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¿Jubilación tranquila?

jueves, 22 agosto 2019 - 02:35
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    La esperanza de todo ciudadano es poder disfrutar  de una jubilación tranquila  luego de una larga vida laboral. Con este objetivo aportamos  mensualmente una parte de nuestro  sueldo al IESS. Sin embargo, esta  meta puede quedarse como un sueño y nunca transformarse en realidad. Expliquemos por qué.
     
    El problema es que los aportes  para jubilación que hacemos al IESS  no se acumulan ni ahorran para  nuestro futuro, sino que se aplican  al pago de prestaciones de los jubilados actuales. Todos estos recursos entran a un fondo general que,  además, funciona como una “caja  chica” del gobierno. Cada que a los  políticos les falta dinero, acuden al  IESS para financiar: gasto público,  hidroeléctricas, pago a jubilados del  gobierno, etc.
     
    Entonces, ¿cómo se financiarán  nuestras pensiones cuando nos jubilemos? La única esperanza es que las  generaciones futuras estén dispuestas a pagar, con sus aportes, los valores  de nuestras pensiones jubilares. Es  decir, nuestra jubilación no depende  del esfuerzo que nosotros hacemos  actualmente, sino de una promesa de  los futuros aportantes al IESS.
     
    Afortunadamente, existen alternativas si exigimos un cambio. Si  eliminamos de raíz la perversión del  actual sistema de reparto y, además,  impedimos que todos los aportes  vayan a una caja común abierta a los  políticos de turno. Debemos recuperar el control y quitar las manos de  los políticos de nuestras jubilaciones.
     
    Estudiemos casos de éxito como  el del fondo de Cesantía del Magisterio Ecuatoriano. Este fondo es  voluntario, es decir cada maestro decide libremente si se afilia. Además,  existen cuentas individuales de los  aportantes, quienes conocen mensualmente cuánto ganan por intereses y el capital que han acumulado.
     
    Aplicando estos mismos principios a la seguridad social, podemos  construir un sistema en donde cada  ciudadano decida a qué fondo de  pensiones afiliarse y que pueda seleccionar libremente entre el IESS  y fondos privados. Los fondos de  pensiones serán escogidos en base a las preferencias individuales de  inversión: rentabilidad, seguridad,  servicios, etc. Que la competencia  saque a relucir lo mejor de cada fondo (público y privado) y beneficie a  los ciudadanos.
    Los aportes de cada ciudadano  deben ir a cuentas individuales que  permitan conocer, en todo momento y en línea, como se capitalizan  los ahorros (como una cuenta bancaria). Podríamos verlos crecer y tener la seguridad de que tendremos  recursos para nuestra jubilación.  Esto constituirá un incentivo para  ahorrar más, ya que cada ciudadano  podrá decidir el monto de su aporte  (siempre que supere el porcentaje  mínimo establecido).
     
    Para el caso de los ciudadanos  con bajos ingresos y que no avanzan  a acumular un capital suficiente para  garantizar una pensión jubilar mínima, se puede acudir a los recursos  de un fondo solidario complementario, financiado con el aporte que  actualmente el Estado realiza a la seguridad social. ¡Para garantizarnos  una jubilación tranquila y decente,  debemos exigir que el manejo y control de nuestros fondos de jubilación  regrese a nuestras manos! 

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