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Prejuicio antiempresarial

miércoles, 7 septiembre 2022 - 23:22
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    En nuestra sociedad existe un fuerte prejuicio antiempresarial. La población piensa, erróneamente, que la búsqueda de utilidades está en conflicto con el bienestar común. Entonces, es común escuchar que la ética en los negocios consiste en “devolver” a la sociedad parte de lo que el empresario ha tomado. Es una visión totalmente equivocada que genera distorsiones y destruye bienestar a toda la sociedad al ahuyentar el emprendimiento. Expliquemos.

    La realidad es que los negocios benefician a la sociedad con su actividad diaria. El sastre, en su búsqueda de utilidades, provee de vestimenta para los ciudadanos, el panadero provee de pan, etc. Gracias a la actividad empresarial logramos tener un nivel de vida que no existía en el pasado porque amplía la oferta de bienes y servicios para satisfacer cada día mejor las necesidades de la población. Los empresarios no “toman” la riqueza de la sociedad, sino que arriesgan, invierten y crean riqueza que no existía antes. Queda claro que los empresarios sirven a la sociedad haciendo negocios, atendiendo bien a sus clientes, invirtiendo en mejores y más eficientes maneras de hacer las cosas.

    ¿Y la moral? Existen principios éticos universales que deben ser observados por todos. Para hacer negocios exitosamente es necesario tener un estándar ético común dentro de la empresa. Esto significa que no es suficiente con cumplir la Ley, es necesario actuar éticamente así esto retrase la consecución de nuestros objetivos. Ni la filantropía ni la caridad son pruebas éticas de un negocio y deben ser rechazadas como mecanismos de “lavar” actos inmorales.

    Los principios universales de hacer bien los negocios son: 1. NO COERCIÓN: El mercado es un lugar para el intercambio voluntario, no es aceptable usar la coerción (tampoco de las regulaciones estatales) para obligar una compra; 2. NO FRAUDE: No se puede engañar para obtener una venta; 3. HONRAR CONTRATOS: Los mercados funcionan si todos cumplen los contratos (y la justicia es eficiente en este objetivo); 4. RESPETO POR LA AUTONOMÍA INDIVIDUAL: Cada persona es libre de tomar sus propias decisiones, no puede existir discriminación ni explotación de personas vulnerables; 5. RESPONSABILIDAD ÉTICA INDIVIDUAL: Por añadidura a todos los principios anteriores, cada persona es responsable éticamente por sus actos.

    Un negocio responsable es aquel que puede decir que gana honestamente su dinero, sin coerción ni fraude, y que su trabajo hace mejor al mundo. Los buenos negocios no solo sirven a sus clientes, también ayudan a generar condiciones que promueven la tolerancia, la paz y la prosperidad.

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