Política con rostro de Mujer
Diana Romero lunes, 22 enero 2018 - 03:12
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El camino no ha sido fácil para ellas y, aunque desde 2007 subió exponencialmente la representación femenina, aún se enfrentan a un “techo de cristal”, que les impide seguir ascendiendo. ¿Cómo han sido sus batallas en un campo históricamente dominado por hombres?
“Yo no sé si la equidad de género mejora la democracia. Lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra impresionantemente… ¡Qué asambleístas que tenemos, guapísimas! Hay que aumentarles el sueldo porque no tuvieron plata para comprar suficiente tela y todas con minifalda”. Frases como esta, pronunciada por el expresidente Rafael Correa en 2011, reflejan el ambiente en el cual la mujer ha batallado para ganar espacios. Pero el machismo nada tiene que ver con gobiernos de izquierda o derecha. Está en la esencia política. Flaco favor les hizo el alcalde guayaquileño Jaime Nebot, cuando lanzó el nombre de su candidata a la Presidencia en 2016 y dijo: “Cynthia (Viteri) es el hombre”.
Aunque desde 2007, las mujeres ganaron espacios en los poderes Legislativo y Ejecutivo, esta representación no logra sobrepasar el 40 por ciento, mientras las alcaldías y demás gobiernos seccionales siguen dominados por hombres. La conquista de estos cargos de decisión no es casualidad, relatan las políticas más destacadas. “Cuando fui concejala las sesiones empezaban a las seis de la tarde y se extendían hasta la madrugada. Esos horarios complicaban a las mujeres madres”, dice la quiteña Wilma Andrade. Era 1996: habían dos mujeres en un grupo de 15 concejales. Le criticaban: “Cómo deja a los hijos para meterse en política”.
El Congreso también sesionaba por las noches. Y fue el que impidió a Rosalía Arteaga asumir por el resto del período la Presidencia tras la caída de Abdalá Bucaram, en febrero de 1997. “Evidentemente no querían a una mujer en el mando”, dice Arteaga.
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