<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

Cameron Díaz y el pasado oscuro que la persigue a lo largo de los años

21 septiembre 2020 - Personajes

Fuente: Redacción.

Cameron Díaz es una de las actrices que más aman entrevistar los periodistas de las redacciones de Hollywood, así lo aseguran ellos mismos. La actriz de ojos azules es garantía de pasarla bien en cualquier entrevista, según los periodistas, que la buscan no solo por su evidente belleza, sino también por su personalidad entre dulce y pícara, elegante e informal, celebridad y "vecina de al lado" que la convierten en una mujer sencillamente adorable.
 
 
Cameron acostumbra empezar sus entrevistas sentada como toda una dama y sonriendo como una diosa. Es todo lo que se espera de una estrella, que haga declaraciones sobre el maravilloso reto que representó su último trabajo, el honor que fue trabajar con tal director y lo compenetrada que vivió cierta escena, hasta que la actriz suelta una risotada, un insulto o sencillamente un eructo, así lo afirman quienes la han tratado cara a cara.
 
En una misma conversación, la rubia puede pasar de relatar su solitaria infancia -aprendió a usar el lavarropas a los cuatro años porque sus padres pasaban mucho tiempo fuera de casa- a contar un chiste que haría enrojecer a cuanto entrevistador pueda. A la actriz le despreocupa haber sido nominada cuatro veces a los premios Razzie pero nunca a un Óscar. Risueña confiesa: “Hice unas cuantas películas de Shrek y un par de Los ángeles de Charlie. Ah, y también esas cosas raras de arte y ensayo”.
 
Sin embargo, a la Cameron despreocupada y sin complejos, existe una escena de su vida que le provoca estrés y hace todo lo posible por ocultar: su participación en una película porno. Y es que antes de conseguir una oportunidad en Los Ángeles, y de convertirse en una de las actrices más famosas de su generación, protagonizó un porno softcore llamado: She’s no angel (Ella no es un ángel), del director John Rutter, estrenada en Estados Unidos en 1992.
 
 
Gracias a su debut en "La máscara" de 1994, Cameron alcanzó la fama, así que lo primero que hizo fue comprar los derechos del material para asegurarse de que nadie lo viera, y demandó a la productora del filme para evitar que su pasado sea público. Logró ganar el juicio, pero gracias a Internet, el filme terminó filtrándose y la compañía rusa "Scandal Inc" lo vendió por 40 dólares.
 
La película tiene una duración de 30 minutos, con un contenido de leve sadomasoquismo. Una Cameron de tan solo 19 años vestida con una malla negra, botines de cuero y mostrando sus senos, acompañada por otra mujer morena con atuendo similar, junto a un hombre musculoso con poca ropa. A pesar del enojo por la difusión del largometraje, Cameron siguió y sigue siendo la favorita del público y de sus compañeros de elenco.
 
No fue sino hasta ek remake de "Annie" en 2014, que la californiana dejó de aparecer en pantalla y cuatro años después confirmó el retiro que todos sospechaban. “Durante décadas fue lo que hice porque sabía hacerlo y me mantenía ocupada”, le confesó a Gwyneth Paltrow. Ahora deseaba dedicar su tiempo a la familia formada por el músico Benjamin Madden, y su hija, Raddix, que tuvo a los 47 años.
 
Actualmente, la actriz con uno de los rostros favoritos de Hollywood reivindica su derecho a envejecer sin presiones. “Creo que es cruel lo que nuestra sociedad hace con las mujeres, les hace sentir que han fracasado por hacer algo que es perfectamente natural”, asegura.
 
 
Lejos de los flashes, pero feliz y completa, se sigue rigiendo por tres principios que ha compartido anteriormente: “Hazlo lo mejor que puedas”, “la fama no es lo que eres, sino lo que haces” y “encuentra la forma de reunirte con tus amigas lo más a menudo posible”. Se dice que aunque es una hermosa señora, todavía se la puede ver actuando como en sus años locos, conduciendo su descapotable a toda velocidad por las calles de Los Ángeles y saltándose semáforos, y mejor que no le recuerden su pasado porno, porque en lugar de sonreír, su respuesta será un fuerte y sonoro eructo se afirma.
 

Compártenos
1