Cada fin de año, el suroeste de Guayaquil se llena de monigotes de papel, madera y cartón que pueden alcanzar hasta 10 metros de altura. A diferencia del “Año viejo” tradicional, éstos no desaparecen el 31 de diciembre, sino que sobreviven, incluso hasta mediados de enero.
Esta muestra de creatividad popular es también un fenómeno sociológico de solidaridad, organización y trabajo en equipo. Alrededor de septiembre, planifican cuál o cuáles serán los personajes a construir.
Varias ideas o bocetos son sometidos a discusión y votación entre los vecinos. En 2015, los personajes más recreados son seres extraterrestres que se volvieron populares en Dragon Ball Z, considerada la serie más influyente entre los comics o “manga” japoneses. Pero junto a esos extraños defensores de la humanidad, conviven en las calles guayaquileñas otros muy tiernos como los Minions, salidos de la segunda cinta animada más exitosa del séptimo arte.
Armarlos, se convierte en un pasatiempo de muchas malas noches y varios fines de semana. Cuando todo está listo, el espectáculo es uno de los atractivos turísticos más importante de la ciudad y, los visitantes son una fuente de ingresos para que los entusiastas vecinos recuperen la inversión. Por ejemplo, el barco de “Jake y los Piratas” fue diseñado para subir a bordo, pagar una cómoda contribución y llevarse una fotografía como recuerdo.
A esta “Tierra de gigantes” se puede acceder por tres vías principales: Si viene del Norte, llegue a la avenida Barcelona y atraviese el puente que desemboca en la avenida Milagro (o calle 17). Si parte del Noroeste puede tomar la avenida Rodríguez Bonín (Policía Judicial) y cruce el puente Portete. Si viene del Sur o del Centro, tomar la calle Cuenca hacia el oeste es una buena opción.
