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“El peligro de la Ley Mordaza sigue intacto”

lunes, 12 marzo 2018 - 11:59
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Radical, sin medias tintas y sin filtro. Desde sus columnas en diario El Universo, Emilio Palacio fue el primer periodista en llamar a Rafael Correa “dictador” y en decir que al poder había llegado una “mafia” de “revolucionarios prósperos” que combatirían a la prensa para “desviar la atención y sembrar pánico” mientras lucraban de obras con sobreprecio.
 
Tiene asilo político en Estados Unidos desde hace siete años, cuando fue demandado por calumnias por Rafael Correa. Emilio Palacio y los hermanos Carlos y César Pérez, directores de El Universo, fueron condenados a tres años de cárcel y a pagar 40 millones de dólares por un artículo de opinión que ponía en duda que el expresidente haya estado secuestrado el 30 de septiembre de 2010 y advertía que en el futuro, Correa podría ser acusado de crímenes de lesa humanidad por ordenar disparar contra un hospital lleno de civiles.
 
 
Correa mantuvo en vilo al diario duran te siete meses antes de perdonarlos. Emilio ya había optado por el exilio. En Miami es un activo periodista online, pero piensa en volver “todo el tiempo”. Su libro, ‘Arráncate esa mordaza’ es una exhortación a derogar la Ley de Comunicación, no a reformarla, porque, advierte “El peligro esencial continúa intacto: El estado sigue disponiendo de un arma poderosa que en cualquier momento apuntará de nuevo a la cabeza los ecuatorianos”.
 
A usted le lanzaron huevos en la corte cuando Correa lo acusaba, y ahora le lanzan huevos a Correa, ¿cree en el karma?
 
Como puse en un tweet, yo no creo en el karma, pero qué bonito suena. Era gente que había llevado el gobierno y que nos esperaba en la puerta de la corte. Los policías me rodearon y nos fuimos caminando, perseguidos por esta jauría que nos gritaba, pero también por algunas personas valientes que nos defendían.
 
¿Se hubiera imaginado a Rafael Correa recibido con abucheos y huevos?
 
El pueblo repudia a Rafael Correa hace rato. Yo sostengo que lo derrotamos ya en 2015 y 2016 cuando la gente gritaba ‘fuera Correa fuera’. Lo volvimos a derrotar en las elecciones presidenciales, primero porque no pudo presentarse porque perdía, y segundo porque  su candidato que era Lenín Moreno, perdió, como dijo Eduardo Mangas (exsecretario de la Presidencia).
 
¿Ese audio filtrado de Eduardo Mangas usted lo toma literalmente?
 
No hay otra forma de entenderlo. Mangas dice “perdimos la primera vuelta y perdimos la segunda vuelta también, eso no fue ganar”, luego agrega “casi perdemos las elecciones”. Un político sabe que no puede decir “perdimos” ante los militantes y dirigentes de su partido, a menos que de verdad hayan perdido. 
 
“Eso no fue ganar” puede referirse a que ganar con tan corto margen no es una victoria. 
 
Al final dice “a lo mejor hablé de más”. Para mí se le salió, y no pudo arreglarla. Y aunque no lo hubiera dicho, ya sabíamos que hubo fraude, ¿sino por qué hubo ese apagón de la web del Consejo Nacional Electoral justo durante el conteo de votos?. 
 
Correa está políticamente muerto, pero podría revivir. 
 
Por eso hay que enterrarlo, y la única manera es condenándolo por sus crímenes.  Correa tiene que ir a la cárcel. Hay toda la fundamentación legal para que sea sentenciado.  A Alberto Fujimori lo condenaron con una teoría penal que se llama la autoría mediata, que significa que si usted crea una organización criminal, cuya función es utilizar al Estado para cometer delitos de manera sistemática, usted es culpable aunque no haya cogido un dólar con sus manos, porque el jefe no se ensucia nunca. 
 
 
La condena de Lula da Silva es similar, lo describe como uno de los artífices de un sistema de corrupción… 
 
Entiendo que sí, Lula estaba en la cúspide de esa estructura de poder que cometió delitos. La autoría mediata es una teoría del penalista alemán Claus Roxin, y es un concepto que está la Constitución y en el Código Penal, cuando los correístas lo incluyeron habrán pensado utilizarlo contra sus opositores, pero el mundo da vueltas.
 
Correa está siendo llamado a declarar en varias causas, parece que la fiscalía busca pruebas que lo incriminen directamente… 
 
No están buscando anda, todo eso es show. La pelea entre Correa y Moreno sí es una pelea real, no es un tongo, es una lucha por el partido y por el poder. Pero es una pelea que puede terminar con un ‘compadre, para qué nos vamos a matar entre nosotros’. Démosle el beneficio de la duda a Moreno, pero recordemos que él dice que no hará acuerdos con la derecha, que la derecha es la antítesis de su pensamiento ideológico y económico.   Es decir que él sólo dialoga con los que ideológicamente coinciden con él, y Correa tiene su misma ideología.
 
Es un nuevo momento en el Ecuador, el fin de la reelección indefinida se ve con mucho optimismo…
 
Es un nuevo momento sí, el correísmo se acabó, se acabaron las sabatinas, se acabaron los exabruptos del presidente que vejaba a los ciudadanos y a los periodistas. Pero no se ha acabado el Socialismo del Siglo XXI.  El modelo es el mismo, la política económica no ha cambiado en absoluto, es más, el ritmo de endeudamiento ha crecido vertiginosamente, 1.500 millones de dólares de deuda externa por mes. Así cualquiera gobierna pues, el problema es cuando la plata se acaba.
 
