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Dos décadas de progreso

jueves, 23 mayo 2019 - 12:04
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    Agobiado por la guerra de Vietnam y las  protestas raciales, el presidente estadounidense Lyndon Johnson sostuvo: “Cuando  las obligaciones de la presidencia me parecen  agobiantes, siempre pienso que podría ser  peor, si fuera alcalde”. Y tenía razón. Ninguna autoridad resulta tan cercana a los problemas de la gente como un alcalde. Después de  todo, de él dependen servicios como agua,  transporte, recolección de basura, el estado  de las calles, que hacen a una ciudad vivible  y que si funcionan mal desgastan a quien la  dirige. Quizá por esta razón resulta histórico  que el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot,  deje el sillón de Olmedo con mayor aprobación y aprecio ciudadano que cuando ingresó,  y esto después de 19 años de funciones.
     
    Un buen alcalde es aquel que deja la ciudad  mejor de lo que la encontró, pero un extraordinario alcalde es aquel que la transforma. Y eso ha  hecho Nebot en estos años. Si bien las finanzas,  el servicio de recolección de basura y el modelo de gestión y algunas obras emblemáticas  como el Malecón Simón Bolívar fueron hechas  en la administración de León Febres-Cordero,  Nebot profundizó el modelo. Las finanzas del  cabildo, a diferencia del Estado, tienen un bajo  endeudamiento con organismos multilaterales  a largo plazo porque el municipio funciona gastando apenas un 15 por ciento de los ingresos en  administración y destina un 85 por ciento para  inversión. Y esa inversión se refleja en grandes  obras que no han sido sobredimensionadas y  que trabajan eficientemente. Están a la vista: los  dos túneles bajo los cerros de El Carmen y San  Eduardo; el aeropuerto José Joaquín de Olmedo; la terminal terrestre y su extensión satélite;  malecones adicionales al Malecón Simón Bolívar; un renovado sistema de transporte público;  parques de diversión acuáticos, etc. Y están también las obras que no se ven pero que son vitales,  como el agua potable y alcantarillado. Y por último, hay las obras que vinculan a Guayaquil con  la modernidad, la cultura y el turismo.
     
    Guayaquil  cuenta con 6.000 puntos de conexión gratuita de  wi-fi, que usan más de 1.700.000 mil personas.  Promovidas por el Municipio hay varias áreas  dedicadas al arte, el teatro y la gastronomía popular. Todo sin descuidar los servicios sociales,  como legalización de terrenos, clínicas del día,  libros gratuitos, etc.
     
    Ningún proceso de gran transformación se  ejecuta sin una visión definida y un liderazgo  comprometido para ejecutarlo. La visión de  Nebot fue que “la gente no solo viva mejor, sino  que pueda vivir mejor cada día, en libertad”.  Entendió a la Alcaldía como un compromiso  cívico y no político, pero sobre todo trabajó sin  descanso durante casi dos décadas para hacer  una ciudad de la cual se sienten orgullos sus habitantes, que hoy al despedirse le dicen: ¡Gracias  Alcalde,  misión cumplida! 

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