Las proyecciones económicas del Fondo Monetario Internacional sostienen que el crecimiento global será menor para el 2023, de lo que originalmente se había estimado. Las causas son el aumento de la inflación mundial, la guerra en Ucrania y la desaceleración en China por los confinamientos por Covid-19. La economía crecerá 2.7%,frente al 3.2% de este año y el 6% del año anterior. Este coletazo se sentirá con mayor profundidad en el país, por la guerra entre Rusia y Ucrania. La zona euroasiática, a la que pertenecen ambos países, representó el 6.6% de las exportaciones no petroleras del Ecuador, es decir U.S. 1190 millones de dólares. Solo a Rusia, las exportaciones sumaron mil millones de dólares, es decir el tercer mercado que más nos compra.
El 70% de las exportaciones hacia Rusia corresponden a banano, que vendió 700 millones de dólares, seguido de 14% de camarón equivalente a 142 millones de dólares y 10% de flores, es decir 10 millones de dólares. El porcentaje restante corresponde a pescado congelado y café y te. Solo en los tres primeros meses de la guerra las pérdidas alcanzaron 85 millones de dólares y a esto hay que sumar 10 millones adicionales por el cierre de puertos y retrasos logísticos. En tanto las exportaciones a Ucrania, que principalmente correspondían a frutas y hortalizas, y camarones y productos de pesca cayeron en 92%, exportándose este año apenas 28 millones. Y la guerra no tiene visos de un desenlace cercano, lo que implica que las pérdidas serán aún más grandes hasta fin de año, con graves perjuicios para la economía del país.
Abrir mercados a productos de exportación es un trabajo de largo esfuerzo. La exportación del banano a Rusia, por ejemplo, la inició el magnate Luis Noboa Naranjo durante los años de la Guerra Fría, cuando Rusia era parte de la Unión Soviética, es decir hace muchas décadas. El banano abrió el camino a otros productos ecuatorianos. Por lo mismo la caída de un mercado es una crisis grave, pues ese excedente de productos no puede trasladarse a otro mercado de la noche a la mañana, peor cuando nuestro país puede contar con los dedos de la mano los tratados de libre comercio. Esta situación debe hacernos pensar en la necesidad de firmar acuerdos con todos los países donde exista potencial para nuestras exportaciones, pues solo así evitaremos que los eventos que acontecen al otro lado del mundo, sobre los cuales no tenemos injerencia, nos conviertan en una ficha de su dominó.
