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Urge corregir incentivos

viernes, 14 octubre 2022 - 07:57
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    En Ecuador los recursos del subsuelo (mineros y petroleros) son de propiedad exclusiva del Estado, se consideran sectores estratégicos y, solo por excepción, se permite su delegación al sector privado. Esta doctrina es una fuente interminable de conflicto porque, artificialmente, separa la propiedad del suelo (del terreno) de la propiedad que está por debajo de este (del subsuelo). ¿Existen alternativas?

    Empecemos reconociendo que esta división artificial entre la propiedad del suelo y del subsuelo no ha existido siempre. Durante la campaña de independencia, Simón Bolívar garantizó la propiedad privada de las minas en lo que ahora es Ecuador. En la actualidad, en Estados Unidos el estado de Texas garantiza la propiedad indivisible y privada del suelo y del subsuelo.

    El problema con la propiedad estatal de los recursos del subsuelo es que genera conflictos con los dueños del suelo (del terreno). Los dueños del suelo reciben las externalidades negativas de la extracción de recursos del subsuelo, pero ven poco de sus beneficios. Esas rentas van al Estado Central, terminan financiando a políticos autoritarios y beneficiando a compadres que se reparten alegremente los recursos.

    La solución no es bloquear la extracción de petróleo ni minería, sino corregir los incentivos. Unir nuevamente la propiedad del suelo con la de los recursos que se encuentran debajo de este (subsuelo). Entonces, los dueños del suelo y subsuelo querrán extraer esos recursos de una manera responsable y con una visión de largo plazo. Al final del día, ellos tendrán, al mismo tiempo, interés por generar rentas por la extracción de recursos naturales (subsuelo) y de conservar el valor de su terreno (suelo) exigiendo estándares ambientales elevados. Por otro lado, el Estado seguirá recibiendo rentas vía el pago de impuestos sin necesidad de ser propietario de esos recursos, como sucede en la mayoría de las actividades económicas.

    La Conaie en vez de exigir moratorias petroleras y mineras debería luchar porque se incluya en la consulta popular la unificación de la propiedad del suelo con la del subsuelo. Así pasarían a ser los propietarios de grandes riquezas cambiando radicalmente los incentivos. Dejarían de oponerse a la extracción de recursos naturales y serían sus principales impulsores. El Estado recibiría más rentas vía impuestos a la actividad y todos nos beneficiaríamos.

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