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El triunfo de Nicolás Maduro

lunes, 31 enero 2022 - 15:22
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    Lo más seguro es que este sea un buen año para el gobernante venezolano. En días pasados, Nicolás Maduro aseguró que su país “recuperó el crecimiento económico” y se ha “consolidado la paz política”, signos claros de que el proyecto bolivariano “se encaminará hasta 2030”.

    Sería un error que la opinión pública latinoamericana tome las palabras de Maduro como simple retórica populista. Todo lo contrario, la disertación del 16 de enero ante la Asamblea Nacional puede significar el triunfo absoluto de una dictadura que, a punta de represión, propaganda incesante y el apoyo del Grupo de Puebla, permanecerá en el poder tantos años como en Cuba.

    De hecho, la oposición denuncia trabas impuestas por el Consejo Nacional Electoral, controlado por el Régimen, en el inicio de un proceso de revocatoria de mandato.

    Hay muchos vectores en el análisis que apuntan al pesimismo. Uno, la ruptura del diálogo con la oposición en México. Maduro se levantó de la mesa como represalia por la “persecución” de EE.UU. a su testaferro Álex Saab responsable, entre otros supuestos delitos, de los millonarios desvíos que habrían salido de las reservas internacionales de Ecuador a Venezuela, a través del sistema SUCRE. Y el presidente Andrés Manuel López Obrador, cabeza de una de las naciones más influyentes de Hispanoamérica, prefirió inclinarse por su militancia de izquierda y no obligar a Maduro a conservar un mínimo gesto democrático. Juan Guaidó demostró otra vez que su liderazgo de laboratorio está agotado.

    Dos, el chavismo no insistirá en ningún espacio de convergencia así sea de pantomima. Lo único que hará es prender el piloto automático, cruzar los dedos y esperar que las encuestas colombianas se transformen en votos el 29 de mayo.

    Si Gustavo Petro gana la Presidencia, Venezuela habrá derrotado a su adversario geopolítico más cercano y, con ello, el fantasma de la amenaza estadounidense dará paso al acercamiento con un nuevo gobernante de izquierda que, en nombre de la soberanía, minimizará cualquier exceso de Maduro para sostenerse en el poder. Habrá que ver cómo Lula habla de Caracas, si gana en Brasil en las elecciones de octubre próximo.

    Con la oposición desarticulada casa adentro y con otro mapa geopolítico en el vecindario, el proyecto bolivariano tendrá menos presiones para continuar en el gobierno. La propaganda socialista es tan efectiva que hasta los más cándidos economistas de la región (en la Católica de Quito hay algunos) aplaudieron el crecimiento del 3,5 por ciento de Venezuela durante 2021, sin advertir que la economía de ese país retrocedió como 80 pasos en estos años, por lo que el pequeño avance que se celebra no significa nada para el pueblo más empobrecido del hemisferio.

    Muy poco logra la prensa regional con denunciar el maquillaje de las cifras de la pobreza, por parte de Maduro, si todos sabemos que las remesas de la diáspora de venezolanos significan un alivio para millones de familias, mientras su gobierno compensa las sanciones a su poderío petrolero, con la destrucción de su Amazonia en medio de la más infame y rudimentaria explotación de oro, al servicio del clientelismo, las mafias internacionales y los grupos terroristas que han convertido a Maduro en el amo y señor de esa bella república.

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