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Una mirada global

viernes, 2 agosto 2019 - 12:18
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    Hay señales positivas de que tras una  década de enclaustramiento ideológico, Ecuador ha decidido mirar al mundo. La primera fue la  decisión de incorporarse como  miembro pleno a la Alianza del  Pacífico. La segunda fue la realización de la reunión anual del  Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Guayaquil, una  vitrina para demostrar a los inversionistas el deseo del país de  reorientar su economía. La tercera fue la visita del secretario  de Estado norteamericano Mike  Pompeo, para profundizar la cooperación política y de seguridad  entre los dos países.
     
    Aunque algunos empresarios  miren con recelo el ingreso a la  Alianza del Pacífico, Ecuador necesita de acuerdos comerciales.  A diferencia de nuestros vecinos  –Colombia y Perú– estamos en  desventaja competitiva porque  no tenemos acuerdos con países  como, por ejemplo, Estados Unidos y eso es una suerte de espada  de Damocles para nuestras exportaciones. La Alianza del Pacífico es una gran oportunidad y un  gran desafío para ser más eficientes. El único acuerdo comercial  de importancia, el que firmamos  con la Unión Europea ha resultado exitoso. Para los productos no  petroleros, la Unión Europea es  hoy el primer destino, seguido de  Estados Unidos.
     
    Por otro lado, la Asamblea del  BID demostró que hay capacidad nacional para organizar con  eficiencia grandes eventos. Además, la reunión del BID permitió  ratificar la imperiosa necesidad  que tiene el país de manejar su  economía con prudencia y de alejarse del perverso modelo en el  cual el Estado es el motor central. Quedó en blanco y negro  que el flujo de futuros recursos  depende del cumplimiento de los  compromisos adoptados.
     
    En tanto, el reacercamiento con Estados Unidos era un asunto prioritario, pues ese país es  nuestro principal socio comercial. El distanciamiento en la  anterior administración de gobierno, únicamente dio más facilidades al crimen organizado y el  narcotráfico. La cooperación en  seguridad con Estados Unidos es  indispensable, pues en esa delincuencia transnacional están las  raíces de la violencia que hoy nos  azota. Gradualmente, se apreciará ese esfuerzo conjunto. Igualmente, las buenas relaciones  podrían permitir algún tipo de  acuerdo comercial con ese país,  cuya oportunidad perdimos por  la miopía ideológica del pasado.  Luego de los sinsabores vividos  durante la administración pasada,  entre los cuales estuvo permitir  que la embajada en Londres sea  utilizada como un centro de espionaje cibernético, finalmente se  trabaja por los intereses nacionales del país y no por los intereses  personales de quien lo dirige.

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