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La Atenas del Ecuador sigue su desarrollo

viernes, 30 octubre 2015 - 08:30
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Santa Ana de los cuatro ríos de Cuenca cumple 195 años de independencia española, tiempo en el cual, gracias a la pujanza de su gente y a sus características naturales, se ha convertido en una de las ciudades más importantes y modernas de Ecuador.

La ciudad alcanzó su independencia el 3 de noviembre de 1820, incentivada por el movimiento libertario logrado días antes en Guayaquil. Sin embargo, una vez independiente,  la economía cuencana decayó debido al período de desorganización que existía tras los cambios administrativos.

Con el paso de los años, la Atenas del Ecuador logró el progreso económico, basado en diversos productos como la cascarilla y los sombreros de paja toquilla, que generaron ingresos y reconocimientos para la ciudad.

En la década del 60 del siglo pasado comenzó una industrialización incipiente, que se constituyó en los primeros pasos de la gran industria cuencana de la actualidad.
Asimismo, su arquitectura ha sido un factor importante para atraer la atención de  nacionales y extranjeros, siendo el turismo uno de los principales dinamizadores de su economía.

En el presente, Cuenca continúa con una acelerada modernidad sin dejar de lado su arquitectura colonial-republicana, y la producción de sus artesanos, orfebres, herreros y tejedores de paja toquilla.

Pasear por sus adoquinadas calles es un deleite. Quien llega a esta ciudad queda cautivado por su carácter urbanístico, la gente amable y su exquisitez cultural. Por donde se mire, es un lugar que evoca tranquilidad, esa que no se logra disfrutar en las  grandes ciudades.

Tanya Sarmiento Tamayo, directora ejecutiva de la Fundación Turismo para Cuenca, manifiesta que la ciudad es sin duda cosmopolita, fusionando lo antiguo, lo moderno y lo contemporáneo.

“Podemos decir que el río Tomebamba divide en dos zonas a la urbe: la parte del centro histórico, parte antigua y que queda al norte; y la parte moderna en cuanto a edificaciones, que está al sur. De igual forma, en el convivir diario de la ciudad se fusionan aspectos modernos como la tecnología, con lo histórico y tradicional”, destaca.

Cuenca se distingue por su multiculturalidad; y la fusión colonial moderna, por ejemplo, le ha servido para recibir varios reconocimientos, entre ellos, El mejor lugar del mundo para retirados, Destino de aventura, una de las mejores ciudades del futuro, Premio “Jean Paul- L’Allier” organización de ciudades del  patrimonio mundial.

Más de cinco mil jubilados de Estados Unidos y de Europa se radicaron en la ciudad durante los últimos cinco años, atraídos por su belleza y también por su bajo costo de vida.
El flujo turístico tiene una mención aparte. Hasta enero de este año, según el Ministerio de Turismo, se registró la visita de 50 mil turistas internacionales.

Esto, por ser una ciudad dotada de los mejores servicios básicos: agua potable, alcantarillado, energía eléctrica y telefonía.

“El agua la podemos beber directamente de la llave y se la considera como una de las mejores, no solo a nivel nacional, sino internacional por su pureza”, asegura Sarmiento.

La ciudad también cuenta con un aeropuerto totalmente operativo, entidades financieras y un sistema vial en constante desarrollo.

Sobre este último tema, el Municipio cuencano tiene previsto suscribir un contrato con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) para mejorar la vialidad así como la
habitalidad en la ciudad que va condicionado también al desarrollo de parques y espacios comunitarios para generar todo lo que significa la capacidad social, el desarrollo y el talento humano de sus ciudadanos.

En el área de educación y salud, la ciudad cuenta con un gran equipamiento. Hospitales  y clínicas de gran prestigio funcionan en la urbe con instalaciones de primera y hasta reconocimientos.

Pablo Abad, secretario de Planeamiento del Municipio de Cuenca, asegura que los principios de equidad, solidaridad y participación han llevado a esta localidad a un desarrollo próspero como tal, siendo urbanísticamente un ejemplo para el país.

La ciudad ha crecido alrededor de sus ríos (Tomebamba, Tarqui, Yanuncay y Machángara) y de sus bondades geográficas. Por ello, las autoridades también trabajan en mejorar su relacionamiento con la naturaleza.

“Ahora mismo estamos interesados en duplicar el porcentaje de áreas verdes por habitante. Actualmente Cuenca cuenta con 5,6 metros cuadrados por habitante, pero aspiramos hasta 2019 disponer de 14 metros cuadrados por habitante, lo que hará que contemos –por llamarlo así– con un cinturón verde, protegiéndola con desarrollo y basado en un urbanismo muy inteligente”, explica Abad.

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