Los adolescentes ecuatorianos son los que más usan Facebook en la región. En el país no son los únicos. ¿Qué nos atrae de esta red social?
La primera red social que revisan los adolescentes ecuatorianos al despertar es Facebook. Esa es una de las conclusiones a las que llegó la consultora Findasense, que emitió en octubre un informe sobre jóvenes y redes sociales en Latinoamérica y España. La investigación, que analizó el comportamiento de 700 personas de entre 14 y 19 años, también encontró que los adolescentes ecuatorianos son los más ‘facebookeros’ de toda la región. Es decir, son los que más preferencia muestran por Facebook, en detrimento de otros espacios como YouTube, Twitter o Instagram.
Para los ‘teens’ de Ecuador, Facebook es un espacio para chatear, jugar y ver publicaciones de los demás. Esas características son las que ubican a esta red como la más usada entre los adolescentes del país, según Findasense. Sin embargo, ellos no son los únicos atraídos por la oferta de esta plataforma. En abril de este año, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) reveló que, en Ecuador, nueve de cada 10 personas mayores de 12 años tienen una cuenta en Facebook.
Los “me gusta” de Facebook se dan por todo el mundo. La red social
tiene más de 1,4 billones de usuarios activos mensualmente.
La popularidad de Facebook en Ecuador es un reflejo de lo que ocurre a nivel mundial, donde la plataforma contaba con 1,49 billones de usuarios activos mensualmente hasta junio de 2015, según sus datos oficiales. Fue fundada en 2004 y desde entonces se dedicó a crecer. En menos de 10 años llegó a los mil millones de usuarios. Ante la inmensa presencia de esta red social en el mundo, varios especialistas se han preguntado ¿qué es lo que nos atrae hacia ella?
La psicología ha ensayado varias respuestas para esta pregunta. Investigadores de la Universidad de Hong Kong estiman que la necesidad de contar con “presencia social” tiene un gran impacto en el porqué del uso de Facebook. Estar presente en un entorno virtual, dicen los académicos, es importante porque implica “contacto humano” directo o indirecto. La capacidad de comunicarse con los demás, por supuesto, es una de las ventajas vitales de usar redes sociales.
Pero más que comunicarse con otros, también está la sensación de ser parte de algo. Un estudio de la Universidad de Boston sostiene que la habilidad de Facebook de mantener a los usuarios en contacto diario con amigos o familiares lejanos representa un estímulo para su “sentido de pertenencia”. La red social logra este efecto, sostiene otra investigación, aumentando los “sentimientos de conexión” con los demás. Kennon Sheldon, investigador de la Universidad de Missouri, determinó que muchas personas se sienten “menos conectadas” con los otros incluso solo después de dos días sin usar Facebook.
En Ecuador nueve de cada 10 personas
tienen una cuenta en Facebook.
Otro atractivo de esta red social tiene que ver con nosotros mismos. Investigadores de la Universidad de Cornell concluyeron que algunas personas pueden aumentar sus propios egos solo con mirar sus perfiles en Facebook. Amy Gonzales, responsable del estudio, explica que esto se debe a que cada quien elige lo que sube a su perfil. En consecuencia, se pueden poner las fotos más halagadoras, los comentarios más ingeniosos y las reflexiones que cada quien considera profundas. Mirando las versiones virtuales de nosotros mismos, explica Gonzales, podemos reforzar la visión de lo que “queremos ser”. Vernos así, añade la especialista, tiene efectos positivos en el autoestima.
La oferta de información que circula en esta red es también parte de su atractivo. Mantenerse en contacto con personas que conocemos poco o hemos dejado de ver, sostiene Nicole Edison, investigadora de la Universidad de Michigan, puede ser útil para acceder a información que no encontraríamos de otra forma. “Por ejemplo, una oportunidad de trabajo”, explica Edison y añade que Facebook también es usado como un espacio para crear redes y expandir nuestro “capital social”. Mantener conexiones, incluso con personas que dejamos de ver, puede tener recompensas en términos de oportunidades futuras.
