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¡Sí hay salida a la crisis!

lunes, 6 julio 2020 - 10:25
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    POR ALBERTO ACOSTA-BURNEO

    Este año la economía se contraerá alrededor de menos 10 por ciento, la mayor caída desde que el Banco Central lleva registro, incluso más que en la crisis de 1999 (cuando se contrajo en menos 4,7 por ciento). La crisis no fue provocada por el COVID-19. El virus solo dio el empujón final a más de una década de políticas económicas irresponsables.

    Los problemas se pueden agrupar en dos: crisis fiscal (exceso de gasto) y crisis de competitividad (país caro). La consecuencia de estos desequilibrios es la incapacidad de la economía ecuatoriana de generar bienestar a los ciudadanos.

    Al proponer soluciones, evitemos los errores más comunes. ERROR 1: visión estrecha del “especialista” que ve el árbol, pero no el bosque. El experto en finanzas públicas que quiere cerrar la brecha fiscal a “toda costa”, sin importar los daños que provoque en el resto de la economía. ERROR 2: proponer “soluciones” ignorando lo que hace crecer a una economía. ERROR 3: partir de supuestos falsos, como pensar que el Estado puede usar el ahorro de la sociedad de forma más eficiente que los propios ciudadanos (mito del multiplicador del gasto público). Estos errores explican propuestas miopes como subir impuestos o crear un impuesto al patrimonio en medio de una crisis de iliquidez y con producción detenida por las cuarentenas.

    ¿Qué hace crecer a una economía? Cuando las urgencias del presente son satisfechas, las personas dejan de consumir una parte de sus ingresos (ahorran) para destinarlos a elevar la producción futura. El ahorro es el primer paso para mejorar el nivel de vida. El ahorro se invierte en bienes de capital, que permiten elevar nuestra capacidad de generar riqueza aumentando la producción. Teniendo esto en mente, ¿cómo salir de la crisis?

    Primero debemos corregir los incentivos: premiar todo aquello que incentive el ahorro y la inversión. ¿Cómo? Racionalizando el actual esquema tributario que incentiva el consumo y castiga el ahorro/inversión. La carga corporativa en Ecuador alcanza 42,6 por ciento superando el promedio regional de 31,6 por ciento. Este valor incluye: el 15 por ciento de participación de trabajadores y 10 por ciento sobre dividendos, pero no considera el Impuesto a la Salida de Divisas ni los elevados aranceles a la importación. Mientras tanto, el IVA es de los más bajos de la región. Urge, además, eliminar el Impuesto a la Salida de Divisas que bloquea el libre flujo de capitales.

    Segundo: hay que devolver competitividad a la producción abriendo mercados externos, internacionalizando el mercado financiero, eliminando la sustitución de importaciones que nos encareció, modernizando la ley laboral y simplificando trámites gubernamentales.

    Tercero: la crisis fiscal debe enfrentarse priorizando el gasto público en el ciudadano. Invirtiendo en salud, educación y seguridad, y reduciendo significativamente todo lo demás. La pregunta no debe ser de dónde se obtiene más dinero, sino cómo se usa eficientemente el que se tiene.

    Solo con reformas estructurales profundas podremos liberarnos de la sobre regulación estatal que mantiene prisionera a nuestra capacidad innovadora. ¡La libertad económica es la única vía para salir de la crisis y generar bienestar! 

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