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La expresión de la fe en la romería de El Cisne

viernes, 14 agosto 2015 - 05:54
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La romería de la Virgen de El Cisne es una de las manifestaciones católicas más grandes de Ecuador. Según cifras de la Coordinación Zonal 7 del Ministerio de Turismo, anualmente participan entre 1,5 y 2 millones de feligreses en la romería.
 
La devoción católica no tiene límites. No importa las adversidades que se deban experimentar para cumplir con una promesa. Para muchos, el sacrificio es parte de la fe. Una muestra de esto ocurre en la provincia de Loja, cada agosto durante la romería de la Virgen de El Cisne.

Esta procesión es considerada como una de las manifestaciones católicas más grandes del país, según comenta el exvocero de la Arquidiócesis de Loja, Nilo Espinoza, quien hasta 2013 calculaba la presencia de casi 500 mil personas.

Esta romería tiene más de cuatro siglos de historia. Es que a la cariñosamente también llamada "Churonita" se le atribuyen innumerables milagros desde su aparición a Ángela Cuchumbo el 12 de octubre de 1594, época en la cual una prolongada sequía azotaba el sector.

Uno de los primeros milagros ocurrió cuando los habitantes del poblado estaban listos para abandonar sus hogares. Ante esto, la niña se dirigió a lugar donde se le aparecía la Virgen para despedirse. Fue entonces que la Virgen le dijo que la hambruna pasaría pronto.

“Anda y di a tus mayores que no se vayan. Que construyan una imagen, la veneren y den culto. Aquí los quiero asistir. Levantad en este lugar un templo que allí siempre estaré”, fue el mensaje que recibió Ángela.

Antes de  partir los aldeanos elevaron sus plegarias. Y mientras rezaban empezó a llover en el sector, terminando así con una devastadora sequía. Los aldeanos no dudaron en levantar en el lugar solicitado una iglesia dedicada a María. Acto seguido, la lluvia incrementó su intensidad.

La noticia de este hecho no tardó mucho tiempo en difundirse a  diferentes rincones de Ecuador y parte del norte peruano.

Poco a poco las personas fueron llegando al sector para encomendarse a la Virgen, que debe su advocación a la Real Orden de Caballeros de El Cisne, que se caracterizaba por levantar templos en las cimas de las montañas en Francia, España y Alemania. Estas edificaciones eran custodiadas por los Franciscanos, compañía que llegó a durante la época de la colonia con Fernando de Mercadillo, fundador de Loja.

Entre los años 1700 y 1800 los devotos de la Virgen del Cisne aumentaron considerablemente. Y el 28 de julio de 1829, el Libertador Simón Bolívar decretó la creación de la Feria de Loja. Para el efecto la imagen de la  Virgen debía ser trasladada en hombros desde El Cisne hasta Loja.

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