El reto de la industria 4.0 en el sector plástico
Carolina Farfán lunes, 20 noviembre 2017 - 04:53
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El mundo industrial es un desafío constante de adaptaciones a las nuevas tecnologías y a los requerimientos de los consumidores, que obligan a las empresas a repensar sus procesos internos para ser competitivos.
En la actualidad, el sector productivo del mundo vive la cuarta revolución industrial a través de la digitalización, la cual consiste en poder virtualizar los procesos de una industria y aprovechar de forma eficiente los datos para incrementar la productividad.
La digitalización es la tendencia mundial. Las grandes empresas están avanzando en esta adaptación con inversiones en equipos tecnológicos de punta y el Internet de la cosas.
La industria plástica ecuatoriana no es ajena a esta realidad, sin embargo, tiene muchos desafíos que afrontar para lograr la digitalización de sus procesos. El primer paso es lograr la automatización.
Algunas grandes empresas del sector ya están realizando inversiones en este sentido, pero la gran mayoría de las industrias plásticas del país son pymes (pequeñas y medianas empresas).
“Las pymes tienen un bajo nivel tecnológico de sus procesos, limitando no solamente su competición con la región, sino además afectando de forma significativa su desempeño para ser competitivos dentro del mercado local”, afirma el doctor en Ingeniería Industrial Marcos Buestán, profesor de la Facultad de Ingeniería en Mecánica y Ciencias de la Producción de la ESPOL.
Por ello, resalta que la automatización es un paso esencial para mejorar los niveles de disponibilidad, desempeño y calidad de los procesos de las industrias. Aunque resalta que esta solución debe lograrse en un componente de mejoramiento continuo para garantizar que estas mejoras se mantengan con el pasar del tiempo.
La falta de capital es una limitante para que las empresas plásticas puedan avanzar a procesos automatizados en el corto tiempo, ante esta realidad Buestán manifiesta que es necesaria la combinación de esfuerzos entre el sector privado y el Estado para lograr un desarrollo tecnológico.
Otras alternativas son la fusión de empresas o la apertura al capital extranjero para realizar inversiones tecnológicas. “De otra manera cada compañía pequeña o mediana no tendría los montos necesarios para el desarrollo de este tipo de proyectos”, asegura.
Luego de ello, hay que avanzar a la digitalización de los industrias a fin de que puedan adaptarse y hasta adelantarse a las tendencias de los consumidores. Así, determinarían qué productos están ganando preferencia o cuáles son ya no tienen aceptación en el mercado.
