Liberemos las fuerzas del progreso
El secreto para el progreso está en la creación de incentivos políticos y económicos que impulsen el círculo virtuoso del ahorro-inversión. Esto se logra creando una institucionalidad sólida que garantice los derechos de propiedad, el imperio de la ley y eliminando las barreras de entrada a nuevos actores económicos. Basta mirar los casos de éxito en el mundo para darnos cuenta de que estos componentes básicos de la receta para el desarrollo se repiten. Si ya se conoce la fórmula, ¿por qué los países subdesarrollados no la adoptan?
En el corazón de las economías que progresan está la innovación, que no es otra cosa que probar nuevas combinaciones improbables de hacer las cosas. La innovación permite el cambio tecnológico y crea infinidad de nuevos productos, pero al mismo tiempo desplaza muchos otros que ya no son deseados.
Las instituciones económicas que impulsan el progreso crean ganadores y perdedores. Permitir el libre acceso al mercado de nuevos emprendedores es la base para la innovación, pero provoca que algunas empresas salgan del mercado, mientras que aquellas más eficientes ganan participación. Esto se conoce como la creación destructiva.
En un mercado inclusivo o libre, nadie tiene garantizada su permanencia. Cada actor económico tiene que ganarse cada día su permanencia en el mercado a través de la preferencia de los consumidores. Y esta es precisamente la razón por la que existe tanta oposición a la adopción de las instituciones económicas que impulsen el progreso. Los grupos de poder buscan usar el poder de coerción estatal para crear barreras de entrada a nuevos competidores a través de cuotas, licencias, permisos, etc. El problema es que, al hacerlo, bloquean la innovación que proviene generalmente de los actores recién llegados.
Por eso necesitamos una ley que prohíba los monopolios (públicos y privados) y elimine las barreras de entrada. ¡Que cualquier ciudadano pueda denunciar las barreras de entrada a un mercado y que el poder político esté obligado a atender el reclamo! ¡No sigamos bloqueando la innovación! ¡No sigamos bloqueando el progreso!
