<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">

El Homo optimus y la política holográfica

viernes, 16 junio 2017 - 09:58
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Cuando nació Vistazo, a fines de los 50, los políticos necesitaban un balcón para captar el poder. Ahora, una pantalla de televisión o la de un dispositivo celular permiten seguir el discurso del candidato de turno, vía Twitter, Facebook Live o Instagram. 
 
En 2050, la imagen del político será proyectada en hologramas: y vista y escuchada al mismo tiempo, en muchos lugares. ¿Se cumplirá finalmente la visión del Gran Hermano? ¿Verán todos al líder? ¿Verá ese líder a los ciudadanos? 
 
Los futurólogos predicen que en 2050 el planeta estará poblado por el Homo Optimus, un ser humano moldeado por la tecnología: implantes cerebrales y una conexión orgánica de Internet pudieran aumentar su inteligencia y capacidad extrasensorial. 
 
¿Vivirá en Ecuador? Si esto ocurre, se relacionará en forma distinta de la que conocemos hasta hoy. Conocerá su entorno –y debatirá sobre él– en formatos digitales. El voto será digitalizado, quizás una urna-robot escaneará la voluntad electoral de los ciudadanos. Eso sí, la tecnología no siempre es garantía de transparencia. ¿Habrá robots manejando los consejos electorales? ¿Serán programados para preservar el poder de turno, o guardarán independencia y sana distancia?
 
 
Algo es claro. Las predicciones solo anticipan ciertas realidades, pero eventos inesperados pueden cambiar el devenir de los hechos.
 
“Hablamos de 32 años adelante en el tiempo. Si miramos con una lente retrospectiva, veremos cómo en 40 años cambió la historia del mundo, entre el fin de la II Guerra Mundial y la caída del Muro de Berlín en 1989. En el medio, la década de los 60 se presenta con enormes transformaciones, Primavera de Praga, el mayo francés del 68, el fenómeno de la contracultura, por citar solo tres”; explica a Vistazo el académico Vladimir Serrano, quien es miembro correspondiente de la Academia de Historia e integra la Asociación Internacional de Psicología Analítica (IAAP).
 
Un ecuatoriano que nació en el cambio de siglo (año 2000) con certeza votó por primera vez en los comicios de 2017. Durante la mayor parte de su vida escuchó un solo discurso oficial: el de la Revolución Ciudadana. Quizás tenga vagos recuerdos de su primera infancia bajo un “Régimen nebuloso, por la inestabilidad democrática que primó a inicios de siglo”, advierte Serrano. 
 
¿Cómo será la vida política nacional cuando este ecuatoriano cumpla el medio siglo? “El panorama político será distinto”, advierte el soció logo y catedrático Jorge León.
 
“Las cuatro quintas partes de la población ecuatoriana vivirán en las grandes ciudades. Guayaquil tendrá casi un tercio de votantes; la Costa ganará importancia, en ella vivirá un importante sector informal, porque Ecuador con sus cortos ciclos de modernización y crecimiento no logrará insertarse en la nueva era tecnológica ni la extracción de recursos primarios compensará la creación de suficientes empleos”. 
 
Malas noticias. Según esta predicción, “Las tendencias populistas serán más fuertes en los barrios populares urbanos, sobre todo en la Costa. Esto contrastará con la búsqueda del Estado de Derecho y de las instituciones por una población más significativa, pues la clase media tendrá más importancia, por su crecimiento demográfico”.
 
León advierte que habrá una tensión entre las amenazas caudillistas autoritarias y las fuerzas democráticas. “En los momentos de crisis, las amenazas caudillistas se consolidan”. 
 
El espacio de confrontación será local, advierte el politólogo y docente universitario César Ulloa. “Es posible que se fortalezcan los gobiernos locales, debido a que será desde ahí donde se atiendan los problemas de la población de mejor manera, por lo cual perderá importancia la disputa por el poder Ejecutivo. Habrá más movimientos y partidos locales, menos organizaciones políticas con alcance nacional”.
 
 
La pregunta del millón: ¿Dejará de ser la nuestra una sociedad polarizada, dividida prácticamente por la mitad?
 
“Es realmente difícil pronosticar. Miremos otra vez el pasado y veamos cómo en la década de los 90 asistimos al florecimiento de organizaciones de la sociedad civil, hubo un movimiento indígena vigoroso. Con la llegada de los populismos, estas organizaciones decayeron, quien hable en términos distintos al discurso oficial es visto como sujeto de sospecha”, dice Vladimir Serrano. 
 
Él anticipa que la condición sine qua non para el resurgimiento de la sociedad civil “es la libertad, que termine la tendencia desde el Estado a ahogar a las organizaciones que surgen desde la sociedad, porque el Estado es la autoridad que una sociedad resuelve darse, pero en tendencias autoritarias el Estado necesita erigirse sobre la sociedad”. 
 
Los pronósticos mundiales dicen que en 2050 el planeta tendrá tantos musulmanes como cristianos. Y muchos no tendrán otra religión o credo más que el de su propia conciencia. ¿Cómo impactará esto en la sociedad ecuatoriana?
 
Dejaremos de tener presidentes que se arrodillen ante el púlpito de una iglesia, muy posiblemente. Las políticas públicas pudieran desarrollarse en torno a necesidades de la sociedad, y no sobre la base de creencias religiosas o ideas morales. Esto tendría impacto directo sobre la disminución de las tasas de natalidad.
 
El Homo Optimus vivirá a tono con la tecnología, quizás disfrute del desarrollo de la inteligencia artificial. A lo mejor convive con robots, pero deberá hallar el modo de convivir en armonía con sus semejantes y con la autoridad. 
 
 
 
 

Más leídas
 
Lo más reciente