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El asunto de fondo

lunes, 15 marzo 2021 - 03:30
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    EDITORIAL
     
    Las escenas escabrosas que  vivieron los tres principales centros de detención  del país superaron a las tomas de  una sangrienta película. Organizaciones delincuenciales ligadas  al tráfico de drogas mataron en  acción simultánea a 79 presos.  Este horror es consecuencia de  un dilema más dramático: Ecuador está ligado de manera indisoluble a la transnacional del crimen organizado de la droga.
     
    Al compartir fronteras con losc dos mayores productores de cocaína del mundo: Colombia y Perú, era inevitable que el país se  contaminara con el narcotráfico. Pero la presencia de la base  norteamericana en Manta, entre  1998 y 2008, fue una muralla para evitar que las mayores organizaciones internacionales se instalen en el país. La terminación  del convenio, sin disponer de un  reemplazo de vigilancia equiparable, facilitó la llegada de dichas  transnacionales criminales.
     
    Anualmente se estima que en  Ecuador se mueven alrededor  de 500 toneladas de droga. De  estas, 250 se envían a Europa  y Estados Unidos a través del  océano Pacífico, aunque investigadores brasileños creen que  hay un incipiente flujo desde  las cuencas del Amazonas hasta Brasil y el Atlántico. Unas  cien toneladas de droga se consumen en el país, lo que se ha  convertido en un problema de  salud pública grave, que afecta principalmente a jóvenes de  escasos recursos, que para solventar su vicio delinquen. Finalmente, la Policía capturó el  año pasado alrededor de 130  toneladas, lo que significa un  26 por ciento de la droga. Este monto revela un trabajo excelente por parte de la fuerza  pública local. En otros países,  se ha estimado que los servicios policiales apenas recuperan un 10 por ciento de la droga. Esto ha sido posible gracias  a una depuración policial y una  tecnificación de sus fuerzas especiales, con el apoyo de la cooperación internacional, principalmente de Estados Unidos.
     
    A las puertas de un cambio de  gobierno, es vital que los dos finalistas presidenciales definan  su postura y sus planes frente a  este azote de la humanidad, tanto en materia de seguridad como  de salud pública. ¿Mantendrán  la cooperación internacional?  ¿La profundizarán? ¿O influirá  la ideología? Hoy estamos pagando las consecuencias de acciones insensatas y debe haber  un compromiso de continuidad.  Al crimen organizado no es posible ceder espacios.

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