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Desafío: re-inventar el mundo energético

jueves, 5 octubre 2017 - 04:42
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Cada cierto tiempo la llegada de nuevos problemas y el aprovechamiento de oportunidades generan un nuevo desafío que tiene que ser enfrentado. La nueva “causa” hace que se cree nuevo conocimiento y que las personas busquen soluciones más allá de lo evidente. Romper convencionalismos no es simple y toma cierto tiempo de maduración en la conciencia de la humanidad.
 
A principios de los años noventa, el estado de California aprobó la Ley de Vehículos de Emisión Cero y así nació el Electric Car 1 de GM. Fue el primer automóvil eléctrico moderno: rápido, simple, de bajo mantenimiento y con una autonomía interesante. Sin embargo, molestaba a las empresas en el sector de los combustibles derivados del petróleo y la ley fue retirada en el año 2003. El nuevo conocimiento no logró ser asimilado o primaron los intereses corporativos. 
 
Hoy en día, los vehículos eléctricos superan los dos millones en 2016, con un crecimiento del 60% respecto a 2015, pero son apenas el 0,2% del total de automóviles circulando en el planeta. A pesar de los esfuerzos de TOYOTA con Prius y la gran revolución de TESLA, falta mucho por hacer para la masificación del coche eléctrico.
 
Los datos anteriores muestran que es complejo romper paradigmas. A pesar del crecimiento exponencial de la tecnología, todavía la sociedad no adopta de manera suficiente el cambio. La respuesta se puede encontrar en las diferencias generacionales: los más jóvenes (Millennials y Centennials) impulsan, basados en una creencia profunda, la preservación y el uso de energía más limpia (transporte público eléctrico, bicicletas y automóviles compartidos).  Cada vez son más numerosos e influyentes, pero tienen por delante al Gen X (nacidos entre 1963 y 1980), cuyo estilo competitivo hace que todavía usen automóviles “musculosos”, de alto consumo de combustible y emisiones a la atmósfera. La tendencia al cambio es positiva sin duda, pero todavía no alcanza el ritmo suficiente para convertirse en el nuevo estándar.
 
Visionar una re-invención en el campo energético es vital, pero tal como menciona la metodología LEAN STARTUP: visión sin estrategia y un producto final no sirve de mucho. La nueva visión del mundo energético debe ser articulada por un modelo estratégico que permita conectar a la innovadora propuesta de valor con los usuarios, a través de políticas claras que hagan que ese producto sea sostenible en el tiempo. 
 
Cada cierto tiempo ideas disruptivas —que rompen el status quo— aparecen como resultado del proceso “visión – innovación – acción”. Son iniciativas prometedoras, con muchos años de investigación —ahora menos por el acceso a la tecnología— pero que requieren completar el ciclo del éxito con una rápida adopción y crecimiento. 
 
El proyecto de las plantas luminiscentes (The Glowing Plant Project) es un prototipo que comienza a tener forma estratégica como una de las primeras aplicaciones de la biología sintética. El proyecto se basa en aislar genes bio-luminiscentes e insertarlos en el código genético de la planta Arabidopsis thaliana, de forma que la planta tenga la facultad de emitir luz en la oscuridad. ¿Se imagina plantas y árboles iluminando espacios públicos y hogares? La innovación permitiría eliminar postes antiestéticos, hacer las ciudades más ecológicas y bajar considerablemente la factura energética.
 
Nunca antes un material ha suscitado tanta atención en la sociedad como el grafeno. Posee unas características que superan en mucho a las de otros. El grafeno está creado a partir de átomos de carbono dispuestos en forma hexagonal similar al grafito. Es 200 veces más fuerte que el acero estructural, su dureza es superior al diamante, es ligero, flexible, mejor conductor térmico que el cobre y con amplias aplicaciones en variadas industrias. ¿Por qué el grafeno puede re-inventar el mundo energético? Las baterías para teléfonos móviles de grafeno pueden durar hasta 10 veces más y se cargan en media hora produciendo un gran ahorro energético; además, en el campo de la energía solar se prevé que las células fotovoltaicas fabricadas con grafeno tengan un 45% de eficiencia al capturar la luz solar frente al 18% de los paneles solares actuales.
 
No solamente hay que pensar en grandes disrupciones, sino también en la forma de cambiar progresivamente el mundo actual. Los GPSs han mejorado la eficiencia del combustible al dirigirnos por el camino correcto, y los electrodomésticos inteligentes conectados a internet ahorran energía en el hogar. También hay que buscar la forma de re-diseñar las monstruosas torres eólicas (crecimiento de 12,4% en 2016) o las mega-construcciones de estaciones hidroeléctricas, que aunque produzcan energía limpia y renovable, contaminan visualmente hermosos paisajes. El desafío es la re-invención permanente…

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