¿Qué otros síntomas de continuismo detecta?
 
Este gobierno no se pierde una reunión del ALBA, defienden la ‘democracia’ venezolana y a Nicolás Maduro, celebran el modelo cubano. Además, cuando aparezca un periodista que critique frontalmente a Lenín Moreno como criticábamos a Correa, ahí vamos a ver recién si ya hay libertad de expresión en Ecuador, porque la Ley de Comunicación sigue vigente y será usada contra la prensa. La Secom y la Supercom están allí, los medios públicos siguen viviendo de fondos estatales, aunque pongan a personas nuevas para disfrazar sus  verdaderas intenciones.
 
En su último libro hace un vínculo entre la prosperidad económica y la libertad de expresión…
 
No hay una sin la otra. Se ha creído que la libertad de expresión es una concepción filosófica, como la igualdad, la fraternidad… no, la libertad de prensa y de expresión es el único mecanismo que los seres humanos hemos inventado para corregir errores. Si a los ciudadanos no se los deja hablar, y decirle al gobernante, ‘Oye, se te está yendo la mano, por aquí vamos mal’; si no hay diálogo, debate con las cifras reales, aunque el presidente tuviese buenas intenciones podrá hacer poco y la corrupción se seguirá  escondiendo.
 
¿Ha pensado en volver?
 
Me invitaron a un homenaje en Quito con varios periodistas, me entusiasmé. Ya estaba todo preparado para mi regreso cuando de repente le ponen a Fernando Villavicencio el grillete y cogen preso al veedor del Gran Hermano (Gerardo Portillo, uno de los veedores de los contratos que tenía Fabricio Correa con el Estado. Portillo luego fue indultado por decreto ejecutivo). Llamé a varios amigos y pregunté, me dijeron que mejor no vaya. Mi libro ‘Arráncate esa mordaza’, tres librerías de Ecuador no se atrevieron a publicarlo. Nadie se atreve a llevarlo, nadie quiere llegar con una maleta con 20 libros de Emilio Palacio.
 
Usted siempre dudó del discurso oficial sobre el 30 de Septiembre. ¿Mantiene que el presidente no estuvo secuestrado?
 
No conozco un solo ecuatoriano, que no sea correísta, que no crea que eso fue una mentira de increíble alcance. No lo digo yo, está probado con análisis ‘balísticos, fotos, evidencias, el exjefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (general Ernesto González)  dijo que no estuvo secuestrado, el hombre que lo rescató en el hospital (César Carrión, hoy asambleísta) lo desmintió.  Pero los policías del 30 de septiembre siguen presos y sus esposas están comiéndose la camisa por una mentira. Y hay muchas otras mentiras, la Refinería del Pacífico, hay tantas obras innecesarias, tantas condenas que son un montaje como la de Galo Lara.
 
Usted ha seguido reportando todo esto desde la web y las redes sociales…
 
Salir de mi país fue terrible, nadie sabe lo que es el exilio hasta que lo vive.  Pero me dije, algo tengo que hacer, no puedo dejarme arrastrar. Y empiezo a hacer videos. Y empiezo a publicar en Twitter donde tengo 136 mil seguidores.  La razón de esa audiencia es sencilla: acá puedo decir lo que en verdad está ocurriendo y hay gente que valora esta información. A tal punto que pido donaciones online y de eso estoy viviendo.  Hay gente que me da 20, 50 dólares; hay una señora de California que me manda mil dólares cada Navidad. Hay empresarios que colaboran con mucho más.
 
Entre esos empresarios está Guillermo Lasso… 
 
Guillermo Lasso ha sido un apoyo generoso y no tengo más que agradecimiento, pero no es el único. No voy a dar nombres porque me piden que no los dé. La pregunta es, ¿me pagan para que yo escriba de cierta manera?  Absolutamente no. Yo dije que había que votar por Guillermo Lasso desde  el principio, no a última hora, porque había que derrotar a la dictadura. 
 
En Ecuador tenemos aún esta idea de que los periodistas deben ser ajenos a la política.
 
El New York Times todo el tiempo llama a votar por los demócratas, El País de España todo el tiempo apoya al Partido Socialista Obrero. En Ecuador los grandes diarios tomaron la decisión de no estar con ningún partido político para que todos los ecuatorianos los lean, para  ser la tribuna de todos. Lo que pasa es que esa política se aplica en democracia.  Cuando hay dictadura los medios deben denunciarla o se vuelven cómplices. 
 
Y cuando un periodista se vuelve opositor le dicen que tiene aspiraciones políticas… 
 
No es mi caso, no sirvo para político. Para hacer política hay que ser líder de un grupo de seres humanos, convencerlos, organizarlos. Eso de ir a concentraciones y mítines y socializar no es lo mío. Yo aún debo leer mucho. Además hoy, un sector de la sociedad piensa que yo hice algo bueno como periodista y cuando muera me recordarán por eso. Para qué me voy a meter a político donde a lo mejor fracaso y que digan ese Palacio hijo de su madre nos destruyó la economía’.

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