más consciente y ahora no solo se habla de un turismo sostenible sino de un turismo regenerativo, es decir, que el viajero pueda aportar de forma positiva a su entorno”.
Con información de América Economía.
